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En este número:
En 1935, hace exactamente siete décadas, el fútbol amateur en la Argentina llegó a su punto final. Mariano Buren, con colaboración de Sergio Lodise, nos ayudan a reconstruir la polémica fusión entre la Asociación Argentina de Football (AAF) y la Liga Argentina de Football (LAF).
Rafael Saralegui nos acerca al recuerdo de las principales revistas futboleras que aparecieron en nuestro medio. Y Ricardo Gorosito refresca la terrible historia de los hermanos Céspedes, pioneros de Nacional de Montevideo, a cien años de los hechos.
Además, la historia en detalle de Atlanta-Chacarita, uno de los clásicos más tradicionales del fútbol local; la segunda entrega de la historia de los clubes y las selecciones que visitaron México de gira; un cuento de Ignacio Icnulforie en la sección Letras Redondas y el recuerdo de los recientemente fallecidos Lucien Laurent, Horacio Casarín y Rafael Jara.
Nos leemos en el 29.
Novedades bibliográficas
Libro: ANUARIO CIHF 2003/04. 104 páginas.
Nuestro
segundo hijo, nuestro orgullo. Estadísticas, planteles completos (NyA, f/n, PJ,
goles de cada jugador) y tablas (resultados, posiciones y promedios) de 1ª A,
Nacional B, 1ª B, 1ª C y 1ª D. Breve comentario de cada campeonato. Las
síntesis de finales y promociones. Resultados de Argentino A y B (¡!). Copa
Libertadores, Sudamericana, Intercontinental y Recopa (síntesis de las
finales). Selección argentina con las síntesis completas (incluidos rivales) desde julio
de 2002. (CIHF varios, octubre 2004)
Precio de venta al público: $ 12,-. * Para socios del CIHF: $ 10,00
Cuadernillos PS
Serie
elaborada por el Grupo Síntesis del CIHF. Se trata de las síntesis de los
campeonatos que se detalla en cada caso, en la forma mas completa posible:
verificada por diversos medios y controlada con planillas oficiales (en los
casos que se pudo). Las síntesis son completísimas e incluyen nombres de los
jugadores, detalles de juego, expulsados, informados, amonestaciones, suplentes
en el banco, jueces de línea, etcétera.
Los cuadernillos son en programa Word e impresos en láser a simple fax y se
entregan en folios.
PS1) Argentina – AFA – 1ª A Apertura 2003/04 (190 partidos - 33 páginas) +
Clausura 2003/04 (incluyendo Promoción con Nacional B – 194 partidos – 34
páginas). $ 8,-
PS2) Argentina – AFA – Nacional B Apertura 2003/04 (190 partidos - 33 páginas)
+ Clausura 2003/04 (incluyendo Finales ascensos más Promoción con 1ª B y
Argentino A – 200 part.– 39 páginas). $ 8,-
PS3) Argentina – AFA – 1ª B Apertura 2003/04 (231 partidos - 35 páginas) +
Clausura 2003/04 (incluyendo Finales, Reducido y Promoción con 1ª C – 239
partidos – 40 páginas). $ 8,-
PS4) Argentina – AFA – 1ª C Apertura 2003/04 (171 partidos - 27 páginas) +
Clausura 2003/04 (incluyendo Finales, Reducido y Promoción con 1ª D – 187
partidos – 31 páginas). $ 8,-
PS5) Argentina – AFA – 1ª D Torneo 2003/04 (incluyendo Reducido – 257 part.– 57
páginas). $ 8,-
PS6) Argentina – Mar del Plata – 1ª A Clausura 2002/03 (91 partidos – 12
páginas). $ 8,- (*)
PS7) Inglaterra – Premier League 2003/04 (380 partidos - 32 páginas). $ 8,-
PS8) Argentina – Córdoba – 1ª A Apertura 2003 (105 partidos - 17 páginas). $
8,- (*)
PS9) Argentina – Córdoba – 1ª B Apertura 2003 (55 partidos - 10 páginas) +
Clausura 2003 (incluyendo Finales, Reducido y Promoción con 1ª C – 73
partidos – 14 páginas). $ 8,-
PS10) Argentina – Córdoba – 1ª C Oficial 2003 (96 partidos - 17 páginas). $ 8,-
PS11) Internacional: Eurocopa Portugal 2004 + Juegos Pacífico Sur 2003 + XIV
Mundial Sub-20 EAU + IV Copa Confederaciones Francia 2003 + Island Games
Guernsey 2003 + Panamericanos 2003 Santo Domingo + Copa de Oro CONCACAF
EEUU/México 2003 (193 partidos – 42 páginas). $ 8,-
PS12) Copa Europea de Campeones de Liga (**)
PS13) Copa UEFA (incluyendo fases preliminares) (**)
(*) Suspendido por ahora, hasta agregarle otro torneo.
(**) Suspendido por ahora hasta completar la información.
Libro: Su hora más gloriosa 1984-1985 (Asociación Atlética
Argentinos Juniors).
Páginas:
104.
Contenido: los torneos: Metropolitano 84 , Nacional 85, Copa Libertadores 85,
Copa Intercontinental y la Copa Interamericana 86, detallando fecha por fecha
las síntesis de los partidos jugado por Argentinos Juniors, comentario del
partido y de la fecha y el avance fecha por fecha de la tabla de posiciones,
más los resultados de todos los encuentros. Fotos b/n.
Autor: Javier Luis Roimiser.
Precio de venta al público: $ 15,-. * Para socios del CIHF: $ 14,00
Libro: El origen británico del deporte argentino
(atletismo,
cricket, fútbol, polo, remo y rugby , durante las presidencias de Mitre,
Sarmiento y Avellaneda).
Páginas: 220.
Contenido: relata la historia del comienzo de la actividad deportiva en el país
desarrollada por los residentes británicos. La investigación esta basada en las
crónicas publicadas en los diarios The Standard, The Buenos Aires Herald,
The River Plate Times y The Daily News and River Plate Advertiser,
entre otros y documentos inéditos como el diario personal que Walter Heald,
secretario del Buenos Ayres Football Club, escribió durante su estadía en el
Río de la Plata entre 1866 y 1875. Fotos b/n. Es impactante toda la
documentación a la que acudió el autor y las notas bibliográficas.
Autor: Víctor Raffo.
Precio de venta al público: $ 25,00- * Para socios del CIHF: $ 22,50.
Libro: Fútbol nuestro de cada día.
Un
repaso por la historia de fútbol de Catamarca.
Páginas: 233.
Contenido: Trae colores de la Liga, resultados en los Campeonatos Argentinos,
torneos oficiales: resultados, apostillas, torneos locales, tablas históricas
desde el 1917 al 2003, posiciones año por año, todos los resultados, ascensos,
descensos, goleadores, historiales, torneos interprovinciales, efectividad de
los equipos. Dossier de cada equipo: títulos, estadísticas, rachas, historiales,
participaciones, etc. Notas introductorias. fotos b/n. Una obra que saca a la
luz un fútbol hasta ahora completamente desconocido.
Autor: Carlos Gallo.
Editorial: Ediciones del Boulevard.
Precio de venta al público: $ 50,- (mas $ 5,- de envío) * Para socios del CIHF:
$ 50,00 total
Libro: El Mundialista 25 años – Historia del Estadio “José
María Minella” 1978-2003 Mar del Plata.
Páginas:
260.
Contenido: historia del estadio, los partidos destacados que allí se jugaron
por Mundial 1978, Panamericanos, torneos de verano, etc. Testimonios y
muchísima información sobre los 25 años de vida de este estadio. Fotos b/n.
Autor: Juan Carlos Morales.
Editorial: Corregidor.
Precio de venta al público: $ 28,00- * Para socios del CIHF: $ 25,00.
Libro: Ferro 100 – Ferro Carril Oeste Centenario.
Páginas:
190.
Contenido: historia de la institución desde sus orígenes, campañas en los
campeonatos obtenidos, participación en las Copas, los grandes equipos,
partidos inolvidables, pequeña síntesis de cada torneo jugado, diccionario con
todos los jugadores que participaron en el profesionalismo con sus partidos
jugados y goles. Historia de la camiseta, la hinchada, el polideportivo, los
logros de la institución en el básquet, voley, atletismo, ajedrez, natación,
etc. Muchas fotos b/n.
Autor: Ferro Carril Oeste.
Editorial: Al Arco.
Precio de venta al público: $ 20,00- * Para socios del CIHF: $ 18,00.
Libro: 190 historiales del fútbol argentino (6ª edición –
Apertura 2004/05). 128 págs.
La
ventaja de haber llegado a una 6ª edición es que ya no es necesario detallar
minuciosamente el material: lo que encontró en los anteriores actualizado y
mejorado. Y, como siempre, algunos “ingredientes extras”: efemérides anuales,
detalle total de expulsados 1991/2003, las síntesis de las Eliminatorias
sudamericanas. (Gustavo Berlingieri y Gustavo Presas, septiembre 2004). Precio
de venta al público: $ 18,- * Para socios del CIHF: $ 14,00 (ver más abajo
ediciones anteriores)
Libro: Historia del Club Atlético San Telmo (1995/2003)
tomo 4. 281 págs.
Trae las síntesis de todos los partidos, mas los comentarios desde el 16/08/95
hasta el 16/06/03, tablas finales, goleadores de los torneos, goleadores del
equipo, goleadores rivales, expulsiones, penales, árbitros, presencias, etc.
Notas introductorias a cada torneo. Apéndice con las participaciones anuales,
fotos b/n. (Horacio Néstor Simone).
Precio de venta al público: $ 17,-*Para socios del CIHF: $ 15,50.
Guia: 75 años de la mejor Liga: 122 págs.
Desde 1929 al 2004 todos los resultados de la Liga Española de 1ª División, con
las tablas de posiciones, plantilla del campeón, resultado de las promociones,
comentario de cada campeonato, estadísticas, muy buenas fotos (color y b/n) del
equipo campeón, etc.
Precio de venta al público: $ 35,-*Para socios del CIHF: $ 30,-
Recopilación del Boletín CIHF
El CIHF sigue ofreciendo la recopilación de todo los números de este boletín en dos volúmenes. Se incluyen los mejores artículos sobre la historia del fútbol, relatos y estadísticas en un anillado de 166 páginas.
Volumen I (los diez
primeros números)
Precio para el público en general: $15. Socios del CIHF: $12.
Volumen II (los
siguientes)
Precio para el público en general: $18. Socios del CIHF: $15.
Solicite su ejemplar a cihfprensa@yahoo.com.ar.
Buenos vecinos: la historia del clásico entre Atlanta y Chacarita
Aunque no acumula más de doscientas ediciones como otros antagonismos históricos del fútbol argentino, Atlanta-Chacarita constituye uno de los clásicos que poseen mayor tradición. Una antigüedad de ochenta años y 126 partidos oficiales han resultado del desarrollo de este enfrentamiento en un barrio futbolísticamente identificado con ambas instituciones, a partir de la vecindad de sus estadios durante algo más de dos décadas. La traumática partida de Chacarita en 1945 hacia territorio bonaerense y la transformación de Atlanta en el hijo dilecto de Villa Crespo no atenuaron la rivalidad. Los resultados, los que más partidos jugaron, goleadores, las canchas, en fin, un análisis completo del clásico.
Por Edgardo Imas (Buenos Aires, Argentina), socio del CIHF, con la colaboración de Carlos Stortz (Buenos Aires, Argentina), socio del CIHF.
