por Darío Ocampo, socio del CIHF
Desde continentes distintos y distantes, con idiomas y orígenes aún más dispares, Argentina e Inglaterra han forjado una de las rivalidades más apasionadas y significativas del fútbol mundial. Esta contienda está marcada no solo por históricos partidos y el fervor nacionalista, sino también por la huella indeleble que dejó la Guerra de las Malvinas. Tanto en el ámbito de clubes como en el de selecciones nacionales, los encuentros entre argentinos e ingleses captan la atención del hincha y el espectador en general.
Entre fines del siglo XIX e inicios del XX, varias empresas inglesas relacionadas a la ampliación ferroviaria en la Argentina llegaron al país. Ellas se asentaron principalmente en la ciudad de Buenos Aires y en algunas localidades del conurbano. Con ello surgieron las comunidades inglesas que, a través de la fundación de colegios y clubes, fueron dándole lugar al fútbol en tierras argentinas.
A continuación, un repaso por los partidos entre equipos de Argentina y de Inglaterra que el autor considera más importantes en el tejido de esta rivalidad futbolística.
Southampton F.C., la primera experiencia
Recién a inicios del nuevo siglo se produjo el primer enfrentamiento entre un equipo inglés y uno argentino. Este hecho constituye un hito fundacional del fútbol sudamericano.
Los encuentros entre equipos de Buenos Aires, Rosario y Montevideo ya eran frecuentes en los últimos años del siglo XIX. Sin embargo, recién a inicios de la siguiente centuria se produjo el primer partido entre un equipo argentino y uno inglés.
Con tal de que el deporte ganase popularidad y de medir el nivel del fútbol argentino, la AFA (Argentine Football Association) logró la visita de Southampton F.C. para una serie de partidos amistosos tras tratativas con la FA (Football Association). Es importante mencionar que la AFA se encontraba afiliada a la propia FA en ese entonces.
Además de alcanzar el subcampeonato de la FA Cup en 1900 y en 1902, Southampton dominaba el sur inglés. Con su sexto título de la Southern Football League bajo el brazo, llegó a la Argentina en 1904.
El 26 de junio de ese año tuvo lugar el primer encuentro entre un equipo inglés y uno argentino: Alumni, campeón de la liga local, y Southampton F.C. El mismo presidente de la República, Julio Argentino Roca, estuvo presente en el estadio de la Sociedad Sportiva Argentina, frente al Hipódromo de Palermo, para ver el partido.
Con un gol de Edgar Bluff al minuto 34, un tanto en contra de Carlos Brown a los 52 minutos y el cabezazo goleador de George Albert Hedley, Southampton venció 3 a 0. Alumni fue el derrotado en el primer partido entre un equipo inglés y uno argentino.
Southampton F.C. continuó en el país y, tras golear 10 a 0 a un equipo formado por jugadores británicos de la liga argentina, enfrentó a Belgrano Athletic Club. Aquel 6 de julio, los ingleses cosecharon una nueva victoria, aunque sufrieron el primer gol argentino en su contra. Arturo Forrester, asistido por John Henry Wood, superó la defensa del arquero George Crowley y marcó a favor del equipo local en la derrota de 6 a 1.
Para cerrar su estadía en Buenos Aires, The Saints derrotaron 5 a 3 al combinado de la Liga Argentina, en un encuentro emotivo.
Los argentinos, por primera vez contra los creadores del fútbol, lograron mostrarse con hambre de competencia. El medirse con un equipo profesional de primer nivel, el gran interés que demostró el público y la atención que le dedicó la prensa a este evento fueron los cimientos no solo de la historia entre equipos argentinos e ingleses, sino del fútbol argentino en general. Acompañado por un aire progresista en lo que eran los últimos meses de gobierno de Julio Argentino Roca, el crecimiento del balompié argento se mostraba imparable.
