Esta sección pretende dar a conocer la cantidad total de partidos que por distintas razones, sufrieron el concepto de “anormalidad” en la Primera División del Fútbol Argentino, y que reviste mayormente cuestiones extra deportivas que por lo realmente sucedido en los 90 minutos de juego.
Por Fernando Serra, socio del CIHF
Fueron muchos encuentros a lo largo de la historia que debieron ser interrumpidos antes del pitazo final y que no pudieron continuar. En la mayoría de los casos, la intemperancia de los espectadores le pusieron fin a un encuentro, a partir de invasiones del campo de juego o por la generación de incidentes en las tribunas, ya sea en desacuerdo con los fallos arbitrales o por las “batallas” por la supremacía con la hinchada contraria y/o la policía. En otros casos, los menos, con lo sucedido dentro del campo de juego con los propios protagonistas.
Las inclemencias climáticas también han abortado partidos por la imposibilidad de jugar al fútbol en condiciones anormales, pero casi siempre han continuado y definido el resultado en la cancha.
Entran en esta condición de “anormalidad” aquellos encuentros que aun habiendo finalizado en el tiempo reglamentario, el Tribunal de disciplina debió posteriormente intervenir, modificando luego el resultado de los noventa minutos, ya sea por la mala inclusión de un futbolista no habilitado u otra razón antirreglamentaria que lo ameritaba.
Por último también serán considerados aquellos encuentros que nunca se disputaron, y que luego la AFA determinó el marcador final basado en los reglamentos y los fallos judiciales.
Dando inicio a este informe con la primera entrega, aparece la década del ’30, con el inicio del profesionalismo, donde a priori, esta nueva modalidad en el Fútbol argentino, parecía ser garantía de organización y seriedad.
El siguiente listado resume todos los encuentros que entran en la condición de “anormalidad” descripta, desde el torneo de 1931 de Primera División que inauguró el profesionalismo, hasta el disputado en 1940. Las siguientes décadas serán parte de sucesivas entregas.
Como se puede apreciar en el detalle de la planilla que acompaña esta nota, hubo muchos encuentros que no se disputaron, debido a sendas sanciones a algunos clubes, algunas de ellas relacionadas con episodios ajenos a los cotejos en sí. El caso más significativo y de mayor repercusión histórica fue el protagonizado por el Club Banfield. Este, a raíz de la aplicación de una sanción por parte de las autoridades de la Asociación del Fútbol Argentino, ante un soborno denunciado por el Club Barracas Central en el torneo de Segunda División de 1939, donde fue perjudicado el elenco porteño, le valió a los sureños, que aun así se quedaron con el ascenso obtenido dentro de la cancha, una sanción por el término de 30 días que abarcó las cinco primeras jornadas del campeonato de Primera División de 1940, donde perdió los puntos en juego.
Otros equipos que también fueron sancionados por razones extradeportivas fueron Talleres en 1936 y Ferro Carril Oeste y Chacarita Juniors, también en 1940.
En 1932, en ocasión del partido entre Quilmes y Ferro Carril Oeste por la última fecha del certamen, se produjo la primera suspensión de un encuentro debido a la lluvia, siempre considerando la etapa profesional. Dado que se trataba del cierre del torneo y ambos equipos no presentaban interés por la pelea por el título, decidieron dar por terminado el encuentro con el resultado al momento de la suspensión: 2 a 2.
CH – Copa de Honor
(1) – Los jugadores de Lanús le pidieron al árbitro que termine el partido dada la goleada recibida, y el juez lo suspendió
(2) – El Capitán de Huracán retiró el equipo de la cancha en desacuerdo con un fallo del árbitro
(3) – Los jugadores de Tigre le pidieron al árbitro que termine el partido dada la goleada recibida, y el juez lo suspendió
(4) – Los jugadores de Gimnasia y Esgrima, en desacuerdo con los fallos del árbitro, decidieron no seguir jugando, a lo que el juez, tras el séptimo gol local lo suspendió
El primer superclásico de la Era Profesional
El primer superclásico del profesionalismo, el que se disputó el domingo 20 de septiembre de 1931 por la 17ª fecha en el estadio boquense, en momentos donde la rivalidad de Boca Juniors y River Plate ya era un hecho que albergaba una enorme pasión popular, debió ser suspendido a los 27’ del primer período, motivado por una protesta con disturbios incluidos entre el árbitro y los jugadores visitantes, y que luego se trasladó a las tribunas. La sanción de un penal a favor del local por parte del juez Escola cuando el encuentro se encontraba 1 a 0 a favor de los “millonarios” puso a los “xeneises” a tiro de la igualdad. Lo que provocó el airado reclamo fue que en el segundo rebote de dicho penal, tras dos contenciones del arquero Iribarren, el ejecutante “pancho” Varallo le cometió falta previo a convertir el empate. Minutos después el árbitro suspendió el encuentro. Posteriormente el Tribunal de disciplina de la Asociación le otorgó los puntos en juego a Boca Juniors que ese año se coronó Campeón.
Foto de la nota: La crónica de Diario El Mundo sobre el primer superclásico del profesionalismo. Lunes 21 de septiembre de 1931