¿Qué es un clásico? La respuesta remite a lo que posee tradición y el carácter de perdurable y que se transmite de generación en generación. Alguna vez Jorge Luis Borges señaló que un clásico es aquella obra que está en la memoria de la humanidad y que cuando se lea en el futuro no se podrá decir bien en qué época fue escrita. Aplicando estos conceptos al fútbol, se puede afirmar que un clásico es vivido y sufrido por sus protagonistas, tanto dentro del campo de juego como fuera de él, en la tribuna o en el barrio, de un modo invariable y con la misma intensidad y pasión a lo largo de los años, a despecho de modas, vaivenes políticos y económicos y condicionamientos mediáticos y temporales. Esto es absolutamente aplicable a los clásicos con mayor antigüedad del fútbol rioplatense, cuyos fundamentos nos remontan a razones de índole geográfica signadas por una vecindad barrial y una tradición que a partir de ella se desarrolla. Atlanta y Chacarita durante casi ochenta años, y a partir de compartir espacios contiguos entre sí durante más de dos décadas, fueron moldeando uno de los clásicos de mayor trascendencia. Si bien hubo algunos baches en los que no se enfrentaron y los últimos años los tuvieron como protagonistas en el Ascenso, nadie discute que se trata de un clásico de Primera. Así lo indica el hecho de que ¾ partes de los 126 enfrentamientos que sostuvieron fueron en Primera División. En la misma línea, diferencias al margen, de un Boca-River y un Racing-Independiente, que sobrepasan ligeramente las 200 ediciones, para sólo citar dos de los clásicos futboleros. más paradigmáticos de la Argentina. Al respecto, se podría agregar que de los dieciocho equipos que iniciaron el profesionalismo en 1931, once están actualmente en Primera División, tres en la B Nacional (Huracán, Ferro y Chacarita) y cuatro (Atlanta, Tigre, Platense y Talleres) en Primera B Metropolitana. Luego de los cinco grandes, Vélez, Huracán, los clubes platenses y los dos rosarinos, Chacarita y Atlanta, junto con Ferro, Platense y Argentinos Juniors, integran el selecto grupo de clubes con más de 45 años de desempeño en el círculo superior del fútbol durante la era profesional. Naturalmente, las cifras se incrementan y son más elocuentes aún si se considera el período amateur. Orígenes y primeros
pasos A su vez, Chacarita Juniors fue fundado el 1° de mayo de 1906 en una zona limítrofe entre Villa Crespo, Chacarita y Colegiales, más exactamente en Dorrego y Córdoba. Como todos los clubes de fútbol que emergieron en aquella década, los inicios estuvieron signados por las carencias y las dificultades, que largamente superaban a los bienes, que no pasaban de una pelota, un juego de camisetas y el ansiado field -ya fuera prestado, arrendado o en terrenos fiscales-, algo imprescindible para la práctica deportiva. En 1907, el diario "La Argentina" informaba que su predio se hallaba ubicado en la intersección de las calles Colegiales (así se llamó hasta 1908 la actual Federico Lacroze) y Álvarez Thomas, y que era "su uniforme: blusa colorada y blanca a mitades y pantalón blanco". Siguiendo el mismo trayecto de instituciones hoy muy populares y tradicionales, luego de la fundación llegaron los partidos amistosos y la participación en torneos organizados por ligas no oficiales. Así, antes del primer año de vida, ya había llegado a las semifinales por el primer premio de la Liga Quo Vadis, pero había sufrido la derrota ante Glorias de Mayo. Años muy complicados sobrevinieron después, lo que produjo el virtual desbande de socios, hasta que se llegó a 1919, cuando el club fue reorganizado. Ahí comenzó un traslado hacia el sur, penetrando en el barrio de Villa Crespo propiamente dicho, en busca de un field. En 1921 se afilió a la Asociación Argentina de Football, en la Segunda División, categoría que era el tercer nivel, pues la División Intermedia era la que antecedía a la Primera. Al año siguiente solicitó la inscripción precisamente en Intermedia, lo cual le fue concedido, pero recién en 1924 obtuvo el ascenso a la Primera División. Al menos dos años antes de que esto ocurriera, Chacarita ya estaba instalado en Humboldt 345, a cien metros de la vieja cancha de Atlanta y enfrente del estadio actual. Allí jugó hasta 1930. Socialmente, Chacarita tuvo un gran crecimiento desde la instalación en Humboldt: la Memoria y Balance de la Asociación Argentina de Football señalaba que en 1923 tenía 344 socios, cantidad que casi se triplicó en las postrimerías de esa década. Dado que militaban en asociaciones distintas, a pesar de la vecindad y de la creciente rivalidad, no tuvieron oportunidad de dirimir el pleito deportivamente hasta 1927. Ese año se encontraron en el mismo campeonato y categoría, al producirse la fusión en el fútbol y conformarse la Asociación Amateurs Argentina de Football. Así, el 13 de noviembre tuvo lugar el primer clásico de la historia, que ganó como local el Funebrero por 2 a 0 (ver síntesis más abajo). En los cuatro torneos que disputaron juntos en la era amateur, la ubicación de Chacarita en la tabla final de posiciones siempre fue muy superior a la de Atlanta, acostumbrado a los últimos lugares. Esto duró hasta que en 1931 nació la Liga Argentina de Football, que contó a ambos como miembros fundadores y que organizó el primer campeonato profesional. El profesionalismo En 1933, antes del inicio del tercer certamen del profesionalismo, Chacarita ya había instalado su nueva cancha enfrente, literalmente pegada a la de Atlanta, en el terreno donde hoy se levanta el estadio León Kolbowski. Los simpatizantes de ambos convivían en la zona (como hoy ocurre con los de San Lorenzo y Huracán), aunque Atlanta ganó más adeptos entre aquellos que vivían hacia Villa Crespo, más allá del arroyo Maldonado, mientras que Chacarita se nutrió más de aquellos que vivían hacia el norte de Dorrego. Además, con el correr de los años Atlanta fue construyendo un anexo social-deportivo e incorporando disciplinas deportivas, lo cual le permitió que se nutriera de socios en el barrio, no sólo interesados en el fútbol sino también en otras actividades y horizontes. En cambio, Chacarita siempre tuvo su sede en el barrio donde se había fundado y al cual le debía su nombre. Los funebreros fueron tomando ventaja en los enfrentamientos mutuos y en las posiciones que ocupaba en los torneos (Atlanta recién lo pudo superar en 1936). Para 1940, sin embargo, a Chacarita -que había sufrido una sanción- le tocó descender, y Atlanta se salvó angustiosamente en la última fecha. Sólo un año permanecieron los tricolores en la B. Mientras, los dirigentes de Atlanta venían pensando que dos equipos en Villa Crespo era una cantidad no adecuada, y a inicio de los '40 lograron comprar los terrenos que ocupaba su rival (de lo que nos ocuparemos in extenso en la segunda entrega de esta nota). Chacarita siguió jugando allí "de prestado" por un tiempo más, hasta que en 1945 cambió de barrio: se instaló muy cerca de la estación San Martín, lugar donde ganó nuevos adeptos. Por su parte Atlanta, ya solo en el barrio, siguió utilizando el viejo estadio hasta que logró inaugurar el nuevo, en 1960, sobre los terrenos que había ocupado Chacarita quince años antes. Si bien en lo futbolístico quedó solo, Chacarita mantuvo su sede en su barrio, ya que no fue trasladada a Villa Diehl. Chacarita y Atlanta tuvieron buenos momentos en la década del 40. Atlanta, con Pairoux, Francisco Rodríguez y Luciano Agnolín; Chacarita, con Campana y Busico. En 1944 se dio la máxima goleada en un enfrentamiento entre ambos: ganó Atlanta 7 a 2, y Agnolín convirtió 5 goles. Al Bohemio le tocó descender en 1947 y 1952. Su año más feliz fue 1956, cuando se consagró campeón de la B y ascendió, mientras Chacarita descendió a la B en un final cabeza a cabeza. Allí vino lo mejor de Atlanta con campañas meritorias entre 1958 y 1964 y la obtención de la Copa Suecia, en 1960. Al mismo tiempo fue una mala época de Chacarita: tras su vuelta en 1960, Chacarita ocupó la última posición en 1963, 1965 y 1966, aunque en los tres años se suprimieron los descensos. En 1967, con la llegada del Metropolitano, ambos ocuparon los últimos puestos de sus zonas, y fueron al torneo Reclasificatorio. En la última fecha se enfrentaron en Villa Crespo. Atlanta, que estaba salvado, ganaba 2 a 0 y Chacarita descendía. Finalmente, y en un partido que despertó enormes suspicacias, los visitantes ganaron 3 a 2 y se salvaron. Un año y medio después, en el Metro 1969, con un equipo asentado, Chacarita fue campeón al golear a River en campo de Racing. Ese mismo equipo también llegó a las finales del Nacional 70. Por entonces, Chacarita se llevó a Daniel Carnevali, el gran arquero bohemio, y dio como parte de pago un volante ofensivo que le había rendido poco: se llamaba Juan Antonio Gómez Voglino, y terminó siendo el máximo artillero de Atlanta en el profesionalismo y el único que fue goleador máximo de un torneo de Primera División. Durante esa época el número de enfrentamientos entre ambos aumentó por la aparición de los interzonales. Atlanta también tuvo su momento en el 73, al llegar a las finales del Nacional. Un año después, al vencer 5 a 2 en San Martín, Atlanta logró el doble objetivo de ganar como visitante después de once años y alcanzar la máxima goleada de los últimos cuarenta años ante el clásico rival. Años de Ascenso Al año siguiente, tras ser subcampeón, Chacarita volvió a la B, y en 1983 pudo devolverle la mano que Atlanta le había dado en 1967: al golear a Tigre en la anteúltima fecha permitió a Atlanta, que empató en Rosario con Central Córdoba, festejar el campeonato y el ascenso. Curiosamente esa goleada le permitió a los funebreros clasificar para un octogonal que ganaron, para poder así volver a acompañar a su clásico rival en la categoría superior. Atlanta duró sólo un año en Primera; Chacarita dos. A partir de allí ambos tuvieron malas épocas: a Atlanta el cambio de modalidad lo dejó en la B Metropolitana, mientras Chacarita terminó en el Nacional B, donde duró poco, porque a los tres años descendió nuevamente. Por tres años Chacarita deambuló en la B, con serio riesgo de terminar en la C en 1989/90 (se salvó en la última fecha al empatar con Merlo y condenar a Defensores de Belgrano). Atlanta, por su parte, ascendió al Nacional B pero volvió a caer rápidamente, y a sufrir una quiebra que le comió una parte de su patrimonio, y casi le cuesta un descenso. A pesar de la rivalidad, Chacarita fue unas de las instituciones que votaron para que a Atlanta se lo esperara y se le permitiera recuperar apretadamente los partidos que la decisión judicial le había obligado a suspender. Ambos se recuperaron, al menos en el aspecto deportivo: en 1993/94 Chacarita les ganó la pulseada a Atlanta y a Tigre, y ascendió y en 1994/95 fue Atlanta el que se la ganó a San Miguel y Dock Sud. Así, tras un paréntesis de un año, volvieron a verse las caras en la B Nacional. La temporada 1998/99 marcó el último enfrentamiento entre Atlanta y Chacarita. A su término, la diferencia se había estirado a dos categorías entre uno y otro: Atlanta bajó a la B Metropolitana, mientras que su rival lograba el ascenso a Primera, luego de perder la final con Instituto pero vencer a Juventud Antoniana en la final por el segundo ascenso. Presente y futuro En lo deportivo, Chacarita descendió en la temporada pasada a la B Nacional, y al momento su situación es sumamente crítica y podría repetir la experiencia de 1980, cuando siguió de largo a la categoría inmediata inferior. Los hinchas de uno y otro se esperanzan hoy con volver a encontrarse en una cancha en la próxima temporada. Será la oportunidad para recrear en la charla de café, en las casas vecinas donde aúnan estas pasiones encontradas pero tan enraízadas en el barrio y aún en los más modernos medios electrónicos, las bromas y las cargadas. Los de Chacarita recordarán la supremacía en el historial de enfrentamientos entre ambos (ver tablas más abajo) y su Campeonato de Primera en 1969, a la par que menospreciarán la Copa Suecia; los de Atlanta retrucarán cómo los "expulsaron" de la zona, y que sus rivales debieron jugar en la C. Sin violencia y sin cánticos discriminatorios de una y otra parte. Así entiende la mayoría este clásico con casi ochenta años de rivalidad y 126 capítulos. Seguir concibiéndolo de ese modo implica que perdure una manifestación de la cultura y la tradición populares tan ligadas al barrio y a sus habitantes. LOS RESULTADOS DEL
HISTORIAL Los dos partidos de 1934 corresponden a los disputados por la unión Atlanta-Argentinos Juniors, que se mantuvo hasta la 25ª fecha del Campeonato. Los dos partidos de 1936 se los considera habitualmente como de Campeonato, aunque en realidad aquella temporada constó de dos ruedas: en la primera se disputó la Copa de Honor y en la segunda la Copa Campeonato. En la última parte de la presente entrega se podrá leer la lista de resultados y el historial en lo concerniente a partidos amistosos disputados.
HISTORIAL GENERAL Hay una clara hegemonía funebrera: Chacarita le lleva al Bohemio veinte victorias (54 contra 34) y convirtió 47 goles más. Actuando Atlanta como local, hay una leve superioridad auriazul, con dos triunfos más, pero aun así se da la particularidad de que los tricolores convirtieron más tantos. En cambio, como dueño de casa, la diferencia a favor de Chacarita es abrumadora: triunfó 23 veces más que Atlanta, con 46 goles a favor más. Asimismo, hubo tres cotejos disputado en campo neutral. El historial se inició en 1927 y el enfrentamiento inaugural lo ganó Chacarita. Atlanta recién pudo triunfar sobre el Funebrero en 1930, luego de dos derrotas consecutivas. Antes de su primera victoria como local, en 1935 el Bohemio arrastraba cinco traspiés consecutivos en esa condición. El primer empate del historial se registró en el partido nº 8, cuando igualaron 1 a 1, en 1932, por la Copa de Honor, en cancha de Platense, donde Chacarita hizo de local. En los últimos tiempos, la tendencia hegemónica chacaritense se acentuó. Tanto es así que en los últimos 18 partidos hubo un solo triunfo bohemio: 1 a 0 como visitante en la Rueda Permanencia de la B Nacional 1996/97. Incluso, hasta esa victoria, arrastraba Atlanta doce encuentros y trece años sin ganar en general -que se estiraban a diecisiete años en condición de visitante-.
Notas: se consideran partidos oficiales por Campeonatos y dos por Copas oficiales, incluidos los dos de 1934, en que Atlanta y Argentinos Juniors estuvieron fusionados hasta la 25ª fecha, y uno de 1940 que no se jugó pero en el que Atlanta ganó los puntos por desafiliación de Chacarita. HISTORIAL POR CATEGORÍA En Primera División se enfrentaron en 102 ocasiones -tres en la era amateur-. En el Ascenso lo hicieron en 24 oportunidades: seis por la vieja Primera B, ocho por la Primera B Metropolitana y diez por la Primera B Nacional.
Notas: se consideran partidos oficiales por Campeonatos y dos por Copas oficiales, incluidos los dos de 1934, en que Atlanta y Argentinos Juniors estuvieron fusionados hasta la 25ª fecha, y uno de 1940 que no se jugó pero que Atlanta ganó los puntos por desafiliación de Chacarita. HISTORIAL POR DÉCADA El cuadro siguiente evidencia la paternidad funebrera en las décadas del 30, 50, 60 y 90, con claras diferencias a su favor. Atlanta sólo estuvo arriba en la del 70, con una ligera ventaja. En las del 20, 40 y 80 fue Chacarita quien ejerció una leve supremacía.
Notas: se consideran partidos oficiales por Campeonatos y dos por Copas oficiales, incluidos los dos de 1934, en que Atlanta y Argentinos Juniors estuvieron fusionados hasta la 25ª fecha, y uno de 1940 que no se jugó pero que Atlanta ganó los puntos por desafiliación de Chacarita. LOS FUTBOLISTAS LOS QUE MÁS JUGARON EL CLÁSICO
LOS QUE MÁS JUGARON EL CLÁSICO PARA ATLANTA
LOS QUE MÁS JUGARON EL CLÁSICO PARA CHACARITA
LOS QUE MÁS JUGARON
EN PRIMERA DIVISIÓN De este modo, en Atlanta no figurarían naturalmente Alejandro Insaurralde y Víctor Paredes, mientras que Carlos Carrió y Héctor Candau tendrían una presencia menos cada uno. Por su parte, en Chacarita, a Sebastián Astudillo y a Oscar Benítez habría que descontarles uno y dos partidos respectivamente. LOS QUE MÁS JUGARON EN EL ASCENSO Por Atlanta, Alejandro Oscar Insaurralde, 15; Víctor Marcelino Paredes, 13; Héctor Adrián Virardi, 10; Ariel Fernando Alcami, 9; Fabián Alberto Castro, 7. Por Chacarita, Ricardo Hernán Pagés, 10; Carlos Fabián Leeb, 9; Daniel Eduardo Nicastro y Sergio Gustavo De Bonis, 6. LOS QUE JUGARON EL CLÁSICO CON AMBAS CAMISETAS
También jugaron el clásico para los dos clubes los siguientes futbolistas: Lorenzo Saint-Estévez, José García, Roberto Dutruel, Osvaldo Biaggio, Enrique Montes, Roberto Vassallo, Horacio Ruiz, Roque Avallay, Darío Tessori, Mario Carballo, Horacio Bianchini, Osvaldo Pereyra, Rubén Checchia, Luis Marabotto, Fabio Giménez. FUTBOLISTAS QUE
ACTUARON EN LA PRIMERA DE AMBOS CLUBES Se desempeñaron en
inferiores de Chacarita y en la Primera de Atlanta: Se desempeñaron en
inferiores de Atlanta y en la Primera de Chacarita: DIRECTORES TÉCNICOS
QUE ENTRENARON A AMBOS EQUIPOS Directores técnicos de
Atlanta que antes fueron jugadores de Chacarita: Directores técnicos de
Chacarita que antes fueron jugadores de Atlanta: LOS ARQUEROS DEL
CLÁSICO LOS ESCENARIOS DEL CLÁSICO El siguiente cuatro muestra claramente las dificultades que históricamente ha tenido Atlanta para vencer a los funebreros como visitante en cualquiera de los estadios que éstos utilizaron. En la primera cancha de Chacarita, en Humboldt 345, el Bohemio ganó uno de los dos partidos que allí jugaron. En cambio, en el segundo estadio tricolor en Humboldt, donde ahora está el Gran León, el Bohemio sólo ganó una vez, en 1933, que fue la primera vez que jugaron allí. Ese partido estuvo plagado de incidentes y se suspendió a tres minutos del final. En San Martín, Atlanta apenas en cinco partidos resultó vencedor sobre 41 presentaciones en ese campo de juego. La primera fue en 1962, por 2-1, cuando ya acumulaba ocho sin victorias, con siete caídas y un empate.