El primer triunfo argentino ante los británicos
Para mantener el estímulo al fútbol local, la AFA continuó convocando a equipos británicos a la Argentina. Tras el paso del inglés Nottingham Forest F.C. en 1905, la AFA invitó a la South African Football Association (SAFA) y a Fulham FC. Este último, equipo inglés del primer nivel, declinó la oferta, pero la SAFA -organización de futbolistas amateurs de Sudáfrica- la aceptó y envió a su equipo de aficionados a Buenos Aires.
Hacia 1906, el fútbol se codeaba con el rugby y el cricket como uno de los deportes más populares en Sudáfrica, que estaba bajo dominio británico. Las visitas de algunos equipos ingleses habían ayudado al crecimiento de este deporte allí.
La SAFA, afiliada a la FA desde 1896, compuso un equipo que era integrado solo por jugadores blancos y, aunque amateur, gozaba de un alto nivel. De los 15 jugadores que vinieron a la Argentina, 7 eran sudafricanos, otros 7 ingleses y 1 escocés.
Luego de vencer 14 a 0 a un combinado de jugadores y estudiantes de la Universidad de Buenos Aires, el equipo de amateurs británicos residentes en Sudáfrica enfrentó a Alumni, el campeón de la liga argentina, el 24 de junio de 1906.
En el recinto que montó la Sociedad Sportiva Argentina, de nuevo frente al Hipódromo de Palermo y ante la mirada del presidente Dr. José Figueroa Alcorta, Ernesto Brown, jugador de Alumni, se lesionó. Sin embargo, Henry Heeley, capitán del conjunto visitante, permitió el ingreso de Juan Dodds Brown, de Alumni II, en reemplazo del lesionado.
El equipo extranjero intentó muchas veces romper el cero, pero estuvo falto del toque final. Alfredo Brown, a los 16 minutos del segundo tiempo, convirtió el único gol del partido en favor de Alumni. A pesar de los nuevos intentos del combinado de la SAFA, Alumni, que aprovechó una de sus pocas oportunidades, se quedó con un inesperado e histórico triunfo.
Los sudafricanos ganarían el resto de sus partidos de gira, lo que deja ver la magnitud del triunfo de Alumni, el primero de un equipo argentino contra un equipo formado por jugadores británicos. Además, por ser la primera victoria ante un equipo extracontinental, significó un hito en la historia del fútbol rioplatense y trajo buenos augurios al futuro del balompié argentino.
De cabeza: la primera victoria ante un equipo inglés
Tras el rechazo de Tottenham Hotspur, que había estado en Argentina en 1909, a la invitación de la Asociación Argentina de Football, Exeter City, equipo de mitad de tabla de la Liga del Sur de Inglaterra, aceptó la propuesta. Motivado por lo rentable de la gira por Argentina, el equipo blanquirrojo llevó a la mayoría de sus jugadores que habían sido titulares en la temporada anterior a la serie de encuentros amistosos a desarrollarse en Sudamérica a mediados de 1914.
El primer partido de Exeter City en la Argentina se jugó en el estadio de Racing Club de Avellaneda y lo puso frente a un combinado de jugadores del norte del área metropolitana. En el llamado “Combinado Norte” había hombres que jugaban en River Plate, Estudiantes, San Isidro y Belgrano Athletic.
A los 22 minutos del primer tiempo, Fernández mandó un centro y Alberto Ochandío, de Estudiantes, cabeceó la pelota y concretó el primer gol del partido. El juego del cuadro británico impresionó por lo bajo y el “Combinado Norte” obtuvo aquel 14 de junio una sorpresiva victoria que fue la primera de un equipo argentino frente a uno inglés.
Exeter City continuó su gira sin sufrir nuevas caídas en el país, pero la derrota en su presentación fue un nuevo hito en la historia del fútbol argentino.
Honor argentino en Wembley
En 1951, Londres atestiguó el primer partido entre las selecciones de Inglaterra y de Argentina. Aquel 9 de mayo, la Albiceleste se convirtió en el segundo equipo nacional extranjero (primer rival no británico, ya que antes había sido Escocia) en jugar en el icónico estadio de Wembley.
