Gimnasia y Tiro Campeón de Honor 1960

por Facundo Sinatra Soukoyan, socio del CIHF

 

Gimnasia y Tiro venía de consagrarse Campeón del Torneo Adiestramiento, certamen que se
disputaba entre los certamenes de Liga para mitigar los huecos de temporada. Ese antecedente lo colocaba como firme candidato para el Torneo de Honor 1960 de la Liga Salteña.

Pero claro, aquellas eran solo suposiciones, intuiciones previas que debían ser refrendadas en
el rectángulo de juego. Y para lograrlo, el Albo tendría que atravesar 14 fechas, enfrentándose
a siete rivales distintos: Central Norte, Juventud Antoniana, Argentinos del Norte, Federación
Argentina, Libertad, Correos y Pellegrini.

Todo comenzaría el domingo 31 de julio de 1960, cuando Gimnasia recibió en condición de local a Pellegrini, el “adoquinero”. Tras un primer tiempo modesto, ambos equipos se marcharon al vestuario con un gol por lado. El tanto millonario lo convirtió, a los 10 minutos, Federico Akemeir, anunciando desde temprano un torneo que lo tendría como figura fulgurante.

Ya en el complemento Gimnasia sería una tromba. Con goles de Racedo, Martínez, V. López y Raúl López, completó un aplastante 5 a 1. “Gimnasia fue mucho más eficiente”, “Inobjetable triunfo de Gimnasia”, titularon los matutinos salteños.

En la segunda jornada, el rival sería Argentinos del Norte, quien también había ganado su primer encuentro. Gracias a esta situación el choque se transformó en uno de los más esperados, “La expectativa que había despertado este partido se vio reflejada en la cantidad de espectadores”, señalaban las crónicas.

En el campo de la Liga Salteña se disputó el vibrante duelo: 3 goles para Gimnasia y 2 para
Argentinos. El Millonario ganó el primer tiempo por 1 a 0, sufrió el partido cuando Argentinos lo dio vuelta 2 a 1, y reaccionó con carácter marcando dos goles más para sellar un épico 3 a 2.

La tercera fecha anunciaba un desafío áspero, de esos que se juegan con el cuchillo entre los dientes: Juventud Antoniana, un clásico, y como tal se disputó: trabado, físico, áspero, con poco margen para el lucimiento. Los clásicos, sin embargo, hay que ganarlos… y Gimnasia lo hizo por 2 a 1.

La cuarta fecha no sería menos intensa. Esta vez, el clásico sería frente a Central Norte, fuera de casa, en el reducto azabache. Ambos invictos, ambos punteros. “Se vistió de gala el estadio ‘cuervo’. Había calor atmosférico y calor de barra, mucha barra, que cubría ampliamente ambas tribunas”, describían los diarios. El primer tiempo terminó con ventaja de Central Norte gracias al gol de Gómez a los 43
minutos. Pero el complemento sería un torbellino: dos goles más para el Cuervo y cuatro para
Gimnasia, que conquistó un 4 a 3 memorable, destronando al rival y arrebatándole el invicto.

Para entonces, Gimnasia ya hacía gala de su candidatura. “Puntero absoluto”, anunciaban de cara a la fecha 5, en la cual también venció a Federación por 4 a 2. “Gimnasia sigue invicto”, “El fútbol está en Gimnasia”, celebraban los cronistas. Y en ese tramo de torneo ya brillaba en su plenitud un secreto a voces: el delantero Federico Akemeir. “Notable virtuoso de la pelota”, escribirían sobre él.

La sexta jornada fue un aplastante 6 a 3 frente a Correos; la séptima, un contundente 5 a 3 a
Libertad. “Con un triunfo categórico y merecido finalizó Gimnasia y Tiro la primera rueda del certamen de honor”.

Al cierre de esa primera ronda, el Millonario seguía firme en la punta con 7 partidos jugados, 7 ganados, ninguno empatado ni perdido, 29 goles a favor y 15 en contra: un promedio demoledor de 3,5 goles por encuentro.

Pero la primera rueda traería también un cimbronazo: un cable de La Gaceta de Tucumán informaba que River Plate, de la mano de su representante Pezutti, buscaba llevarse al goleador indiscutido Akemeir. Para el fútbol salteño, una pérdida enorme; para los jugadores de la región, una puerta para mostrar su categoría en la capital del país.