Notas: no se incluye el partido no jugado de 1940 en que, como visitante, Atlanta ganó los puntos por desafiliación de Chacarita. Se consideran partidos oficiales por Campeonatos y dos por Copas oficiales, incluidos los dos de 1934, en que Atlanta y Argentinos Juniors estuvieron fusionados hasta la 25ª fecha.La cancha vieja de Argentinos Juniors estaba en Av. San Martín y Punta Arenas; la de River Plate, en Alvear -hoy Av. del Libertador- y Tagle, y la de Platense, en Manuela Pedraza y Crámer. La de Boca Juniors donde jugaron en 1932 se hallaba en la misma ubicación que la actual pero era de madera. GOLES Esos 335 goles fueron convertidos por 186 futbolistas. Ninguno marcó tantos para los dos equipos, salvo Luis Ramos que hizo tres para Atlanta y uno para Chacarita, pero este último al batir su propio arco. Los 144 goles bohemios -dieciséis de penal- fueron convertidos por 86 jugadores. Por su parte, los 191 tantos funebreros -trece de penal-, por 101. El primer gol del historial fue convertido en el partido nº 1, en 1927, por José Bruno Gaslini al arquero bohemio Pedro Banchero. Por su parte, el primer gol de Atlanta llegó en el partido nº 3, en 1930, cuando Ernesto Tibaldi venció al guardavalla Enrique Perossino. El máximo artillero del clásico es Carlos María García Cambón, de Chacarita, con ocho goles convertidos -uno de penal-, seguido por Luciano Eufemio Agnolín, de Atlanta, con siete -cinco de ellos en un solo cotejo-. GOLEADORES DE ATLANTA
GOLEADORES DE CHACARITA JUNIORS
PENALES El primer penal fue sancionado en el partido n° 9, en 1933, Chacarita 1 - Atlanta 3, y fue cobrado por el juez Ricardo Riestra a favor del Bohemio. El disparo del paraguayo Desiderio Álvarez superó la resistencia del arquero local Domingo Coronel. El primer penal malogrado se registró en el partido n° 12, en 1934, Chacarita 1 - Atlanta-Argentinos Juniors 0, cuando el delantero de la unión Carlos Bernabé Moyano desvió el tiro. El primer penal atajado fue en el partido n° 21, en 1939, Atlanta 0 - Chacarita 3, cuando Isaac López, arquero funebrero, le contuvo el disparo de Carlos Colosia. Penales a favor de
Atlanta El que más tiros desde los doce pasos ejecutó fue Julio Alberto Nuin, 4 -tres convertidos y uno desviado-. Los cuatro penales que le atajaron a Atlanta: Isaac López a Carlos Colosia, Rubén Fontana a Luciano Agnolín, Eliseo Petrocelli a Jorge Domínguez y Alberto Vivalda a Héctor Candau. Penales a favor de
Chacarita El que más penales tiró fue Marcelo Caviglia, 2. Los tres penales que le contuvieron a Chacarita: Miguel Ángel Sánchez a Conrado Rabitto, Omar Chamorro a Jorge Buzzo y José Luis Campi a Alex Rodríguez. EXPULSADOS La discriminación por categoría evidencia un incremento en la cantidad en los partidos por el Ascenso. En efecto, en Primera División, en 100 encuentros hubo 32 expulsiones; en el Ascenso, en 24 cotejos tuvieron lugar 24. Los árbitros expulsaron a 55 hombres, 31 de Atlanta y 24 de Chacarita. Los que más veces vieron la tarjeta roja fueron Carlos de la Iglesia, de Atlanta, y Marcelo Pilo, de Chacarita, con 2 cada uno. Los árbitros que más jugadores echaron fueron Claudio Busca, 5, y Raúl Loureiro, Ángel Sánchez y Alejandro Sliwa, 4, con la particularidad que todos expulsaron la cantidad consignada en un solo partido. En dos ocasiones echaron a un arquero; los afectados fueron Miguel Onzari, de Chacarita, y Bernardo Ragg, de Atlanta. El primer expulsado de la historia del clásico fue el paraguayo Porfirio Sosa Largo, de Atlanta, echado por el juez Alberto Rojo Miró en 1934. ÁRBITROS HITOS
DE UN CLÁSICO
EL PRIMERO DEL
PROFESIONALISMO
LA GOLEADA DE LA
HISTORIA
GOLEADA INOLVIDABLE
EN SAN MARTÍN
EL ÚLTIMO PARTIDO EN
PRIMERA DIVISIÓN
LA REMONTADA DE LA
HISTORIA
LA ÚLTIMA VEZ QUE SE
ENCONTRARON
PARTIDOS AMISTOSOS
HISTORIAL DE PARTIDOS AMISTOSOS
No se incluyó el amistoso de 1928, suspendido a los 28' PT por lluvia, cuando ganaba Chacarita por 1 a 0. |
DATOS Y CURIOSIDADES
Debuta oficialmente en la Zona Norte del Campeonato de Segunda División de 1921–era el tercer nivel, ya que el segundo se denominaba División Intermedia–, organizado por la Asociación Argentina de Football. Algunos de sus rivales esa temporada fueron Caseros, Sportivo Olivos y Sportivo Palermo. Al año siguiente mediante una nota le solicita al Consejo Directivo de la Asociación Argentina que le permita su inscripción en la categoría superior. Así, el 14 de mayo de 1922 debuta en Intermedia enfrentando a Caseros, por la Zona Norte, donde participaban, además, General San Martín y Central Argentino (ambos de la localidad de San Martín), Sportivo Coghlan, Germinal, Villa Urquiza y Unión (Caseros).
El 22 de abril de 1906, por la fecha inaugural del Campeonato de Tercera División 1906, organizado por la Argentine Footbal Association, en Avellaneda, Atlanta "A" le ganó a Racing “B”. (No ha sido posible hasta el momento hallar el marcador de este encuentro, si bien se sabe que el vencedor fue Atlanta.) El encuentro siguiente lo ganó Atlanta en su campo de Floresta por 3 a 1 a Estudiantes (Buenos Aires) “B”, siete días más tarde.
Luego de militar en 1921 en la Segunda División de la Asociación Argentina de Football, Chacarita presentó una nota en 1922 por la cual pedía ser aceptado en la categoría superior, la División Intermedia, la antesala de la Primera División. Se accedió a lo peticionado y dos años después, en 1924, obtuvo su primer ascenso y título. El torneo de Intermedia de ese año se había disputado en tres zonas integradas por los clubes de la categoría y una cuarta en la cual estaban las Reservas de las entidades que actuaban en Primera División. Los ganadores de los primeros tres grupos debían dirimir entre sí el ascenso y luego disputar el título de campeón con el ganador de la cuarta zona. Así Chacarita, tras superar a Adrogué, llegó a la final ante Bristol, un equipo que tenía su field en Villa Soldati. El 28 de diciembre de 1924 se jugó la final en el estadio de Sportivo Barracas, en Vélez Sarsfield e Iriarte, y con gol de R. Pérez, a los 88’ de juego, los tricolores vencieron 1 a 0 y consiguieron subir a Primera División. La final con Boca Juniors, primero en el grupo de las Reservas de las entidades de Primera División, se demoró y se arribó, tras un primer partido que terminó empatado 1-1, a un segundo en campo de Huracán, el 9 de abril de 1925, que Chacarita ganó por 2 a 1, con lo que se consagró campeón.
Atlanta gana su zona del Campeonato de Tercera División de 1907, organizado por la Argentine Footbal Association, y el 10 de noviembre disputa la final ante Gimnasia y Esgrima (Buenos Aires), a quien vence por 4 a 1, en campo de Ferro Carril Oeste, con goles de Antonio Piaggio (2), Américo Siriani y L. Pasos (suspendido a los 87'). Por entonces no regía aún el sistema de ascensos en esta categoría, pero los clubes podían inscribir un equipo en la Segunda División a la espera de que la Asociación los aceptara. Esto hizo Atlanta al año siguiente.
Fue el domingo 5 de abril de 1925, por la primera fecha del Campeonato de la Asociación Argentina de Football y perdió como visitante ante Atlético Palermo por 2 a 1, con goles de Armando Stagnaro –que luego jugaría en Chacarita y Atlanta– y Lujambio, sobre el final. Chacarita había llegado a la transitoria igualdad por medio de José Bruno Gaslini, quien a los 55’ de juego batió al arquero palermitano Biscardi. Ése fue el primer tanto funebrero en Primera División. Aquel encuentro se disputó en el field situado en Villa Lynch, que por entonces utilizaba Atlético Palermo.
Un domingo 14 de julio de 1912, trece años antes que Chacarita apareciera en el círculo superior, Atlanta debutó en él. Por la fecha inaugural de la recientemente creada disidente Federación Argentina de Football, caía en La Plata, ante Estudiantes, por 2 a 1, con goles de Jorge Hirschs y Carlos Isla, para los pincharratas, y el descuento bohemio anotado por Arturo Prandoni, que así, a los 77’ de juego convirtió el primer tanto auriazul en Primera División.
La primera oportunidad en que participaron en un mismo certamen Atlanta y Chacarita fue en 1927, una vez que se hubieron fusionado las dos asociaciones existentes para formar un único organismo y disputar un solo certamen. En los años anteriores habían estado afiliados a entidades distintas. El debut de Chacarita en este Campeonato de Primera División de 1927 fue el Campeonato el 20 de marzo y fue derrotado 2 a 1 como visitante por Platense. Atlanta también debutó aquí con un traspié: 3 a 1 ante Defensores de Belgrano en Villa Crespo.
Chacarita: el 31 de mayo de 1931, empató 0 a 0 con Boca Juniors como visitante.
Atlanta: el mismo día, perdió en Villa Crespo con River Plate, por 1 a 0, con gol de Vicente Locasso
En algunas familias el clásico se vivió de modo especial, ya que dos hermanos llegaron a enfrentarse en la cancha. Así sucedió con los Castro: Fabián Alberto y Fernando Eduardo integraron los equipos de Atlanta y Chacarita que jugaron los dos partidos de la temporada 1995/96.
En otras familias, un hermano pasó por Chacarita y el otro por Atlanta mas nunca jugaron un clásico por separado o como rivales; por ejemplo, los casos de Ricardo Mesuraco (At) y Alberto Mesuraco (Ch) y de José Lizhterman (At) y Ernesto Lighterman (Ch) –la grafía distinta obedece a que fueron inscriptos así–.
Más particular es el caso de los hermanos Osvaldo y Sergio Escudero: los dos jugaron el clásico con la camiseta de Chacarita, aunque nunca juntos, pero el segundo tuvo un fugaz paso por Atlanta en la temporada 1990/91, durante la cual los clubes militaron en categorías distintas y, por ende, no llegó a disputar un clásico con los colores bohemios.
Algo similar pasó con los hermanos Santiago y Constantino Iglesias, nacidos en España, que jugaron el clásico con los colores bohemios, pero el primero pasó brevemente por Chacarita en 1931, aunque sin disputar un clásico.
Parejas de hermanos que jugaron el clásico para Atlanta: además de los ya mencionados Iglesias, los paraguayos Pablo y Julio Ramírez, y Francisco y Manuel Rodríguez.
Parejas de hermanos que jugaron el clásico para Chacarita: además de los ya nombrados Escudero, Oscar y Ángel Alberto Gizzi.
Luis Félix Leeb y su hijo Carlos Fabián, apodados “Gato” y “Gatito”, respectivamente, jugaron el clásico con los colores tricolores.
Perfecto Rodríguez fue futbolista de Chacarita y luego DT durante muchos años de esa institución. No jugó el clásico pero sí estuvo en varios como entrenador. Su hijo Claudio, volante, pasó por los dos clubes como jugador.
Agradecimientos: las siguientes personas aportaron algún dato para esta serie de notas: Ricardo Gorosito, Julio Macías, Víctor Kurhy, Felipe Soutinho, Diego Estévez y Marcelo Ventieri, todos socios del CIHF, y Sergio Lodise.
Los Céspedes: a cien años de una tragedia
El fútbol tiene miles de historias. De triunfos y alegrías, pero también de derrotas y tristezas. Asimismo, siempre ha habido algunas de tinte dramático, si no directamente trágico, como esta que recuerda el autor de la nota: hace cien años fallecían, víctimas de una enfermedad, los hermanos Bolívar y Carlos Céspedes, figuras relevantes del fútbol uruguayo a principios del siglo pasado.
Por Ricardo Gorosito (Buenos Aires, Argentina), socio del CIHF.
El siglo XIX llegaba a su fin. Un grupo de estudiantes universitarios fundó en Montevideo el Club Nacional de Fútbol producto de la fusión de dos clubes: el Uruguay Atlético y el Montevideo F.C. Fue en la casa del Dr. Ernesto Caprario, al lado del actual teatro Verdi, el 14 de mayo de 1899. Y jugaban en Punta Carretas, lugar donde el incipiente fútbol oriental tejió sus primeras filigranas.
Un hombre alentó a esos pioneros. Fue don Eusebio Céspedes, un oriental hecho y derecho oriundo de Melo que ya no estaba para jugar al fútbol, pero que en tres de sus cinco hijos vio cumplir su sueño de jugador.
Amilcar, Bolívar y Carlos comenzaron en equipos barriales cercanos a Paso Molino. Amilcar se inició en Titán y los tres luego jugaron en Artigas, pasando posteriormente al Albion, donde con apenas 15 años debutó Bolívar.
De allí a Nacional, donde se convertirían en los primeros grandes que tuvo el equipo tricolor en aquellos sus primeros pasos. Amilcar como arquero, Carlos, iniciado como puntero, pasó luego al medio del ataque y Bolívar, era un wing habilidoso y rápido.
El primero en llegar a la primera de Nacional fue Bolívar, el 2 de septiembre de 1900 ante Albion y el 31 de marzo de 1901 jugaron juntos por primera vez en el Parque Central ante la tripulación del H. M. S. Flora.