La AFA y la Football Association buscaban promover el intercambio internacional y fortalecer sus relaciones diplomáticas. Entonces, organizaron este partido, el primero de carácter oficial entre los seleccionados argentino e inglés.
El equipo británico contaba con mayor potencia ofensiva, lo que quedó demostrado en el constante asedio al que sometió a los sudamericanos. Si bien Mario Boyé adelantó a los argentinos con su gol de cabeza al minuto 18, los ingleses lograron dar vuelta el partido en los compases finales. Stan Mortensen, al 79’, y Jackie Milburn, al 86’, convirtieron los tantos de la remontada local.
Las valiosas atajadas del arquero argentino Miguel Armando Rugilo llamaron la atención de los espectadores ingleses y la prensa local. Con su destacada actuación, el hombre de Vélez Sarsfield se ganó el apodo “el León de Wembley“.
Aunque el equipo visitante -falto de delanteros de calidad- cayó derrotado, el suceso fue bien recibido en Argentina, donde se habló de una presentación honorable. Este encuentro no solo representó una exposición importante para la Selección Argentina, también contribuyó significativamente al reconocimiento internacional que tiene hoy en día.
River, el primer ganador argento en Inglaterra
Un año después, un equipo de un club argentino enfrentó a uno inglés en Inglaterra por primera vez. En el marco de una gira por Europa, River Plate enfrentó a Manchester City en el demolido estadio Maine Road.
La andadura de la Banda por el Viejo Continente había empezado el 9 de diciembre de 1951, con la derrota por 5 a 2 contra Athletic Club en Bilbao, España. El equipo dirigido por José María Minella llegó a Mánchester con solo esa derrota, 5 victorias y 6 empates en 12 partidos jugados en la gira.
Bajo un frío invernal, Ángel Labruna convirtió el primer gol para River en apenas 6 minutos. Por si fuera poco, el Feo firmó su doblete tras otros seis minutos y Santiago Vernazza, al minuto 26, puso en el score una goleada: 3 a 0 para el cuadro argentino. Cuando iban 35 minutos, Jimmy Meadows marcó el descuento de Manchester City. Sin embargo, el uruguayo Walter Gómez hizo el cuarto tanto riverplatense a tres minutos del final del primer tiempo.
El equipo argentino se fue al descanso con un triunfo parcial de 4 a 1. En la segunda parte, Roy Clarke aprovechó un penal para recortar diferencias al minuto 67 y, cuando quedaban 15 minutos de partido, selló su doblete para estampar el 3-4 en el marcador.
A pesar de ese empuje, los Citizens no alcanzaron el empate y River se hizo con una victoria memorable el 2 de febrero de 1952. De esta manera, River Plate se convirtió en el primer equipo argentino en vencer a uno inglés en Inglaterra.
Un gol imposible
Al año siguiente, se jugó en el Monumental de Buenos Aires otro partido entre Argentina e Inglaterra.
Tras un centro enviado por Jack Froggat, el centrodelantero Tommy Taylor marcó el primer gol del partido al minuto 41. Inglaterra se había puesto por delante, pero solo un minuto después Ernesto Grillo hizo un gol llamado el imposible. “Coco”, cerca de la meta europea, remató al arco mientras el arquero intentaba interceptar lo que parecía ser un pase al medio o un centro. La jugada terminó en un recordado gol por su resolución, atípica desde el punto de vista británico.
Finalmente, llegó un gol de Rodolfo Micheli a los 57’ y otro tanto de Grillo cuando iban 78’ de partido. Con el presidente Juan Domingo Perón presente en el estadio, Argentina obtuvo su primer triunfo ante los ingleses con un contundente 3 a 1. Por si fuera poco, el primer gol que marcó Grillo tuvo tal repercusión que, desde ese 14 de mayo hasta 2020, se consideró este día como el Día del Futbolista Argentino.
