por Darío Ocampo, socio del CIHF
Un día como este, como cualquiera, uno que se presenta como otro intrascendente, la cancha de San Lorenzo de Almagro se pobló de algunos hinchas del Ciclón. El viernes 8 de septiembre de 1967 -hace más de 58 años-, 2.134 espectadores fueron testigos del 0-0 entre los de Boedo y Quilmes. Un punto más para cada cuadro, sin siquiera goles animando el espectáculo. Pudo haberse dado de otra forma pero se dio así. Es que el motivo de ese cruce ya era suficiente para quedar en la historia: se había iniciado el primer Torneo Nacional en la historia del fútbol argentino.
Un torneo más federal
El Torneo Nacional surgió de la reestructuración llevada a cabo por la AFA. La Asociación del Fútbol Argentino había establecido la disputa de dos torneos anuales y la eliminación del único que solía llenar el calendario del fútbol de Primera División.
La novedad del Nacional estuvo en la participación de clubes indirectamente afiliados a la AFA, del interior de la Argentina. Para acceder a jugarlo, debían clasificarse a través del Torneo Regional, una competición creada específicamente a tal fin. Los 4 calificados se sumarían a los otros doce equipos que habían hecho méritos en el Torneo Metropolitano, jugado en la primera parte del año.
Central Córdoba de Santiago del Estero, San Lorenzo de Mar del Plata, San Martín de Mendoza y Chaco For Ever fueron los equipos indirectamente afiliados a la AFA que lograron la presencia en el Torneo Nacional 1967.
Independiente, el primer campeón
Independiente de Avellaneda se consagró campeón de la primera edición con aplomo. Pero su debut, el 10 de septiembre, no fue fácil. En San Martín de Mendoza, el Rojo ganó ante uno de los cuadros indirectamente afiliados. Fue 3-2 gracias a dos tantos de Raúl Savoy y uno de Omar Diéguez. Los Diablos Rojos, una semana después, no tuvieron piedad ante los santiagueños de Central Córdoba, a quienes golearon por 6-0 en la Doble Visera. Roberto Tarabini y Luis Artime convirtieron dos veces cada uno. El mismo Tarabini, el 1 de octubre, volvió a convertir. Fue ante Lanús, doblegado 5-3 por el Rojo en Avellaneda y por la gran actuación de Héctor Yazalde, autor de 3 tantos en aquel encuentro. El mismo Chirola volvió a firmar otros goles en la siguiente fecha: hizo 2 más en la victoria 4-2 frente a Quilmes.
Todavía en Avellaneda, por la séptima fecha, Independiente asestó otra goleada a un cuadro del interior para deleite de su gente. Artime convirtió 2 veces en lo que fue triunfo por 6-0 contra Chaco For Ever, justo antes de vencer 3-0 a San Lorenzo de Mar del Plata en condición de visitante. Allí también marcó, como Yazalde y Savoy. Contra el otro San Lorenzo -el de Boedo-, el Rojo sufrió la primera derrota en la campaña. Rafael Albrecht, Alberto Rendo y Ricardo Coronel relegaron a anécdota el gol de Yazalde, marcado en el Gasómetro. El Ciclón se impuso por 3 a 2 en la 12. ª fecha, pero los Diablos Rojos seguían aferrados al liderato. El compromiso de los de Avellaneda quedaría evidenciado solo siete días más tarde, a costa de los goles de Artime y la anotación de Osvaldo Mura: la victoria 3-2 contra Boca en Avellaneda. Los mismos goleadores que habían quemado las redes xeneizes hicieron lo propio ante las riverplatenses el fin de semana posterior. Con un gol de cada uno, Independiente se llevó la victoria del Monumental y una gran oportunidad para consagrarse campeón.
El 17 de diciembre, en su casa, Independiente recibió a su clásico rival. Racing Club de Avellaneda, vencedor de la Copa Libertadores de América y de la Copa Intercontinental apenas meses atrás, le había dado a la Argentina su primer título mundial en el fútbol. Sus archirrivales de Avellaneda reconocieron tal logro digno del orgullo del pueblo futbolero argentino con un homenaje antes del encuentro. Ya sobre la cancha, Independiente imprimió su respeto con una competitividad que fue demasiada, que fue avasallante. El tridente del Diablo rasgó con profundidad a la Academia, víctima de una goleada por 4 a 0. Tarabini, Artime (x2) y Savoy hicieron los goles de la victoria en el clásico y de la concreción del campeonato. Independiente de Avellaneda se proclamó campeón del primer Torneo Nacional.
El campeón brilló a costa de sus 43 goles. Todos ellos, marcados en 15 partidos, números que arrojan el promedio de 2,87 tantos por partido. A tamaña cantidad de gritos colaboraron Artime y Yazalde con gran peso: entre ellos, sumaron 21 goles, casi la mitad de toda aquella campaña del Rojo. Independiente, vencedor del clásico ante el campeón intercontinental, fue escoltado por Estudiantes. El equipo platense acabó invicto -9 victorias y 6 empates- y logró clasificar a la Copa Libertadores de América. Un año más tarde, la ganaría por primera vez y desafiaría a Manchester United por el título de campeón mundial.
Hazañas del interior
Entre los hechos destacados que fueron parte de este certamen, está el 1-1 entre Racing y San Lorenzo de Mar del Plata. En el Cilindro, Norberto Raffo, autor de un gol ante Celtic en el juego de vuelta de la Intercontinental, convirtió para la Academia. El cuadro marplatense logró sacarle un punto al campeón intercontinental en su propia casa en la primera fecha del Torneo Nacional.
También resultó histórica la visita de Central Córdoba a la Bombonera. En la casa de Boca, Marcelo Aranda sorprendió al cuadro local a los 19′. El Ferroviario, a falta de 15 minutos para el fin del encuentro, estiró a dos tantos su ventaja gracias a la anotación de Manuel Rojas. Si bien Boca logró el descuento por intervención de Antonio Rattín a los 87′, fue derrotado por el conjunto santiagueño en la sexta jornada del certamen. Central Córdoba materializó así el primer gran triunfo del fútbol del interior en los Torneos Nacionales.
Un legado nacional
Aunque los equipos del interior sumaron estas hazañas a su historia, poco pudieron hacer a nivel general. Llenaron sus canchas ante cualquier rival, pero acabaron en los últimos puestos de la tabla. Sin embargo, la victoria ya había sido lograda con la disputa de esta competencia. 19 años después, el Torneo Nacional llegaría a su fin, pero con la misión de integrar a los equipos indirectamente afiliados a la AFA ya cumplida, habiendo hecho realidad un fútbol más federal, más argentino.