En 1902 y 1903 se consagraron campeones del certamen uruguayo y cuentan que luego de cada partido, don Eusebio recibía en su casa del barrio 19 de Abril a todo el equipo de Nacional para reponer energías.
En septiembre de 1903, por primera vez la selección uruguaya jugó en Buenos Aires con su similar argentina. Ante la negativa de Peñarol (por entonces C.U.R.C.C.) y el Deutscher de ceder a sus jugadores, fue Nacional el que asumió la representación. Y en ese equipo se lucieron esa tarde los tres hermanos Céspedes. Uruguay ganó por primera vez en Buenos Aires por 3 a 2 con dos goles de Bolívar y el restante de Carlos.
El de 1904 fue un año duro para el pueblo oriental. El alzamiento del caudillo blanco Aparicio Saravia contra el gobierno que presidía José Batlle y Ordóñez desató la guerra civil.
Varios futbolistas huyeron a Buenos Aires escapando del conflicto. Entre ellos los tres hermanos Céspedes, Gaudencio Pigni y Gonzalo Rincón. Los cuatro primeros recalaron en el Barracas Athletic, aquel club que naciera y muriera en la primera década del siglo XX. Escaparon a tiempo porque cuando el ejército los reclamó para cumplir con el servicio militar, no los encontraron.
El arco del Barracas lo ocupaba el legendario José Buruca Laforia, aquel vasco de gruesos bigotes y chambergo, que brillara luego en Alumni e Independiente. Generosamente, Laforia pasó a jugar de delantero para dejarle el puesto al recién llegado Amilcar.
En ese 1904, Peñarol y Nacional tenían que jugar la final del campeonato de 1903 que se postergó por la guerra. La Asociación Uruguaya fijó como fecha de realización la del 28 de agosto, momento en que los tres estaban en Buenos Aires.
Peñarol contaba con sus titulares. Sus jugadores eran empleados ferroviarios y no estaban afectados al servicio militar. Pero sorpresivamente esa tarde los tres hermanos y Pigni aparecieron en la cancha. Según pudo saberse luego, el dirigente Pedro Manini Ríos había gestionado y logrado ante el presidente Batlle Ordóñez un salvoconducto por 24 horas para que pudieran estar presentes. Nacional ganó el decisivo partido por 3 a 2. Bolívar anotó dos y el restante Carlos. Finalizada la guerra en septiembre y firmada la paz, volvieron a Montevideo.
El presidente oriental dejó una frase refiriéndose a este episodio: “No habían cometido delito alguno al huir; no es delito negarse a empuñar las armas en una guerra entre hermanos…”
La temporada de 1905 se presentaba favorable para el equipo de Nacional. Vencedor de la Copa Uruguaya de 1902 y 1903 buscaban que el trofeo adornara definitivamente sus vitrinas si se la adjudicaban por tercera vez consecutiva.
El torneo se inició el 21 de mayo y Nacional obtuvo una cómoda victoria ante el Albion por 3 a 0.
Eufóricos por la victoria, Carlos, Bolívar y Gonzalo Rincón se dedicaron esa noche a festejar. Un festejo que terminó trágicamente.
El historiador Eduardo Gutiérrez Cortinas hizo en 1979 una referencia al drama que se desató posteriormente.
Señala que luego de cenar en la fonda “El pinchazo” de Cerrito y Ciudadela, (“donde se pagaban dos vintenes (moneda de cobre de dos centésimos uruguayos) y se hacía esgrima con un tenedor en una enorme olla”), visitaron el Bajo (zona de tolerancia) y perdieron el último tranvía que salía poco después de la medianoche. Decidieron entonces pasar la noche en un “hotelucho” de la zona portuaria.
Según parece, Bolívar durmió en la misma cama que la tarde anterior había ocupado un brasileño atacado de viruela y que había sido llevado a una zona de aislamiento.
Una semana después, cuando Nacional le ganó 1 a 0 a Wanderers, Bolívar no pudo jugar porque los síntomas de la enfermedad ya eran evidentes. Esa misma noche del 28 de mayo, en el frente de la vivienda paterna de la calle Gil N° 1365, la “Casa de Desinfección de Gabriel Honoré” colocó un cartel con la terrible palabra: “Viruela”.
Luego de diez días de sufrimiento, Bolívar Céspedes murió en la madrugada del 9 de junio. Tenía apenas 21 años.
Pero la pesadilla no había terminado. Carlos, que lo cuidó junto con Delia, la única hermana mujer también se contagió y falleció el día 30 del mismo mes con sólo 20 años.
Delia, si bien sufrió la enfermedad, se salvó milagrosamente tras varios meses de pelear contra la muerte.
Fue ésta la más grande tragedia del fútbol uruguayo.
Pero la vida sigue y el 23 de julio Amílcar ya estaba otra vez en el arco de Nacional que le ganaba 1 a 0 a Peñarol por la Copa de Honor.
No obstante fue por poco tiempo. En 1908 pasó al Albion y cuando los “azulgrana” de William Poole desaparecieron antes de terminar la temporada, decidió abandonar el fútbol y dedicarse al comercio hasta su muerte el 13 de junio de 1940.
Delia murió en 1956 y el menor, Ernesto, en noviembre de 1971 y en su homenaje, el campo de Deportes de Nacional lleva el nombre de “Los Céspedes”.
La muerte de Bolívar y Carlos también estuvo envuelta en la leyenda. Se dijo que no se habían vacunado y Amílcar sí. Nunca lo sabremos.
La única certeza es que los tres pertenecen a la historia grande de Nacional.
Fuentes consultadas:
100 años de gloria – Diario El País 2000.
Eduardo Gutiérrez Cortinas – Fascículo 97 de “Estrellas Deportivas” – Julio de
1979.
Agradecimiento a Italo Moreno, socio del CIHF.
Motivado por una nota publicada en el Boletín Electrónico N° 26, escrita por Fernando Azcoaga, el autor de estas líneas nos invita a hacer un interesante recorrido por revistas de épocas, algunas conocidas, y otras que no dejarán de asombrar a nuestros lectores. Un relato para disfrutar.
Por Rafael Saralegui (Buenos Aires, Argentina), socio del CIHF.
Una prodigiosa memoria, una honda experiencia personal y una devoción casi religiosa por el fútbol, constituyeron el sólido pedestal desde el cual Fernando Azcoaga se lanzó a cabalgar, crines al viento, por los campos sin tranqueras de la historia del periodismo gráfico nacional referida a ese deporte, con el agregado de algunos ejemplos del exterior. El número 26 del Boletín mensual del CIHF testimonia con sobrada elocuencia el resultado de tan significativo aporte a la difusión del desenvolvimiento de la prensa futbolística, enfocada desde las primeras vivencias infantiles y a partir de un fervor que fue ganando avidez con el correr de los años.
La minuciosa evocación de este doctor en química y apreciado consocio, indujo al firmante de estas líneas a escarbar en su archivo para intentar complementarla con la mención de publicaciones precursoras y detalles que el tiempo pulverizó impiadosamente en la memoria general, aunque en la actualidad subsisten rastros tangibles de su existencia, en unos casos dilatada y en otros, efímera.
Las referencias aquí expuestas distan sobremanera de registrar la totalidad del universo periodístico forjado a lo largo de tantos años; apenas son mínima parte de él y tienen el sencillo mérito de haber sobrevivido parcialmente en manos de un perseverante coleccionista.
La presentación acompañará al ordenamiento de las citas en el texto original.
Figuritas y La Cancha
La revista Figuritas había sido fundada en 1935, tenía su sede en la Avenida de Mayo 579 y junto a su nombre estampaba el lema “La revista argentina del escolar”. Entre sus historietas, tenían vara alta “La pluma cucharita”, “Rafucho”, “El gaucho Juan Pereyra”, “Puro Pucho”, “Kinotito”, “Cortapato” y “Paragüita”.
Ya en 1942, por lo menos, dedicaba su doble página central en colores a los equipos de primera división.
La mente del adolescente lector de aquellos años comparaba la dispar situación de Figuritas y La Cancha con la de Billiken y El Gráfico. Las dos primeras se caracterizaban por una presentación más modesta, hija de una tecnología igualmente modesta. Las otras dos, en cambio, disfrutaban del envidiable y moderno soporte tecnológico de la Editorial Atlántida, por lo que lucían visualmente superiores.
En 1940 y 1941, la popular revista Patoruzú presentaba en sus contratapas a los planteles de primera división y a los campeones de reserva.
Fundada en 1928, La Cancha fue durante épocas la segunda hoja deportiva nacional, precedida por El Gráfico.
Timoneada durante tres lustros por José R. López Pájaro, uno de los fundadores y primer presidente del Círculo de Periodistas Deportivos, su contenido difería sensiblemente del que caracterizaba a la competencia. Así, por ejemplo, además de reflejar rigurosamente la actualidad deportiva, la revista atendía casi puntualmente la promoción de deportistas del interior, mayoritariamente futbolistas, que asomaban a la consideración general y llegaban con algún mérito a la gran metrópoli, y el ascenso de los jóvenes de las divisiones inferiores. Los presentaba en sociedad con entrevistas no muy extensas y acompañamiento fotográfico; tampoco era remisa en llevar a esas figuras a la tapa o contratapa de sus ejemplares.
Dicho en otras palabras: estaba más abierta a las promesas, en tanto la revista decana se mostraba más exigente para consagrar estrellas en sus páginas de honor.
Deportes y propaganda política
Mundo Deportivo, cuyo primer número llegó al mercado el 21 de abril de 1949, editó 542 ejemplares hasta el 21 de septiembre de 1959, día de su silencio definitivo. Formaba parte de la cadena de revistas de la Editorial Haynes, en manos del gobierno peronista, integrada por Mundo Peronista, Mundo Radial, Mundo Infantil, Mundo Atómico, Mundo Agrario y PBT, junto a títulos tradicionales como El Hogar, Mundo Argentino y Selecta.
El buque insignia de semejante flota periodística era el hasta entonces respetado diario matutino El Mundo.
Pasaron por la redacción de Mundo Deportivo calificadas plumas -Ulises Barrera, Horacio Besio, Billy Kerosene (Luis Alberto Reilly), Miguel Angel Merlo, Alejandro Yebra, Damián Cané y Eduardo Baliari, entre otras- y sobresalía en sus páginas una generosa producción fotográfica, que atendía numerosas disciplinas deportivas.
Su primer director fue Emilio Rubio, pero el control conceptual del flamante semanario en su condición de propagandista de la política oficial, estaba a cargo del mayor de Intendencia del Ejército Carlos V. Alóe, quien en 1952 asumiría la gobernación de la provincia de Buenos Aires.
La revista dedicaba abundante espacio a enaltecer el apoyo al deporte del Presidente y de su esposa. Los llamados “campeonatos Evita”, por ejemplo, disponían de varias páginas semanales para su tratamiento.
El ejemplar del 31 de julio de 1952, dedicó al deceso de Eva Perón las primeras 45 de sus 76 páginas, portada incluida. El número siguiente ocupó las primeras 14 páginas con el mismo asunto.
Habitualmente, sus tres últimas páginas reflejaban la actividad turfística.
El primer ejemplar costaba 40 centavos y el postrero, seis pesos.
Revistas con camiseta
En materia de revistas partidarias, es muy probable que la gran adelantada haya sido “BOCA..!”, voceada por primera vez el 19 de septiembre de 1942, al precio de 10 centavos.
Su redacción funcionaba en la avenida Almirante Brown 620 y hasta el número 108 -7 de octubre de 1944- mantuvo un formato pequeño, con tapa y contratapa a color.
El 14 de octubre de 1944 –número 109- la revista se puso los pantalones largos, con un formato de 32 centímetros por 24, rotocolor en páginas interiores, al precio de 20 centavos.
Desde entonces, el crecimiento parecía no detenerse y las coberturas, tampoco; los campeonato sudamericanos de fútbol de 1945 en Chile y de 1946 en nuestro país; el sudamericano de boxeo en 1945 en Montevideo; el fútbol del ascenso; el fútbol uruguayo -especialmente los clásicos entre Nacional y Peñarol-; el fútbol amateur de los barrios, el boxeo profesional en el país y, naturalmente, las campañas boquenses, merecieron despliegues inolvidables.
Los Libros de Oro, de aparición anual, constituyeron otro hito en esa trayectoria.
Desgastada por feroces luchas en la política interna del club, a las que cada vez concedía mayor espacio, la revista se fue apagando hasta que el 14 de abril de 1949 -número 344, costaba 30 centavos- sus inquietos y escrutadores ojos se cerraron para siempre.
Fue su director Salomón Kohan, cuyo nombre y fotografía rarísimamente aparecían en la publicación.
Cuesta creer que haya habido otra revista partidaria tan abierta al registro de actividades deportivas de interés para la generalidad de los aficionados.
El 22 de septiembre de 1947, con asiento en Hipólito Yrigoyen 788, se editó el
número inaugural de Mundo Boquense -costaba 25 centavos-, producto de un desprendimiento de BOCA..! y sin pérdida de tiempo ambas publicaciones se trenzaron en una furibunda e interminable batalla política semanal de dudosa aceptación por parte de sus lectores. Aldo Colcerniani figuraba como director de la hoja.
El autor de estas líneas tiene como último ejemplar de Mundo Boquense – su equipamiento tecnológico era inferior al de su rival-, el número 182, del 8 de mayo de 1951, que se vendió a 60 centavos. No puede asegurar que se trate del último.
La revista River fue precedida por Banda Roja, que circuló al final de la década del 40. Estaba impresa en sepia y sobresalían sus fotografías.
A la vera del camino
Hasta aquí, acotaciones concernientes a las publicaciones de mayor prestigio, popularidad y longevidad en la historia de la prensa deportiva nacional.
Sin embargo, muchos otros títulos –se reitera que este relevamiento está lejos de ser completo- llegaron al mercado probablemente con las mismas ilusiones y esperanzas de quienes consiguieron hacerse un lugar trascendente en las apetencias del público lector.
Es posible que la falta de visión empresaria -por entonces no se conocían el marketing ni los estudios de mercado- y de solvencia económica, haya causado el naufragio de tantos emprendimientos de vuelo rasante y breve.
Así, en los primeros meses de 1929 se registró una curiosidad que, según se cree, no fue repetida: la aparición de una revista titulada con el apellido de un futbolista en actividad. Se trataba de un semanario que llegaba a los puestos de venta los sábados y se llamaba Tarasconi, como el cañonero boquense Domingo Tarasconi, que figuraba como su director-propietario.
En la página 3 de varios números incluía una publicidad con la fotografía de Tarasconi y este texto :”TARASCONI SE RIE muy satisfecho porque ha encontrado por primera vez en su vida footballística un admirable equipo de Football: el excelente football “Sportsman”, la camiseta bien confeccionada, el pantalón bien sentado, las rodilleras más protegidas, las medias irrompibles, los botines más perfectos “Atletic”, todo de la conocida casa “Pedro Wörns & Cía., de Sarmiento 377”.