Hay que mencionar que la FA no considera a este partido uno de categoría “Internacional A” porque habrían jugado los combinados de las ligas y no las selecciones. Tres días más tarde, en el mismo estadio se encontraron prácticamente los mismos jugadores por un encuentro que ambas asociaciones consideraron un “Internacional A”. De todos modos, la fuerte lluvia obligó a la suspensión del encuentro que iba 0 a 0 y que no se pudo reanudar porque los ingleses debían jugar en otros países.
El primer duelo mundialista
Argentina e Inglaterra se enfrentaron en una copa mundial por primera vez en el torneo celebrado en Chile en 1962.
Ambos equipos llegaban con la necesidad de reivindicarse tras desempeños discretos en las anteriores ediciones del certamen. Los ingleses, que venían de una derrota ante Hungría en la primera fecha del Grupo 4, se enfrentaron a una Argentina cautelosa que buscaba redimirse tras el desastre de Suecia en 1958. El equipo dirigido por Juan Carlos Lorenzo había vencido a Bulgaria por 1 a 0 en la primera jornada del mismo grupo.
En la segunda fecha, Inglaterra se impuso por 3 a 1 con goles de Ronald Flowers, Bobby Charlton y Jimmy Greaves. José Sanfilippo marcó el gol del honor argentino a 9 minutos del final del partido.
Argentina no logró pasar la primera ronda tras empatar 0-0 con los húngaros, mientras Inglaterra avanzó a los cuartos de final, donde sería eliminada por Brasil.
Triunfo y título argentino
Dos años más tarde, Argentina e Inglaterra se enfrentaron en la Copa de las Naciones jugada en Brasil. En el marco de la tercera fecha de la liguilla, Argentina llegaba con dos triunfos ante Brasil y Portugal: con un empate sería campeona. Inglaterra, que había sido derrotada por los anfitriones y había obtenido un empate contra los lusos, ya estaba sin posibilidades de ganar el torneo amistoso organizado por la Confederación Brasileña de Fútbol, que celebraba sus 50 años.
Alfredo Rojas marcó el único gol del encuentro a los 66 minutos y Argentina venció a Inglaterra en el Maracaná. Con figuras como Amadeo Carrizo, Antonio Rattín, Ermindo Onega y Luis Artime, el 6 de junio de 1964 el equipo argentino derrotó a Inglaterra y obtuvo un título especial.
Otra “animalada” en Wembley
El siguiente choque entre Argentina e Inglaterra se produjo en Londres, en los cuartos de final de la Copa Mundial 1966. A los 35 minutos del partido, Antonio Rattín fue expulsado. A pesar de la barrera idiomática, el referí alemán Rudolf Kreitlen argumentó que los gestos de protesta del mediocampista fueron agresivos hacia su persona, por lo que lo expulsó del partido. El “10” argentino se marchó de la cancha no sin antes apretar un banderín de córner que tenía el diseño de la bandera británica.
Geoff Hurst convirtió el único gol del encuentro al minuto 78 y los ingleses pasaron de ronda en el mundial que eventualmente ganarían, no sin controversias. Alf Ramsey, el director técnico de los británicos, tildó a los argentinos de “animales”, mientras que los jugadores argentinos fueron recibidos como héroes, como campeones morales, en su país.
No está de más recordar que, a fines de septiembre del mismo año, un grupo de argentinos aterrizó en un avión de Aerolíneas Argentinas en las islas Malvinas. En el llamado Operativo Cóndor, los argentinos izaron una bandera de su patria, tomaron a algunos isleños como rehenes y reclamaron al gobernador que reconociera la soberanía argentina sobre las islas.
El León de La Plata ruge en Old Trafford
Sólo dos años después, otro hecho acrecentó la tensión entre argentinos e ingleses. Estudiantes de La Plata, campeón de la Copa Libertadores de América, se enfrentó a Manchester United, ganador de la Copa de Europa, por la Copa Intercontinental 1968.
