Ángel Natalio Allegri, el hermano mayor que fuma

por Jorge Concilio, socio del CIHF

Estaba siempre serio como si el partido fuera una guerra. Es que no concebía la lucha del área como otra cosa. En el área era algo así como “el hermano mayor que fuma”, en cuya ayuda van los otros muchachos de la defensa. Y cuando salía a cortar un avance, iba como el chico que espera la salida de la madre para ir en forma directa al lugar de la alacena donde se encuentra el dulce.

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Así lo vieron también en Londres y en Dublín, asombrado de esa precisión de turista del área que es Ángel Allegri, ya que ningún delantero pudo esconderle la pelota mucho tiempo. Así también se lo vio al reincorporarse a nuestro fútbol después de esa hazaña en Europa.

Era de esos pocos casos que todavía conservaba nuestro fútbol. Era uno de esos casos de antes en que todavía se jugaba por el amor a la camiseta. Se hizo en Vélez y cuando se le insinuaba otros destinos, decía: “Si, todos los años me hablan de varios equipos, pero por suerte no se llega a nada”.

Nació en Floresta y en sus calles se fue haciendo ducho en el pique y en el shot certero. Con Liberal Porteño se daba el gusto en las tarde de Parque Avellaneda, semillero de tantos cracks, hasta que un día Tartaglia, hacedor de cracks de Vélez Sarsfield, se lo llevó para la quinta división.

Era back por vocación. Le ayudaba su físico corpulento. Alto en el área la pelota tenía que pedir permiso para pasar y de bajo era imposible.

En Vélez sigue ascendiendo de división hasta que un domingo de 1946, por enfermedad del titular de la primera, tiene que ocupar su puesto. Lo hace junto a su compañero de tantos partidos Huss, es contra Tigre y ganan 3 a 0. Gusta. Y desde ese día queda en el puesto que se había ganado por derechos propios.

Aunque era back, la historia de Allegri se escribe con referencia de goles. Darle a Allegri un tiro libre a treinta metros del arco es como aquel viejo con aquella canasta masitero a la salida del cole. Tenía tantos goles hechos que más de un delantero le debía enviar.

Pero para que seguir hablando de este muchacho que en Londres y en Dublín dejó una tarjeta de visita que los delanteros ingleses no olvidarán jamás.

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