Su redacción estaba situada en Carlos Pellegrini 62, escritorio 12, y el contenido versaba sobre fútbol, boxeo y automovilismo.
Se tiene constancia de la aparición de sus primeros diez ejemplares.
Se vendía a 10 centavos.
Crack fue una revista mensual que en su décimo número se transformó en quincenal y apareció a fines de 1934 con la dirección de R.T.Leiva y domicilio en Avenida de Mayo 963; tenía color en la tapa y en la doble página central, preferentemente dedicada a los elencos de primera división y a retratos de los futbolistas más populares.
Privilegiaba los textos sobre historia del fútbol rioplatense y entrevistas con figuras del espectáculo acerca de sus preferencias futbolísticas.
Se tiene constancia de la circulación de sus primeros diez entregas.
En la capital costaba 20 centavos y en el interior, 30.
Dirigida por Hugo Marini, uno de los comentaristas de fútbol más respetados de la época, y con su redacción en diagonal Roque Sáenz Peña 616, comenzó a circular en 1936 la revista semanal Fútbol Líder, mucha más gráfica que las anteriores y tapa -en la que presentaba a los equipos de primera división- a cuatro colores.
Cuidadosa presentación visual, moderna diagramación con profusión de fotos siluetadas, entrevistas, comentarios y notas gráficas de los principales cotejos de la jornada y breves miradas gráficas al fútbol de ascenso, constituían los ejes centrales del nuevo emprendimiento.
Se tiene constancia de la aparición de los primeros 13 ejemplares.
Costaba 30 centavos.
Muy rara vez en estas revistas se publicaban textos firmados y los avisos comerciales eran escasos.
El 8 de mayo de 1941 llegaba a los quioscos el primer ejemplar de Match, un semanario que se vendía 10 centavos y tenía sus oficinas en Viamonte 875.
La revista, editada en sepia, abundaba en fotografías y presentaba un diseño
muy semejante al que posteriormente caracterizaría a una de las mejores etapas de La Cancha, que por entonces se aprestaba a ampliar su formato.
Esta publicación incluía algunas textos firmados.
Se tiene constancia de la aparición de los primeros cinco números.
Amanecía octubre de 1943 cuando se vivía una verdadera innovación periodística: aparecía Palestra, “el primer diario deportivo argentino de la tarde”, como rezaba el subtítulo. La nueva hoja editaba quinta y sexta edición
los sábados, domingos y feriados para incluir los resultados del fútbol y de las carreras, y se vendía a 10 centavos.
La dirigía Hugo Marini, citado líneas más arriba al frente de Fútbol Líder, que solía firmar un comentario diario en la primera página.
Con un formato algo mayor que el tabloid y 12 páginas, la nueva propuesta incluía, asimismo, material sobre espectáculos y hasta seis páginas destinadas al turf.
Pródigo en informaciones y poco inclinado a comentarios de fondo, en sus ediciones desde el número 44 al 86 no se pudo verificar la dirección su sede operativa. Existían, sí, recuadros con los números telefónicos de las secciones Deportes y Carreras.
Con el mismo nombre que durante casi nueve años había protagonizado un espacio radiofónico titulado Salpicón Deportivo, ese plantel sumó el 14 de abril de 1944 un nuevo semanario al conjunto de revistas deportivas, que se definía como “Una voz clara y potente al servicio del deporte y la afición”; en el número 5 se agregaba otro subtítulo “La primera revista deportiva del mundo con ritmo de diario”.
Había instalado sus oficinas en Valentín Virasoro 1023 y entregaba como novedad una columna a cargo de Luis Elías Sojit, titulada “Mis temas”.
En las páginas de sus primeros 30 números -de los que se tienen constancia- no existe rastro alguno que permita establecer quien ejercía la dirección de la revista, que costaba 10 centavos.
Exactamente cuatro años más tarde, el 14 de abril de 1948, hizo su aparición Revancha, un bien presentado semanario con formato de diario tipo tabloid con tapa y contratapa a color.
Costaba 30 centavos y tuvo su primera sede en Avenida de Mayo 686, pero en el segundo número se anunciaba la mudanza a Piedras 80; en sus columnas escribían Fioravanti, Américo Barrios, Billy Kerosene (Luis Alberto Reilly), Enzo Ardigó, Víctor Hugo D’Angelo, Julián Centeya y El Bachiller.
Incluía puntualmente en cada edición una página titulada “El Gobierno en el Deporte”, en la que no se escatimaban loas a la gestión oficial en esa materia.
En los primeros 12 números -de los que se tienen constancia- tampoco se consignaba el nombre del director.
El 1° de Mayo de 1961, el mercado recibía a 10 Puntos, dirigida por Miguel Angel Merlo, al frente de un equipo integrado, entre otros, por Enrique Macaya Márquez, Alfredo Parga, Luis García del Soto, Juan José Lujambio,
Hugo Condoleo, Carlos Rodríguez Duval y Eduardo Alperín.
La nueva hoja parecía destinada a un público intelectualmente más exigente que el promedio de quienes aspiraban al triunfo de su divisa por sobre todas las cosas.
El precio de venta era de 10 pesos y la redacción funcionaba en diagonal Roque Sáenz Peña 615.
El proyecto concluyó abruptamente el 7 de agosto de ese año, número 15, y fue anunciado con un texto en la contratapa titulado “¡Qué país..!”, con la firma de “La Dirección”. En la retiración de la contratapa se publicaba la nómina del grupo periodístico que ese día se desintegraba.
Se trató de uno de los pocos casos en los que una revista deportiva anunció su propia defunción.
Para completar este incompleto repaso se consignan cuatro títulos más, de los que el autor sólo tiene constancia de un ejemplar:
Ultimo Momento Deportivo (Número 33, 13 de Mayo de 1964); editor responsable, Felipe Feigin, Belgrano 624, 15 pesos.
Tribuna Futbolística (Número l, 19 de mayo de 1964); director, Víctor Castelli, Rosario 201, 12 pesos.
Fotogol (Número; 1, 2 de Mayo de 1967); director general, Luis Raúl Errecaborde, Florida 253, 70 pesos.
El Espectador (Número 3, 23 de octubre de 1972); director, Rafael Olivari, Lavalle 710, 1 peso.
Continuamos reseñando las visitas de equipos extranjeros a tierras aztecas. Esta vez le toca a la década del 30, durante la cual México recibió a equipos de selecciones y clubes europeos, latinoamericanos, incluidos tres argentinos, y hasta estadounidenses.
Por Marcelo Víctor Assaf Martín (México D.F.), socio del CIHF.
En este período, el fútbol de
México continuó su incipiente crecimiento a la vez que dio muestras de
heterogeneidad, un sello del país que comienza en lo social y geográfico para
luego expresarse en lo deportivo. La llegada de más clubes y selecciones fue
otra muestra de esa diversidad.
Desde 1922 el fútbol ya no era exclusivo de las clases pudientes por lo que le
dio paso a los equipo surgidos del llano empleándose frecuentemente, hasta
nuestros días, el modismo de fútbol llanero. De esa condición surgió el
Atlante, luego de tener muchos otros nombres (como U-53, tomado de un submarino
alemán que cruzó el
Océano Atlántico llevando un pliego de rendición).
El Atlante tuvo una importancia fundamental en esos tiempos, ya que se impuso
en numerosas ocasiones a equipos que visitaron México por lo que era visto como
una suerte de símbolo del pueblo, que cumplía como reivindicador. Además, en
1930, la selección nacional concurrió al primer Campeonato Mundial de Fútbol de
la historia integrada por varios elementos atlantistas.
Algo que comenzó a ser una costumbre fue no solo la llegada de equipos de otros
países, sino además de una gran cantidad de jugadores extranjeros, que
decidieron quedarse en tierras mexicanas al encontrar un remanso luego de las
nefastas experiencias vividas en sus lugares de origen.
La Selección Vasca, que también se llamó Euzkadi y tenía en su plantel al
inolvidable Isidro Lángara, fue un claro ejemplo de ello, después de la cruenta
guerra civil que soportó España. Ricardo De Irezabal llegó en 1937 con el
mencionado plantel y junto a Percy Clifford y Pablo Alexandersson (que
intervino en el origen de numerosos clubes) formó parte del primer Tribunal de
Penas.
El español José Iborra, arquero del Barcelona en 1937, gustó de alistar en el
España de Veracruz y luego en el Puebla. También se quedó en México el húngaro
Luis Grocz que había actuado con el New York Americans en 1934. Primero vistió
la casaca del Asturias y luego dirigió al Atlante desde 1939 haciéndolo campeón
en 1940-41.
Muy destacado resultó el paso de Julio Munlloch, bautizado “El Jugador de seda”
por su calidad. Apareció con el Barcelona en 1937 y se quedó a jugar en el
Asturias, club de inconfundible origen hispano, formando una pareja de extremos
considerada la mejor de esos tiempos con su compatriota Martín Vantolrá.
Munlloch luego jugó en Vélez Sarsfield de Argentina, retornando para alistarse
en el Atlante, incluso llegó a reforzar al Necaxa cuando este equipo se midió a
San Lorenzo de Almagro en años posteriores.
Aurrerá, Centro Deportivo Español, Catalunya (con “y” griega desde ese
entonces), Cervantes de Orizaba, Iberia de Puebla (y sus homónimos de Pachuca y
Córdoba) eran una muestra de la fuerte influencia que el fútbol español ejercía
en México por aquellos años.
De todas formas, el fútbol mexicano iba buscando su propia identidad al ir
surgiendo en diversos puntos del país, siendo el Estado de Jalisco uno de su
focos principales. Estaban Guadalajara, Atlas, Nacional, Oro, Latino, Oriente,
Colón y Marte. Pero también había actividad en Veracruz, Morales, Irapuato,
León, Hidalgo y Puebla. Y ya desde 1912 nacieron equipos de raíz mexicana.
Un personaje muy especial en los inicios del fútbol mexicano fue el austríaco
Ernesto Pauler, apodado cariñosamente “El Botero del Volga”. Lo descubrieron en
Tampico donde mostraba sus condiciones de arquero siendo requerido en 1926 para
el Necaxa, con el que admitió menos de un gol por partido de promedio. Eso le
sirvió a su club para ser subcampeón.
Más tarde pasó a ser entrenador del Necaxa, transmitiendo lo mejor de sus
abundantes conocimientos, conduciendo también al Asturias, que se adjudicó el
torneo 1943-44, primero de la era Profesional, y al A. D. O. de Orizaba. En esa
ciudad continuó residiendo hasta su muerte, a causa de una grave enfermedad.
Las series internacionales
A continuación, el listado de partidos de los equipos que visitaron México en
la década del ’30.
1930
Sportivo Buenos Aires de Argentina
05/02/1930 Necaxa 0 Sportivo Buenos Aires 4
09/02/1930 Asturias 0 Sportivo Buenos Aires 6
16/02/1930 América 0 Sportivo Buenos Aires 1
20/02/1930 Atlante 2 Sportivo Buenos Aires 1
23/02/1930 Club España 0 Sportivo Buenos Aires 3
02/03/1930 América 1 Sportivo Buenos Aires 3
04/03/1930 Club España 1 Sportivo Bueno Aires 4
09/03/1930 Atlante 3 Sportivo Buenos Aires 2
En este último lance hubo una gresca originada por la sanción de dos penales a
favor del Atlante, a cargo del árbitro Antonio Flores Mazari. El equipo
argentino contaba con Botasso, Paternóster, Scopelli y Chividini entre otros.
Magyar Torna Klub de Hungría
29/06/1930 MTK 5 Atlante 1
06/07/1930 MTK 2 Asturias 1
12/07/1930 MTK 5 Necaxa 0
13/07/1930 MTK 10 Club España 0
19/07/1930 MTK 5 Necaxa 1
20/07/1930 MTK 2 América 0
Figuraban en el equipo de Hungría, cuya selección era una potencia mundial, el
portero Jivarl, Kockcis, Sebes, el centrodelantero Kalmar y Kleber, entre
otros.
1931
Vélez Sarsfield de Argentina
18/01/1931 Germania 1 Vélez Sarsfield 3
25/01/1931 Marte 3 Vélez Sarsfield 5
01/02/1931 Atlante 1 Vélez Sarsfield 1
05/02/1931 Asturias 1 Vélez Sarsfield 4
08/02/1931 Atlante 2 Vélez Sarsfield 4
Algunos jugadores de Vélez ya habían estado en México, como Chividini y
Paternoster. También actuaron “La Fiera” Ferreyra, Varallo, Quiroga y otros.
Bella Vista de Uruguay
15/02/1931 Marte 2 Bella Vista 4
22/02/1931 Necaxa 0 Bella Vista 3
01/03/1931 América 1 Bella Vista 3
08/03/1931 Atlante 3 Bella Vista 2
15/03/1931 Atlante 1 Bella Vista 3
22/03/1931 Club España 1 Bella Vista 8
27/03/1931 Marte 7 Bella Vista 3
29/03/1931 América 1 Bella Vista 5
La victoria del Atlante fue muy recordada porque Bella Vista contaba con
grandes jugadores que habían sido campeones del mundo en Uruguay 1930. Los
atlantistas de ese entonces, que llevaban simpáticos sobrenombres, eran:
Antonio García, Agustín “Compadre” Pérez, “La Marrana” Olivares, Jesús Salgado,
“El Diente” Rosas, Amezcua, “Patadura” Rojas, Hilario “Moco” López, Juan
Carreño, Nicho Mejía, Manuel “El Chaquetas” Rosas, Ernesto Sota y J. Ramón
Ballina.
Racing Club de Madrid
06/09/1931 América 4 Racing 5
08/09/1931 Asturias 2 Racing 2
13/09/1931 Atlante 2 Racing 4
16/09/1931 América 1 Racing 1
20/09/1931 Necaxa 1 Racing 3
27/09/1931 Club España 2 Racing 2
04/10/1931 Atlante 3 Racing 0
Entre otros valores, el Racing Club tenía a los arqueros Platko (húngaro) y
Martínez; Gómez y Arturo en la zaga; Mondragón, Lolín y Tena en el medio;
Irles, el talentoso Juanito Valderrama, el costarricense Morera, Cosme y
Urretaviscaya en la delantera. El entrenador era Paco Brú. Como curiosidad,
Gaspar Rubio jugaba alternadamente una vez con el Racing y otra en contra.
Dauntless de Inglaterra
14/03/1931 Necaxa 5 Dauntless 3
La visita estaba compuesta por marinos ingleses que pertenecían a un equipo que
llevaba el nombre del crucero.
