Botafogo, campeón de la Libertadores 2024

por Felipe Soutinho, socio del CIHF

El Botafogo de Fútbol y Regatas, club de Río de Janeiro, es el campeón de la edición de la Copa Libertadores de América de este año. Sigue una “tradición” iniciada en 2022, año en que clubs de la “Ciudad Maravillosa” empezaron a ganar seguidamente esa copa: en 2022 fue el Flamengo, en 2023 el Fluminense y ahora el Botafogo.

El equipo carioca nunca había llegado a una final, y mismo teniendo algunos planteles llenos de grandes cracks -el de fines de los años 50 hasta mediados de los 60, con el arquero Manga, Nílton Santos, Garrincha, Didí, Paulo Valentim, Quarentinha, Amarildo y Zagallo, y el de finales de los 60 hasta la mitad de los 70, con Gérson, Brito, Marinho Chagas, Roberto, Jairzinho, Paulo César Lima y el “Lobo” Fischer- no había logrado una gran campaña.

Las campañas anteriores del Botafogo en la Libertadores fueron las siguientes:
– 1963: cayó en semifinales contra el Santos de Pelé;
– 1973: eliminado en la segunda fase, en un grupo con el Cerro Porteño paraguayo y el Colo-Colo chileno;
– 1996: eliminado en octavos por el Gremio de Porto Alegre.

Finalmente en 2024 el sueño se cumplió. El tan ansiado título de campeón sudamericano llegó y el Botafogo dejó de ser el único “grande” de Río de Janeiro sin tener su nombre en una plaquita en la base de la copa. Para eso, recorrió un camino que empezó por la transformación del club en SAF (Sociedad por Acciones del Fútbol), cuando en enero de 2022 el control del fútbol (90% de las acciones) pasó a las manos de la empresa Eagle Football Holding, del americano John Textor, que también tiene acciones del Molenbeek de Bélgica (80%), del Crystal Palace inglés (40%) y del Lyon de Francia (40%).

Con el aporte de 400 millones de reales para la compra de las acciones, el Botafogo empezó a renegociar su deuda. El club, que recién ascendía después de una temporada en la Serie B en 2021, mejoró su equipo, pero 2022 no trajo resultados deportivos expresivos. El año siguiente vio un escenario bastante distinto, con el equipo peleando por el título nacional en la Serie A hasta el final, llegando a tener una expresiva ventaja de puntos, que se le escurrió entre las manos en los tramos finales de la competición. El Botafogo siguió reforzando su equipo, y en 2024 lidera nuevamente el Brasileirao y después de una campaña bastante regular en la Copa Libertadores, vio como finalmente llegaba el ansiado título.

Dejó en el camino a equipos tradicionales de la competición, como Peñarol, Sao Paulo y Palmeiras. No fue una campaña arrolladora, con un aprovechamiento de 58% (8 victorias, 6 empates y 3 derrotas), marcando 30 goles y sufriendo 17, pero se puede decir que “ganó cuando necesitaba”. Tuvo el artillero de la competición, Junior Santos con 10 goles. Curiosamente el jugador estuvo alejado de algunos partidos por haber sufrido una fractura por stress en la tibia izquierda, siendo uno la final.

El partido final fue el reflejo exacto de lo que es el equipo botafoguense: organizado, con una buena defensa, que supo soportar la presión del Atlético Mineiro en algunos momentos del partido -en el inicio, luego después de la expulsión del volante Gregore, y después del gol del equipo mineiro- y tuvo la tranquilidad para aprovechar cada oportunidad que le proporcionó el adversario para marcar goles. ¿Es un equipo espectacular? No, tanto que mismo siendo el líder actual del Brasileirao solo aporta un par de jugadores a la selección. Pero es sólido, con buen toque de pelota y dinámica, y tiene un elenco parejo, que permite reemplazos sin pérdida de rendimiento.

Fue un justo campeón, frente a un Atlético Mineiro al que le faltó más coraje -su técnico permaneció un largo periodo con tres zagueros- ante un adversario que actuó casi los 90 minutos con un hombre menos. Después Milito llenó el equipo de delanteros, pero como suele pasar en esas ocasiones, faltó quien hiciera llegar la pelota en condiciones a esos hombres.

Una curiosidad: mismo siendo la primera final del club carioca, algunos de sus jugadores ya habían llegado a esa etapa de la Copa Libertadores: el volante Danilo Barbosa, quien en 2021 entró en la segunda etapa de la final contra el Flamengo y fue campeón por el Palmeiras; el zaguero Pablo, que está lesionado y no viene siendo aprovechado, estaba en el elenco del Flamengo en 2022, pero no jugó la final contra el Athletico Paranaense; y finalmente el arquero John, que defendió el Santos contra el Palmeiras en la final de 2020, pero no se quedó con el título.

Otros dos jugadores del club tienen experiencia previa en la Libertadores, pero no llegaron a disputar una final: el zaguero Lucas Halter jugó por el Athletico Paranaense en 2022, pero fue transferido para el Goias antes de la final; el volante Óscar Romero jugó en 2023, pero pasó al Pendikspor de Turquía antes de la final con el Fluminense.

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