El equipo dirigido por Osvaldo Zubeldía, con figuras como Alberto Poletti, Oscar Malbernat, Carlos Bilardo y Juan Ramón “La Bruja” Verón, se encontró con el plantel de Matt Busby, que incluía a Nobby Stiles, Bobby Charlton, Denis Law y George Best.
El partido de ida se disputó el 25 de septiembre de 1968 en La Bombonera. Allí, Marcos Conigliaro cabeceó la pelota a la red cuando iban 27 minutos. Gracias a ello, Estudiantes se impuso por 1 a 0 en el primer partido. En Old Trafford, la casa de Manchester United, el partido del 16 de octubre estuvo cargado de asperezas. Los dirigidos por Zubeldía tomaron la delantera con otro gol de cabeza, esta vez de Juan Ramón Verón, en apenas 7 minutos de juego. George Best fue expulsado por el lado inglés y José Medina, por el argentino, al minuto 89. Willie Morgan alcanzó la igualdad en los segundos finales y el partido de vuelta acabó 1 a 1.
Con la victoria en Argentina y el empate en Inglaterra, Estudiantes de La Plata se consagró campeón intercontinental en el mismo suelo inglés y echó combustible a la rivalidad.
Orgullo Nacional bajo el sol nipón
Solo dos años después de la Guerra de Malvinas, argentinos e ingleses se enfrentaron nuevamente en un partido oficial. En esta ocasión, fue otro choque entre clubes en la Copa Intercontinental.
Independiente de Avellaneda se había coronado campeón de la Copa Libertadores en 1984 al derrotar a Gremio en la final. Bajo la dirección de José Pastoriza, el Rojo contaba con jugadores de la talla de Néstor Clausen, Enzo Trossero, Ricardo Giusti, Ricardo Bochini y Jorge Burruchaga.
Del otro lado estaba Liverpool, campeón de Europa por cuarta vez en su historia, con figuras como los defensores Phil Neal, Alan Kennedy y los delanteros Kenny Dalglish e Ian Rush.
A los seis minutos de juego, Claudio Marangoni habilitó con un pase magistral a José Percudani. El delantero quedó solo frente a Grobbelaar y abrió el marcador con un remate preciso. A partir de entonces, Liverpool dominó el encuentro, pero no logró superar la férrea defensa del equipo argentino. Los minutos pasaron y el choque terminó con victoria de Independiente de Avellaneda por 1 a 0.
Alzando la Copa Intercontinental bajo la luz del sol de Tokio, aquel 9 de diciembre, Independiente demostró ser dignísimo del apodo “Orgullo Nacional”.
La marca de Maradona
Un año y medio después de un choque histórico en la Copa Intercontinental entre Independiente y Liverpool, Argentina e Inglaterra se enfrentaron en un duelo aún más trascendente en los cuartos de final del Mundial de México 1986.
Argentina, liderada por Diego Maradona, avanzó como líder de grupo y después de eliminar a Uruguay en octavos de final, se preparaba para otro desafío crucial. Inglaterra, segunda en su grupo, había superado a Paraguay en la fase anterior y buscaba avanzar a las semifinales.
Diego Maradona abrió el marcador de manera controvertida: saltó para anticipar a Peter Shilton y remató con su puño una pelota que venía por lo alto. Fue la Mano de Dios y llegó a los seis minutos del segundo tiempo. Cuatro minutos después, el propio Pelusa dejó atrás a seis jugadores ingleses de manera brillante y concretó el Gol del Siglo. Con esos icónicos goles, Argentina tomó una cómoda ventaja en el Estadio Azteca. Aunque Gary Lineker descontó poco después, el equipo de Carlos Salvador Bilardo se impuso en un recordado partido y eliminó a Inglaterra de la Copa del Mundo para hacerse hueco en las semifinales.
Luego del emotivo triunfo del 22 de junio, Maradona y compañía alzarían su segunda Copa del Mundo en el mismo lugar, en el Estadio Azteca.