Alajuela de Costa Rica
20/11/1931 América 3 Alajuela 4
22/11/1931 Marte 0 Alajuela 5
29/11/1931 Atlante 2 Alajuela 1
06/12/1931 Necaxa 3 Alajuela 3
12/12/1931 América 2 Alajuela 3
13/12/1931 Atlante 2 Alajuela 2
En este último encuentro, el Atlante tuvo como refuerzo al español Gaspar
Rubio. En la visita actuaban Huitt y Bonilla que más tarde se integraron al
fútbol mexicano.
Iberia de Cuba
20/12/1931 América 4 Iberia 3
25/12/1931 Germania 1 Iberia 2
27/12/1931 Atlante 2 Iberia 1
01/01/1932 Argos 2 Iberia 1
03/01/1932 Necaxa 0 Iberia 3
10/01/1932 América 2 Iberia 4
17/01/1932 Atlante 1 Iberia 1
24/01/1932 Asturias 1 Iberia 2
Como la situación económica de los cubanos se hizo muy precaria, hubo un juego
a beneficio que se realizó en Orizaba entre una selección local y los
caribeños, que se impusieron 2-1. Con lo recaudado pudieron retornar a su país.
1933
Audax Italiano de Chile
05/03/1933 América 2 Audax 4
12/03/1933 España 0 Audax 3
19/03/1933 Atlante 2 Audax 5
26/03/1933 Asturias 6 Audax 1
02/04/1933 Necaxa 3 Audax 2
09/04/1933 Atlante 1 Audax 3
14/04/1933 Club España 2 Audax 2
16/04/1933 América 1 Audax 0
Los chilenos llegaron como campeones, siendo algunas de sus figuras Fischer,
Riveros, Azzerman, Vega, Iturreta, Ojeda, Gornal y Nemesio Tamayo, que se quedó
para integrar el Club España.
1934
Aurora de Arequipa, Perú
28/01/1934 México 2 Aurora 1
03/02/1934 México 5 Aurora 3
05/02/1934 Club España 6 Aurora 0
10/02/1934 América 3 Aurora 0
18/02/1934 América 0 Aurora 2
20/02/1934 México 1 Aurora 2
26/02/1934 Atlas 2 Aurora 5
12/03/1934 Guadalajara 2 Aurora 4
New York Americans de Estados Unidos
22/07/1934 Club España 1 New York Americans 1
29/07/1934 América 2 New York Americans 1
05/08/1934 Atlante 1 New York Americans 2
12/08/1934 Necaxa 0 New York Americans 2
19/08/1934 Atlante 3 New York Americans 1
Los estadounidenses tenían a Luis Grocz, Parodi, Collins, Fleming, Thomas,
Rammer y Trabanco, que ya había jugado aquí. En la mitad de la serie se integró
el artillero Aldo Donelli, aquél de los cuatro goles a México en las
eliminatorias del Munidal ’34.
Juventud Asturiana de Cuba
23/09/1934 Necaxa 2 Juventud Asturiana 2
30/09/1934 América 1 Juventud Asturiana 1
07/10/1934 Atlante 0 Juventud Asturiana 3
14/10/1934 Asturias 4 Juventud Asturiana 0
21/10/1934 América 1 Juventud Asturiana 0
1935
New York Americans de Estados Unidos
16/06/1935 América 2 New York Americans 2
23/06/1935 Club España 1 New York Americans 9
30/06/1935 Atlante 2 New York Americans 3
07/07/1935 Asturias 1 New York Americans 3
14/07/1935 Necaxa 2 New York Americans 1
21/07/1935 Club España 3 New York Americans 0
Ya no estuvo Donelli, pero sí Luis Grocz que se quedó en el Asturias y luego
dirigió al Atlante.
Athlétic de Bilbao de España
28/07/1935 América 2 Athlétic 1
04/08/1935 América 0 Athlétic 5
11/08/1935 Atlante 2 Athlétic 1
18/08/1935 Club España 2 Athlétic 3
25/08/1935 Necaxa 4 Athlétic 1
El conjunto vasco llegó precedido de una merecida fama como multicampeón de
España. Lo integraban, entre otros, el arquero Gregorio Blasco, Cilaurren,
Gorostiza, Regueiro, Chato Iraragorri, Careaga, Zavala, Muguerza, Mundo, Bata,
Roberto, Urra, Oceja, Ruiz, Izpizua y Urquiaga. Muchos de ellos jugaron la Copa
del Mundo Italia ’34 y además se quedaron a residir en tierras mexicanas.
Libertad de Costa Rica
22/09/1935 América 4 Libertad 1
29/09/1935 Club España 2 Libertad 3
06/10/1935 Atlante 1 Libertad 4
13/10/1935 Necaxa 2 Libertad 2
20/10/1935 Necaxa 5 Libertad 0
27/10/1935 Atlante 4 Libertad 3
03/11/1935 Necaxa 3 Libertad 1
Goldoni y Bush continuaron sus carreras en el Club España, al igual que Antonio
Huitt. Con ellos jugaron el arquero Jones, Barquero, Trejo, Morales, Varela,
Madrigal, Amador, Buroy y Dávila.
1936
Botafogo de Brasil
01/03/1936 Asturias 4 Botafogo 2
08/03/1936 Atlante 0 Botafogo 1
15/03/1936 América 1 Botafogo 7
22/03/1936 Club España 2 Botafogo 4
29/03/1936 Necaxa 3 Botafogo 2
05/04//1936 Club España 1 Botafogo 2
El primer partido de esta serie sirvió para inaugurar el Parque Asturias, cuyo
equipo anfitrión alineó así: Alfonso Riestra, José Ramón Ballina, Benjamín
Alonso, Manuel Baca, Sergio Alonso, Justo Sansebastián, Tomás Fernández,
“Charro Argüelles, Efraín Ruiz, José Antonio Hutt y Donato Alonso. Por los
brasileños estuvieron Leonidas Da Silva, Patesko, Martim, Canali, Nariz, Russo,
Carvalho y el portero Aymoré, entre otros.
El partido también resultó ser la despedida de José Ballina, un asturiano
destacado por su entrega que siempre fue solicitado para reforzar a los equipos
del D. F. Muy querido por todos.
Cuba
20/09/1936 América 3 Cuba 0
27/09/1936 Asturias 4 Cuba 3
04/10/1936 Atlante 4 Cuba 5
11/10/1936 Necaxa 4 Cuba 4
18/10/1936 Club España 4 Cuba 0
25/10/1936 Necaxa 8 Cuba 3
1937
Independiente de Mendoza
14/02/1937 América 5 Independiente 4
21/02/1937 Club España 1 Independiente 3
28/02/1937 Atlante 0 Independiente 2
07/03/1937 Asturias 3 Independiente 3
14/03/1937 Necaxa 1 Independiente 0
21/03/1937 Necaxa 1 Independiente 1
26/03/1937 Atlante 0 Independiente 0
28/03/1937 Independiente 0 Asturias 6
04/04/1937 Selección del DF 3 Independiente 3
Iniciando una pésima costumbre que le haría muy mala fama a la República
Argentina, un promotor de partidos gestionó una gira de Independiente de
Mendoza, pero ofreciéndolo como Independiente de Avellaneda, que ya gozaba de
mayor prestigio. En México no tardaron en darse cuenta de la jugada y hubo
quienes, con lógica, se indignaron.
Barcelona de España
20/06/1937 América 2 Barcelona 2
27/06/1937 Atlante 1 Barcelona 2
04/07/1937 Club España 4 Barcelona 5
11/07/1937 Necaxa 2 Barcelona 4
18/07/1937 Necaxa 1 Barcelona 2
25/07/1937 Asturias 5 Barcelona 1
01/08/1937 América 2 Barcelona 3
15/08/1937 México 5 Barcelona 2
22/08/1937 México 3 Barcelona 1
Algunos componentes del plantel hispano: Los guardametas Urquiaga e Iborra;
Babot, Zabalo y Rafa en la defensa; Escolá, Fernando García, Bardina, Argemí y
Balmanyá en el medio; Vantolrá, Gual, Munlloch, Pedrol y Escolá en la
delantera. También estaba Tache. Fernando García, que triunfó en México, era
una de las figuras. El entrenador era Pat O’Conell, un famoso preparador
inglés.
Estados Unidos
12/09/1937 México 7 Estados Unidos 2
19/09/1937 México 7 Estados Unidos 3
26/09/1937 México “B” 5 Estados Unidos 1
Selección Vasca (1937-1938)
07/11/1937 América 2 Selección Vasca 2
14/11/1937 Necaxa 1 Selección Vasca 2
21/11/1937 Jalisco 1 Selección Vasca 5
28/11/1937 México 1 Selección Vasca 4
05/12/1937 México 1 Selección Vasca 2
12/12/1937 México 4 Selección Vasca 4
19/12/1937 Combinado España-Asturias 3 Selección Vasca 1
26/12/1937 Combinado-España Asturias 2 Selección Vasca 3
02/01/1938 Atlante 0 Selección Vasca 3
09/01/1938 México 3 Selección Vasca 1
04/09/1938 Necaxa 1 Selección Vasca 4
11/09/1938 Necaxa 3 Selección Vasca 7
18/09/1938 Combinado España-Asturias 3 Selección Vasca 4
25/09/1938 América 2 Selección Vasca 8
02/10/1938 Combinado España-Asturias 6 Selección Vasca 3
16/10/1938 Selección del D. F. 8 Selección Vasca 4
23/10/1938 Selección del D. F. 2 Selección Vasca 6
30/10/1938 Selección del D. F. 1 Selección Vasca 3
01/11/1938 Jalisco 1 Selección Vasca 3
06/11/1938 Jalisco 0 Selección Vasca 4
Muchos señalaron que la Selección Vasca fue el mejor equipo extranjero que pasó
por México. Dieron la vuelta al mundo al pasar por Buenos Aires, La Habana y
Europa, con singular suceso en Moscú. Estaban Blasco, Areso, Aedo, Zubieta,
Emilín y Chirri, entre otros, con Pedro Vallana de entrenador, que hizo un
autogol de repercusión en su época de jugador en el Italia 1 España 0 de los J.
O. de Colombres.
1939
Atlético Corrales de Paraguay
04/06/1939 América 4 Atlético Corrales 2
11/06/1939 Combinado España-Asturias 4 Atlético Corrales 1
18/06/1939 Euzkadi 4 Atlético Corrales 4
25/06/1939 Necaxa 1 Atlético Corrales 3
02/07/1939 Asturias 5 Atlético Corrales 2
/07/1939 Selección de Cuernavaca 0 Atlético Corrales 6
09/07/1939 Atlante 1 Atlético Corrales 3
/07/1939 Selección Amateur 0 Atlético Corrales 5
16/07/1939 Club España 10 Atlético Corrales 3
Su visita a México se produjo en medio de una gira récord que duró un año y
medio por todo el continente americano. En algunos lugares el equipo paraguayo
se movió en condiciones muy precarias por lo que su periplo resultó una
verdadera aventura. Algunos de los que estaban eran Quiñones, Malfatti,
Samaniego, Morales, Cardoso, Seguel, Ortega, Laguardia, Fanego, Mariscotti,
Escobar, Taioli, Mendoza y el “Che” Gómez, argentino, como varios de sus
compañeros.
Campeones del fútbol mexicano
Era amateur 1930-1939
1930-31 No hubo Campeón
1931-32 Atlante
1932-33 Necaxa
1933-34 España
1934-35 Necaxa
1935-36 España
1936-37 Necaxa
1937-38 Necaxa
1938-39 Asturias
Fuentes consultadas
. “Libro de Oro del Futbol Mexicano”, de Juan Cid y Mulet. 1963.
. “¿Cuál es la historia, al día, del futbol mexicano?” 1902-1960 de Carlos F.
Ramírez. 1962.
. “Historia estadística del Futbol Profesional en México” 1943-1996 de Isaac
Wolfson. 1996.
. Revista Confederación Sudamericana de Fútbol
. Revista Deporte Color. 1973.
A 70 años de la primera temporada oficial de la AFA
A las grandes reestructuraciones en los sistemas de competición dentro del fútbol oficial de la Argentina siempre suele vinculárselas con las reformas de Valentín Suárez en 1967 y Julio Grondona en 1986. Sin embargo, el proceso de sucesivas transformaciones dentro del esquema de torneos de AFA tuvo sus orígenes en la misma creación de la entidad, producto de una polémica fusión que puso fin al amateurismo a partir del inicio de la temporada 1935.
Por Mariano Buren (Buenos Aires,
Argentina), socio del CIHF.
Con la colaboración de Sergio Lodise
Apenas cuatro temporadas fueron necesarias para que los clubes de la Asociación Argentina de Football-Amateurs y Profesionales (AAF) comprendieran que no había posibilidad de competir con la poderosa estructura deportiva, económica, mediática y de convocatoria que había logrado la élite de 18 entidades agrupadas bajo el nombre de Liga Argentina de Football. La ausencia de jugadores de calidad y, por tanto, de espectáculos de interés para los aficionados, las magras recaudaciones como consecuencia de la falta de público, la permanente sangría de sus clubes afiliados, que optaban por la práctica de otros deportes ante el evidente fracaso del proyecto, y el pobre desempeño del seleccionado amateur en el Mundial de Italia, eliminado en apenas 90 minutos a manos de Suecia, fueron algunos de los elementos de análisis que impulsaron a los viejos amateuristas a iniciar conversaciones formales con sus pares profesionales para una posible reunificación.
Durante aquellos primeros acercamientos quedó que el rol de cada organismo estaba implícitamente asignado de antemano. Basta con repasar ejemplares de la época de los diarios y revistas deportivas para comprender el interés que despertaban uno y otro torneo. Las tapas y láminas de “El Gráfico” y “La Cancha” estaban prácticamente monopolizadas por jugadores, equipos y plantes de la Liga Argentina, al igual que las transmisiones radiales, los auspiciantes y las charlas de café entre amigos y compañeros de trabajo. Nada de esto sucedía con los clubes de la Asociación, que parecían sumergirse entre sombras cada vez más difusas. Si hacia mediados de 1932 ya era imposible equiparar la atracción que generaba un partido entre Boca-River con la modesta propuesta de un Sportivo Buenos Aires-Estudiantil Porteño, el cuadro de situación dos años más tarde era directamente insostenible. La fusión, entonces, fue entendida por la mayoría de los amateurs como la única vía posible de supervivencia, y desde ese lugar aceptaron sentarse a discutir las condiciones para recuperar el terreno perdido desde mayo de 1931.