La octava fecha, primera de la segunda rueda, confirmaría todo lo anterior: “Sigue Gimnasia su
vertiginosa carrera hacia su total consagración”, escribieron tras el 5 a 2 sobre Pellegrini en cancha de la Liga.

En la novena fecha llegó un rotundo 7 a 1 sobre Argentinos del Norte, que abría la posibilidad de ser campeón en la jornada siguiente, ya que Gimnasia había sacado 7 puntos de ventaja sobre su inmediato perseguidor, Central Norte.

Para la fecha 10, además de los goles de Akemeir, Gimnasia contaba con el aporte de otro artillero singular: Manuel Racedo, “millonario” de enorme hambre de gol, “su notable codicia y espíritu de lucha”, lo describían.

En aquella fecha, el triunfo de visitante sobre el clásico rival, Juventud Antoniana, por 4 tantos contra 2, lo dejaría al Albo a las puertas de la consagración. “Poco fútbol y mucho de potrero”, titulará el suplemento deportivo del diario El Tribuno; porque para ser campeón, se necesitan las dos cosas.

Y entonces llegó la fecha 11, la de la coronación anticipada. Gimnasia, faltando tres fechas, se consagró Campeón del Torneo de Honor 1960 tras derrotar a Central Norte como local por un contundente 5 a 2.

El campeón quedó inscripto para siempre, tras una goleada fantástica y un marco multitudinario, “Extraordinaria cantidad de público presenció las alternativas del partido”, publicó El Intransigente. Ya laureado, Gimnasia afrontó tres partidos más que fueron celebración pura para su gente. La fecha 12: un 8 a 1 sobre Federación. La fecha 13: 4 a 2 frente a Correos.


En tanto la fecha 14, última del torneo, será frente a otro de los legendarios equipos del futbol salteño: el Club Atlético Libertad. El partido, disputado en el estadio de Gimnasia y Tiro, resulto otra goleada, en este caso por un categórico 4 a 1. “Invicto y sin perder un solo punto se clasificó el primer equipo de Gimnasia y Tiro Campeón de Honor de la Liga Salteña de la temporada 1960”, proclamaron los diarios.

“Su hazaña, jamás igualada en nuestro medio y tal vez en el historial futbolístico de la República, es elogiosamente comentada en todos los ámbitos deportivos de nuestra provincia”, seguían adjetivando los periódicos. “Gimnasia: hazaña insuperable”, “Cumplió Gimnasia con su victoria una hazaña que podrá ser igualada, pero no superada”. Esa conquista, sin duda, quedó escrita en letras mayúsculas.

Aquel torneo, que terminó el 18 de diciembre, marcó un hito irrepetible: Gimnasia y Tiro obtuvo 28 puntos sobre 28 en juego, anotó 66 goles (promedio de 4,71 por partido) y solo recibió 26. Como dato anecdótico, Argentinos del Norte fue segundo con 17 puntos (11 de ventaja en un torneo que aún otorgaba 2 puntos por partido ganado).

 

La tabla de goleadores coronó a Akemeir con 21 tantos, seguido por Racedo con 18. La dupla millonaria acumuló 39 conversiones, lo que representó el 59 % del total del equipo. Akemeir
cerró con un promedio de 1,5 goles por partido, en tanto Racedo con 1,2: una delantera legendaria, y posiblemente, la más influyente en la historia del fútbol salteño.


Sin embargo estos grandes exponentes del gol, cabe recordar a un plantel que hizo grande a la institución. La formación que normalmente paraba el Director Técnico Gregorio Zamora en la cancha era: Luis Koss; Rubén Gerbán y Juan Fernandez; Juan Bepre, Raúl López y Juan C. Martinez; Cornejo Revilla, Federico Akemeir, Manuel Racedo, Pedro Medina y Leonardo Defrancesco. Completaba el plantel Victor López, Pablo Moya, Oscar Guerra y Antonio Agüero.

El Campeonato de Honor 1960 quedó como una marca imborrable, reconocida por propios y extraños: “Gimnasia y Tiro, magnífico exponente de nuestra organización deportiva, logró con su campaña reciente agregar a su notable historial un trofeo que, posiblemente, no sea alcanzado ni igualado por muchos años en nuestro medio por entidades similares”.

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