Frenetismo en Saint-Étienne
El 30 de junio de 1998 Saint-Étienne fue testigo de otro episodio más de esta rivalidad: octavos de final de la Copa del Mundo de Francia.
Dirigida tácticamente por Daniel Passarella, Argentina afrontaba su primer mundial sin la presencia de Maradona, clasificando como líder de su grupo. Inglaterra también tenía un poderoso equipo, con Gary Neville, David Beckham y Alan Shearer en su formación.
Gabriel Omar Batistuta marcó en sólo 6 minutos de partido, transformando su penal en gol. Pero cuatro minutos después, Shearer igualó el partido, también de penal.
El joven Michael Owen protagonizó uno de los momentos más recordados del partido al minuto 16. Controló un pase de Beckham y ejecutó un rapidísimo contraataque. Superó en velocidad a José Chamot, eludió velozmente a Roberto Ayala y definió con precisión al ángulo superior izquierdo ante la salida de Carlos Roa para dar vuelta el partido. Pero, al cierre del primer tiempo, Argentina obtuvo un tiro libre a su favor. Juan Sebastián Verón jugó un pase corto y preciso para Javier Zanetti, quien controló y disparó para convertir el 2 a 2.
A pesar de la expulsión de Beckham al inicio del segundo tiempo por agredir al Cholo Simeone, el empate persistió y el clasificado tuvo que decidirse en la tanda de penales.
El tiro de Hernán Crespo fue detenido por David Seaman, pero Roa respondió atajando el remate de Paul Ince. Con el marcador de los penales 4 a 3, Lechuga volvió a brillar al retener la ejecución de David Batty y Argentina clasificó a los cuartos de final a costa de la frustración de los ingleses.
La Albiceleste, luego de echar a sus rivales, vería trunco su camino ante los Países Bajos en la ronda de los ocho mejores.
Amargura argentina en Asia
El último cruce de peso entre Argentina e Inglaterra se dio en el Mundial de Corea-Japón 2002, el viernes 7 de junio. Fue en la segunda fecha del grupo F.
Bajo la dirección de Marcelo Bielsa, Argentina llegaba como una de las principales candidatas al título, habiendo clasificado de manera impecable con una sola derrota en las eliminatorias Sudamericanas. Las cosas parecían encaminadas con la victoria de 1 a 0 sobre Nigeria, con la que la Albiceleste debutó en la primera copa mundial jugada en Asia. Por su parte, Inglaterra, con un muy buen equipo, también generaba expectativas de cara a un nuevo intento en el mundial, aunque el empate 1 a 1 con Suecia les puso presión antes de enfrentar a Argentina.
A pesar de ello, los Three Lions se tomaron revancha de los sudamericanos gracias al gol de penal convertido por Beckham al minuto 44. El triunfo de los británicos en Sapporo (Japón) por 1 a 0 resultó decisivo. En la última fecha, Argentina quedó eliminada tras un triste empate 1 a 1 contra los suecos. En contraste, los ingleses igualaron sin goles con Nigeria y avanzaron a los octavos de final.
Los argentinos consumaron uno de los fracasos más grandes quedándose afuera en primera ronda. Los ingleses se marcharían del certamen, eliminados ante Brasil, futuro campeón, en los cuartos de final.
Palabras finales
Desde la llegada del fútbol a la Argentina con el arribo de trabajadores ingleses, pasando por sus primeros encuentros a inicios del siglo XX y llegando a las confrontaciones en competiciones del primer nivel, argentinos e ingleses han tejido una rivalidad futbolística sinigual.
Compartiendo el espíritu competitivo, la pasión y las fuertes raíces futbolísticas, Argentina e Inglaterra se han contrapuesto, además de en la cuestión Malvinas, en fogosos partidos de fútbol que han marcado mucho más que un encuentro deportivo, pues han dado forma y vida a uno de los clásicos más llamativos del fútbol mundial, a una riquísima rivalidad. Es evidente: la enemistad argento-inglesa se encuentra latente, aguardando por escribir otro episodio cargado de pasión y sudor.