Tras varias reuniones con sus pares de la LAF a lo largo del segundo semestre del año, la mayoría de los integrantes de la AAF acordó finalmente reunificarse bajo el nombre de Asociación del Football Argentino (AFA). El compromiso final, sellado el 3 de noviembre de 1934, dejó establecido que los nuevos integrantes aceptaban todas las reglas profesionales de la LAF, sin modificación alguna (esto incluía consentir la vuelta al sistema cerrado de pases), además de entregar virtualmente la representación internacional y el reconocimiento oficial de la FIFA. Además, concedieron ingresar directamente a las categorías inferiores –Segunda y Tercera División- a partir de la temporada 1935, sin posibilidad alguna de disputar ascensos hasta dos años más tarde. “Los dirigentes de la ex AAF se entregaron de pies y manos, solamente con el objeto de subsistir deportiva, moral y económicamente”, describe una Memoria & Balance del Ramsar Sport Club, fechada en diciembre del 34. El acuerdo, en suma, fue tan desigual como las realidades de ambas entidades. Sin embargo, un puñado de clubes, en su mayoría partidarios del antiguo amateurismo, decidió hacer prevalecer el honor y no acordó la integración, abandonando la práctica oficial del fútbol e incluso cerrando sus puertas.
Formalizado el convenio, la parte
final del año estuvo centrada en el modo de ingreso de los equipos de la ex
Asociación Argentina de Football a la flamante AFA. Fue en ese punto del pacto,
cuando empezaron las disputas internas: la desesperación por el reparto de
migajas que ofrecía la ex LAF hizo que un grupo de clubes tomara decisiones
arbitrarias en nombre de todos. En los hechos, esto significó la distribución a
dedo de los clubes que integrarían la Segunda División junto a las Reservas de
los equipos de Primera, el descenso forzado de otros, de menor poderío y
convocatoria, y la eliminación directa de todos aquellos que no aceptaran su
nuevo destino. El resultado final, luego de varias sesiones escandalosas del
Consejo Directivo, fue el siguiente:
Segunda División
All Boys (1)
Almagro (1)
Arg. de Quilmes (1)
Banfield (1)
Barracas Central (1)
Colegiales (1)
Defensores de Belgrano (1)
El Porvenir (1)
C. A. Estudiantes (1)
Estudiantil Porteño(1)
Excursionistas (1)
Nueva Chicago(1)
Sportivo Barracas (1)
Sportivo Bs. As. (1)
Sportivo Dock Sud (1)
Temperley (1)
Tercera División
25 de Mayo (2)
Bella Vista (2)
Boulogne (2)
Central Argentino (2)
Dep. Huracán (San Justo)
Estrella Blanca (2)
Florida (2)
General San Martín (2)
Liniers Sport Club (2)
Los Andes (2)
Marplatense (2)
Sportivo Olivos (2)
Progresista (2)
Ramsar Sport Club (1)
San Miguel Oeste (2)
Sportivo Acassuso (1)
Sportivo Alsina (1)
Sportivo El Progreso (2)
Sportivo Palermo (1)
Unión (Caseros) (2)
Lomas FC (2)
Alte.Brown (Adrogué) (2)
Defensores de Santos Lugares (2)
Palermo (2)
Desafiliados
Gimnasia (Lanús) (2)
Gutenberg (La Plata)(1)
La Paternal (2)
Liberal Argentino (1)
Honor y Patria (Bernal) (2)
(1) Hasta 1934, militaba en Primera División
(2) Hasta 1934, militaba en Segunda División
Ya en diciembre, a modo de celebración de la unidad, los sobrevivientes jugaron
un concurso eliminatorio con las Reservas de AFA, que finalmente sería ganado
por Boca Juniors II. Si bien este Torneo Preparación no trajo grandes
diferencias deportivas entre los representantes de ambas asociaciones, el
inicio oficial de la temporada, a mediados de marzo de 1935, evidenció
rápidamente la brecha futbolística que existía entre las dos ex entidades
paralelas. Quizás en este punto conviene recordar otro párrafo de la Memoria
& Balance de Ramsar: “El pacto dispone que no habrá ascensos hasta 1937. Es
una forma salvadora si se quiere, para los `grandes clubs´ de la ex Asociación
Argentina, que temen enfrentarse con la realidad de inmediato”. Aquellas fueron
palabras premonitorias, ya que a la hora de los resultados, las primeras trece
ubicaciones de la tabla del torneo de Segunda División fueron ocupadas por las
Reservas de Primera, con Estudiantes de La Plata II (58 puntos) en el primer
puesto. Recién en el decimocuarto lugar apareció Defensores de Belgrano (37
puntos), el mejor ubicado de los ex integrantes de la AAF. Sin embargo, el
mayor conflicto surgió en el inicio mismo del torneo, cuando Palermo, Lomas
F.C., Defensores de Santos Lugares y Almirante Brown de Adrogué se retiraron
antes de la competencia y presentaron su desafiliación, no demasiado
convencidos con el acuerdo. No eran los mejores augurios para la fusión.
El panorama tampoco fue demasiado alentador en el flamante campeonato de Tercera. Si bien la disputa del torneo quedó en manos de Progresista, tras dos finales contra 25 de Mayo, al poco tiempo de finalizar la temporada los clubes Sportivo Olivos, General San Martín, Liniers Sport Club y Unión de Caseros solicitaron formalmente su desafiliación, acaso luego de evaluar que el acuerdo con los profesionales no era tan beneficioso como pronosticaban los líderes a la hora de la negociación. En síntesis, la fusión tuvo como primer saldo la “extinción” futbolística de 13 clubes, incómodos frente al nuevo escenario del fútbol local. La emigración continuaría con 25 de Mayo y San Miguel Oeste (al término del torneo de 1936), Estudiantil Porteño, Florida, Ramsar Sport Club, Sportivo El Progreso y Progresista (1937), Sportivo Buenos Aires, Bella Vista y Estrella Blanca (1941), Sportivo Palermo y Marplatense (1942), Boulogne (1944), Sportivo Alsina (1946) y Deportivo Huracán de San Justo (1949).
Siete décadas más tarde, todavía es posible comprobar los efectos de aquella reunificación tardía e injusta: mientras la ex LAF quedó fortalecida y al mando de toda la estructura del fútbol oficial de la Argentina, incluso con el control del Seleccionado, los equipos de la ex AAF tuvieron que pagar los rigores de la transición. En la actualidad sólo existen 17 de aquellas 45 entidades, y apenas ocho llegaron a disputar, en algún momento, torneos de Primera División. Y la mejor ubicación fue lograda por Banfield, hace ya 54 años (Subcampeón 1951).
Al momento de realizarse este informe, el balance 1935-2005 ofrece los siguientes resultados:
Categoría actual/Clubes |
Temporadas en Primera |
Años |
Primera División |
|
|
Almagro |
3 |
1938, 2000/01, 04/05 |
Banfield |
37 |
1940-44, 47-54, 63-72, 74-78, 87/88, 93/94-96/97, 2001/02-04/05) |
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Primera B Nacional |
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|
Defensores de Belgrano |
- |
|
El Porvenir |
- |
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Nueva Chicago |
5 |
1982-83, 2001-02/03-04 |
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|
Primera B Metropolitana |
|
|
All Boys |
8 |
1973-80 |
C.A. Estudiantes |
1 |
1978 |
Los Andes |
6 |
1961, 1968-71, 2000/01 |
Temperley |
9 |
1975-77, 1983-87 |
|
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Primera C |
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Sportivo Acassuso (C.A. Acassuso) |
- |
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Argentino de Quilmes |
1 |
1939 |
Barracas Central |
- |
|
Colegiales |
- |
|
Excursionistas |
- |
|
Sportivo Barracas |
- |
|
Sportivo Dock Sud |
- |
|
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Primera D |
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Central Argentino (Central Ballester) |
- |
|
Por su parte, de entre todos los equipos desafiliados, el único que intentó regresar fue La Paternal, que tuvo un intrascendente paso por la Tercera de Aficionados (actual Primera D) entre 1955 y 1967, en tanto que Gutenberg volvió a la Liga Amateur Platense, de la que fue campeón en 1938, para luego diluirse lentamente hasta llegar a un presente opaco. Las demás entidades sobreviven a medias, con su pasado futbolística transformado en una leyenda casi irreal. Muchas orientaron sus tareas a la práctica de otros deportes, o a la utilización de sus instalaciones para actividades sociales y culturales. Ninguna de ellas supera los 500 asociados, y las nuevas costumbres de la sociedad parecen empujarlas lentamente a su desaparición.
La AFA, en tanto, es una de las corporaciones más influyentes y rentables del país.
Un texto en el que la identificación y la pasión por los colores de un club quedan de manifiesto.
Debo confesar algo que lo tengo guardado en lo más oscuro de mi pesar: en mis años de colegio primario, por momentos me avergonzaba ser hincha de Chacarita Juniors.
Es que ser el único seguidor de mi amado Funebrero, me costó cargadas y burlas de todo tipo que luego, en la soledad, se canalizaban en lágrimas, dolores y pedidos de auxilio nocturnos clamando el afecto de mi vieja. Me han dicho alguna vez que los niños tienen cierta crueldad a la hora del castigo moral y que no se dan cuenta de la gravedad del asunto, claro. Pero también puedo decir (por experiencia personal, obvio) que son cosas que el receptor de estas chiquilinescas injurias nunca olvidará. Y que lo marcan a fuego.
Yo no podía comprender que este hermoso sentimiento que heredé de mi padre, tendría consecuencias tan hondas. Me encantaba ir a la cancha y gritar. Fue allí, en Villa Maipú, donde profesé este amor que hasta el día de hoy mantengo con gran esplendor. Y por qué no, también en ese reducto me inicié en un nuevo dialecto, que incluía una gama asombrosa de insultos.
A raíz de su ateísmo, este ritual era una verdadera misa única e irremplazable. Lo disfrutábamos más que mucho, era el momento donde él y yo nos queríamos más que en ninguna otra ocasión.
Pero en el cole, ese espíritu combativo que incorporaba cada fin de semana, se apaciguaba a ínfimos niveles. Cuando el tema era fútbol, mi tortura comenzaba a inflarse y mi dolor de pibe no encontraba reparo. Sin embargo, tenía la sensación de que algún día todo iba a cambiar, que mi Chaca iba a ser mi más gigante orgullo. Yo lo sabía.
Mi viejo era pelado, no muy alto, pintón y además tenía dos enfermedades crónicas que todos los profesionales de la medicina pronosticaban que no tenían cura: Chacarita y un cáncer de pulmón. Obviamente, yo nunca me enteré de esta agonía que vivía el viejo. Mientras los dolores lo hacían mierda, él ponía su mejor cara y domingo por medio me llevaba a la cancha más linda del mundo, y cuando podía me compraba un choripán con poquito chimichurri. Se esmeraba para verme feliz a mí y a su Beatrí, mi mamá.
Cuando estaba por terminar sexto grado, en un día de otoño, mi madre me vino a buscar a la escuela antes de lo pactado. Fue ahí cuando me enteré de que el Pelado se había ido “a descansar con Dios, para ver a Chaca desde más arriba”. No recuerdo para nada cuál fue mi reacción ni tampoco qué pasó por mi cuerpo. Sé que me llevaron a casa, me pusieron la camiseta tricolor y fuimos de un lado para el otro con el auto. Esa misma noche, mi vieja me contó que lloré y que me notó “más apenado que el día que Chacarita se fue a la C”.
En la casa faltaba mi viejo. Y se notaba, yo lo notaba. Con el correr del tiempo fui entendiendo lo que sufría mi Beatrí y el coraje que tenía para llevar a cabo nuestra vida. Ese mismo coraje que en la cancha le exigíamos a quien vistiese nuestra gloriosa camiseta. Ella estaba haciendo lo que el Pelado quería, y me imagino que estaba reconfortada. El dolor de una pérdida no tiene solución, es una porquería, es impotencia y recién más tarde, resignación.
Es verdad, y sepan disculpar, que mi relato tenga pozos. Tal vez mi pequeña edad y lo traumático del tema, me hicieron olvidar cosas que hoy me encantaría transmitirles. De lo que estoy seguro, es que la ida de mi padre, fue el quiebre que me permitió abrir al mundo esta inmensidad que siento por una institución: Chacarita Juniors.
Ya en la adolescencia y también entrando en la adultez, en cada latido de mi corazón, me sorprendí a mí mismo porque sin darme cuenta me había convertido en un erudito en Genética: me di cuenta que había heredado la enfermedad por el Funebrero. Seguramente, el Pelado estaba sonriendo en el piso de arriba y con ganas de hacerme cosquillas en la panza.
El Fúnebre ya era un miembro más de mi familia. Más allá del chamuyo, la pavada y el verso barato, estaba afirmado como un bastión muy importante en mi día a día. Los clientes del negocio me decían Chaca, y también algunos amigos. En esta etapa de mi vida, en contraposición estaba feliz de no ser “de un club común” y que todos me reconocieran por la pasión que sentía por una camiseta. Ahora sí: estaba totalmente orgulloso.
Esta locura, así, lo supo entender primero durante muchos años Mariela, quien tras un largo noviazgo se convirtió en mi esposa. Y por supuesto, tiempo después mi hijo Juan. Ellos se acoplaban a mi Chacarita, y sin que yo haga un gran esfuerzo. Siempre digo que tuve muchísima fortuna en que con ellos nos transformamos en fieles seguidores de mi equipo. Y que tomáramos como natural ir a una inhóspita canchita, en un inhóspito lugar, sólo para mezclarnos en una deliciosa comunión con la camiseta que mi viejo me enseñó a respetar y adorar. Tan sólo era eso, tan sólo.
El otro día no sé porqué, me rompí la cabeza qué pasaría si el Tricolor desapareciese. No me salía la improvisación, nada de nada. Es que hoy, este sentimiento es mi fuerza para seguir viviendo, es mi muleta. Estoy realmente destruido, casi muerto, vivo para torturarme. Un accidente en la ruta mientras íbamos a la cancha, me dejó varado y sin Juancito ni Mariela, y con un cargo de conciencia asqueroso. Y créanme, amigos chacaritenses, que lo único que me sostiene es el coraje que me envían junto a mi viejo. Porque lo que sobra allá arriba es pasión: para mí y para mi amado Chacarita.
El recuerdo de los futbolistas que fallecieron durante los pasados meses de marzo y abril.
LUCIEN LAURENT (10 de diciembre de 1907, en Saint-Maur-des-Fossés, Francia// 12 de abril de 2005, en Besançon, Francia)
El autor del primer gol en la
historia de las Copas del Mundo falleció a los 97 años de edad en el
hospital Jean-Minjoz, en Besançon (este de Francia).
Nacido el 10 de diciembre de 1907 en la localidad de
Saint-Maur-des-Fossés, Lucien Laurent jugó en diez ocasiones para la
Selección francesa y convirtió marcó dos goles, uno de los cuales fue el
del partido inaugural del primer Mundial, en 1930, en Montevideo (Uruguay).
Laurent –1,62 m de altura y 65 kilos de peso– convirtió al arquero Bonfiglio en
el minuto 19 del partido jugado entre las selecciones de Francia y
México, el 13 de julio de 1930, que acabó por 4 a 1 para los galos.
Éstos fueron eliminados, posteriormente, en la primera ronda de la
competición por sus otros dos adversarios sudamericanos, Argentina y Chile,
por 1 a 0 en ambos partidos.
El ex atacante no fue convocado a la Selección francesa para jugar las
siguientes Copas del Mundo, en 1934 y 1938.
Durante su carrera profesional Laurent jugó con el CA París (1921-30 y
1933-34), el Sochaux (1930-32 y 1935-36), el Club Français (1932-33), el
Stade Rennais (1936-37), el RC Estrasburgo (1937-39) y el Besançon
(1943-46).
Como anécdota hay que señalar que el ex atacante fue contratado por la
Peugeot para jugar para el equipo de la citada empresa francesa
automovilística en Sochaux. Así, durante aquellos años, Laurent se
entrenaba por la mañana y trabajaba en la fábrica por la tarde.
MARIO RAFAEL JARA (19 de abril de 1971, en Córdoba Capital // 3 de marzo de 2005, en Córdoba Capital)
Nota escrita por Juan José Pérez Castellano, publicada en el diario La Voz del Interior, de Córdoba.
La extravagante personalidad de la víctima complica la investigación del asesinato de un hombre de 33 años, ex arquero del Club Atlético Talleres, integrante de una empresa distribuidora de fiambres y lácteos y, a la vez, “un personaje de la noche de Córdoba”, como él mismo se jactaba. El crimen se produjo ayer, alrededor de las 5.25 de la madrugada, en la vivienda ubicada en Talleres 1175, de barrio Jardín. A esa hora, Rafael Jara (33) pernoctaba en uno de los dormitorios. En otro lo hacían sus padres. De repente, los criminales irrumpieron en la habitación, encendieron la luz y, cuando Rafael intentó levantarse, recibió un balazo en la frente. Se escucharon dos disparos, pero uno de los proyectiles impactó en el techo. Este detalle hace pensar que la víctima intentó defenderse y logró que uno de los delincuentes desviara el arma.
“Me tiene bronca la gente porque soy un personaje de la noche”, solía decir Rafael. Para su hermano Martín (27), con esa muletilla motivaba la gracia. Conocido como “el Pescado”, de físico robusto, fue deportista en su juventud. Sus familiares y amigos recordaron que atajó en la Primera de Talleres dos o tres veces cuando era de las inferiores. Debutó en esa división a los 17 años porque el plantel de Primera estaba en conflicto y la “T” se presentó con las inferiores. Fue el 22 de abril de 1990, en la 31ª fecha del campeonato 1989/90, en cancha de Mandiyú de Corrientes. (NdeR: fue el único partido que jugó en el fútbol de AFA y el estadio era el de Huracán Corrientes). Esa tarde se “comió” cuatro goles. Aunque después fue a jugar a otros clubes, su fanatismo por Talleres lo llevó a incorporarse a “La Fiel”, una de las barras bravas. “Por ahí, cuando conseguía una entradita iba a la platea. Era inconfundible porque era el único que usaba un sombrero tejano”, recordó un periodista deportivo. En el ámbito futbolero se hizo muy amigo del “Negro” Juan Manuel Ramos, ex arquero y actual técnico de Juniors. También fue patovica en sitios nocturnos y estaba vinculado al ambiente cuartetero. “Era muy amigo de la Pepa Brizuela (La Barra) pero supieron pelearse”, confió un amigo. Jara conocía a algunas prostitutas y por el solo hecho de frecuentar la vida nocturna, habría conocido elementos vinculados con la droga.
La faceta laboral
La familia Jara posee, desde hace más de 10 años, una importante distribuidora de fiambres, quesos y lácteos, en Ignacio Garzón esquina Talleres, al lado de la casa que fue escenario del crimen. La hermana del muerto, Karina Jara, relató que sus hermanos varones “se dedican a repartir la mercadería”. Sobre el hecho comentó que Rafael “fue sorprendido por dos individuos y esa sorpresa fue fatal”. Consideró que posiblemente “hayan querido robar para sacar plata”, concluyó. Esa hipótesis carece de asidero, pero no se descarta.
Suman 88 robos
Sus hermanos varones también dialogaron con La Voz del Interior. Martín (27) recordó que la firma ha sufrido 88 robos en su trayectoria (al local y a los distribuidores) y aseguró que su papá “vio a tres personas”. Dos fueron los que entraron a la pieza de Rafael y el tercero habría intentado dominar al padre. Jara no murió instantáneamente. Su deceso se produjo a poco de ingresar al Hospital de Urgencias.
HORACIO CASARÍN (25 de mayo de 1918 en Colonia Roma, México DF// 10 de abril de 2005, en México DF)
El domingo 10 de abril tuvo lugar el fallecimiento de uno de los más grandes ídolos de todos los tiempos del deporte mexicano: Horacio Casarín Garcilazo.
Para el fútbol mexicano representó, en la primera mitad del siglo pasado, lo que Hugo Sánchez en la segunda, es decir, un ídolo incomparable. Debutó el 9 de febrero de 1936 en el Necaxa bajo la tutela de Ernesto Pauler, club con el que ganó cuatro títulos en los ’30 y en el que integró el equipo conocido como de “los once hermanos”, por su gran entendimiento y eficacia en el juego desplegado.
Con el Atlante marcó 94 goles (1942-1948 y 1954-1955), y fue su segundo anotador histórico. Obtuvo el título de liga 1941-42 en la era amateur y el de 1946-47 en la era profesional. Fue goleador del torneo 1950-51, convirtiendo 17 goles en 21 partidos; además, actuó con la Selección mexicana en el Mundial de Brasil en 1950, donde anotó un gol frente a Suiza (1-2).
Era tal su magnitud que al terminar los partidos salía en andas y por eso mismo llegó a protagonizar dos películas de cine. Jugó en 1948 amistosos para el Barcelona y el Oviedo de España aunque luego no firmó con ellos. También actuó para el Club España (1948-1950), Necaxa –por segunda vez– (1950-1951), Zacatepec (1951-1954), América (1955-1956) y Monterrey (1956-1957).
Hay una anécdota increíble de Horacio Casarín: el 29 de marzo de 1939, jugando para Necaxa, los de Asturias le pegaron varias patadas y en la última lo lesionaron gravemente al punto que el público se enfureció...¡y quemó el estadio!, que se llamaba Parque Asturias. El juego terminó 2-2 pero del inmueble, de madera, no quedó nada.
Monterrey fue el último equipo en el que militó y se despidió del futbol profesional el 9 de marzo de 1957, su último gol lo registró el 18 de noviembre de 1956. En su paso por Primera División realizó 174 goles.
Como DT fue subcampeón con Atlante en 1981-82 frente a Tigres de Monterrey, y con la Selección juvenil de México en el primer Mundial Juvenil de la historia (luego denominado Sub-20) en Túnez 1977.
El periodista Carlos F. Ramírez publicó el libro “Un ídolo y sus tiempos” sobre la carrera de Horacio Casarín, en octubre de 1994. En sus últimos doce años de vida Horacio Casarín sufrió el mal de Alzheimer.
El Centro para la Investigación de la Historia del Fútbol es una organización sin fines de lucro, reorganizada el 23 de noviembre de 2002. Sus objetivos son investigar, divulgar y promover los distintos aspectos de la historia del fútbol argentino y mundial, a partir del debate y la elaboración de trabajos de investigación y su publicación y difusión.
Los socios del CIHF, por el solo hecho de pertenecer, tienen acceso a muchos beneficios, que se irán sumando mes a mes. Por ejemplo, pueden participar en un foro de discusión a través del correo electrónico, en el que se intercambian dudas, anécdotas, comentarios y otros temas de interés para todos los aficionados a la historia, las estadísticas y el coleccionismo de fútbol. Además, permite a los historiadores de este deporte estar en contacto permanente con muchos de sus principales colegas.
Por otra parte, pueden adquirir valiosos libros relacionados con el fútbol a precios diferenciales (ver Libros con descuento) o participar de cursos y talleres que se organizaren a precios de promoción.
Puede accederse a todo esto por una cuota, para los habitantes en la República Argentina, de $ 5 (cinco pesos) mensuales.
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La historia de Atlanta: 208 págs. El nacimiento del fútbol en la Argentina y el nacimiento de Atlanta, sus primeros pasos y la afiliación a AFA. Luego, año por año una breve síntesis de la actuación en los torneos asociacionistas, con la marcha del equipo y del campeonato. Trae una importante cantidad de fotos. Algo muy original: fotos color, página entera, de las tapas de El Gráfico con jugadores de la institución. (Alejandro Domínguez, BEMASE, Octubre 1998). Precio de venta al público: $ 16,- * Para socios del CIHF: $ 14,00
Guia Canalla – Clausura 2003: 32 págs. Suplemento del diario La Capital de Rosario. Contiene el fixture completo de todo el campeonato (no sólo de Rosario Central) con el historial (G, E, P) de cada encuentro, resumen de campeones y descensos desde 1931, el plantel completo con caritas y ficha estadística de cada jugador, los números de las últimas 20 campañas del club y una página para cada uno de los enfrentamientos con síntesis completas y demás datos. Estadísticas de árbitros (por Carlos Durhand). Precio de venta al público: $ 2,- * Para socios del CIHF: $ 1,50
Guía leprosa – Clausura 2003: 32 págs. Suplemento del diario La Capital de Rosario. Mismo contenido que el anterior pero referido a Newell’s Old Boys (por Carlos Durhand). Precio de venta al público: $ 2,- * Para socios del CIHF: $ 1,50
Club Atlético Estudiantes – Más de un siglo de vida y de milagros: 270 págs. Informe sobre las actividades sociales, anécdotas, campañas futbolísticas, tablas de posiciones, etc. El libro contiene alrededor de 230 fotos b/n de todas las épocas. Tapa plastificada y cosido. (Carlos J. Micko y Horacio Cilmi, Mayo 2003). Precio de venta al público: $ 25,- * Para socios del CIHF: $ 22,50.
El libro de oro de Almagro: 392 págs. Precio de venta al público: $ 30. Sin descuento para los socios del CIHF.
Jorge Newbery, un club con historia: 92 págs. De Ismael Boda (2001). Precio de venta al público: $ 15,- * Para socios del CIHF: $ 12,50
Crónica histórica de Almirante Brown (C.A. Nacional de Adrogué): 28 págs. Por el Prof. Aldo César Karles, Febrero 2001. Precio de venta al público y a socios CIHF: $ 5,-
Anuario ADFP – Descentralizado 2002 (revista): 78 págs. Asociación Deportiva del Fútbol Profesional de Perú. (ADFP, Editorial Cartolan, 2003). Precio de venta al público: $ 20,- * Para socios del CIHF: $ 17,50
Historia del Club A. Colón: 434 págs. De Juan Jesús Sidoni, Impresora Brigadier, Mayo 1995. Precio de venta al público $ 30,- * Para socios del CIHF: $ 25,-
Centenarios del gol: 200 págs. De Guillermo Gasparini, Editorial Puma, Octubre 1998. Precio de venta al público: $ 15,- * Para socios del CIHF: $ 12,50
Club Atlético Sarmiento de Junín (50 años de historia en el fútbol profesional). Tomo I – 1952/1976. 262 págs. De Italo Marone y Roberto Dimarco. Precio de venta al público: $ 30,- * Para socios del CIHF: $ 27,50 (hasta agotar los primeros 15 libros)
190 historiales del fútbol argentino (3ª Edición – Clausura 2003). 103 págs. De Gustavo Berlingieri y Gustavo Presas, elnumero, Febrero 2003. Precio de venta al público: $ 14,- * Para socios del CIHF: $ 12,00
Sábado. La historia del fútbol del ascenso. 182 págs. Todas las tablas de posiciones de la 1ª B Nacional y Metropolitana, 1ª C y 1ª D, desde 1937 hasta 1996/97. Fichas de los principales clubes. Reportajes a los grandes protagonistas. (Gabriel Chepenekas, Fernando D’Addario y Luis Vivori). Precio de venta al público: $ 15,- * Para socios del CIHF: $ 11,00
Argentino de Quilmes. 100 años de fútbol criollo. 282 págs. De Mario Raúl Herra, Jorge Cioccale y Adrián Biondi. Precio de venta al público: $ 25,- * Para socios del CIHF: $ 22,50
Historia de una pasión 1939-1999 (Newell’s Old Boys). 272 págs. De Angel Carlos Burgos y Cristian Gabriel Oger. Precio de venta al público: $ 25,- * Para socios del CIHF: $ 20,00
Club Atlético Rosario Central 1939-1999. Precio de venta al público: $ 20,- * Para socios del CIHF: $ 18,00
Morón. El grito nuestro de cada sábado. 1947-2000. 330 págs. De Claudio Díaz, Junio de 2000. Precio de venta al público: $ 20,- * Para socios del CIHF: $ 17,50
La historia del C.A. Tigre - 1902-2000. 284 págs. De Nazareno Scialpini, Producciones Norte, Septiembre de 2000. Precio de venta al público: $ 25,- * Para socios del CIHF: $ 22,50
El único gigante (Historia de Laferrere): 106 págs. De Julián Carreras y Matías Muzio. Precio de venta al público: $ 10,-* Para socios del CIHF: $ 9,00
Hasta mis cenizas serán celestes (Historia de Temperley). 400 págs. De Daniel Ernesto Remolina. Precio de venta al público: $ 20,- * Para socios del CIHF: $ 17,50
Los Andes, mil rayitas (Historia de Los Andes). De Hugo Bento. Precio de venta al público: $ 19,- * Para socios del CIHF: $ 16,50
El Banfield de Don Valentín. 256 págs. De Víctor Raffo y Alfredo Yanes. Precio de venta al público: $ 10,- * Para socios del CIHF: $ 8,00
Chile. 1ª División. DeJosé María Lagger, Carlos Yametti y Carlo Fontanelli. Precio de venta al público: $ 20,- * Para socios del CIHF: $ 17,50
Excursio, una historia de amor y aguante. 82 págs. De Pablo Wildau. Precio de venta al público: $ 15,- * Para socios del CIHF: $ 12,50
El libro de oro de Excursionistas campeón. 70 págs. La campaña completa del equipo campeón del Torneo Clausura 2000/01. De Pablo Wildau. Precio de venta al público: $ 8,- * Para socios del CIHF: $ 6,00
Histórica de una pasión (Defensores de Belgrano): 182 págs. De Román Queiroz. Precio de venta al público: $ 15,- * Para socios del CIHF: $ 12,-
92 Historias en 92 años de historia (Excursionistas). De Pablo Wildau. Precio de venta al público: $ 12,- * Para socios del CIHF: $ 10,00
Historia del fútbol amateur en la Argentina. 398 págs. De Jorge Iwanczuk. Precio de venta al público: $ 45,- * Para socios del CIHF: $ 40,00
Diccionario velezano 1931-1996. 172 págs. De Esteban Bekerman. Precio de venta al público: $ 12,- * Para socios del CIHF: $ 10,00
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