Clausura 1995, a 30 años de otro milagro Azulgrana

por Fernando Serra, socio del CIHF

La trascendencia que tuvo la obtención del torneo Clausura 1995 para San Lorenzo se argumenta desde algunos hechos que lo justifican holgadamente: el más evidente es el largo período de sequía de títulos en Primera División, que llegó a 21 años de ostracismo; la otra incluyó a su entrenador, el “Bambino” Veira, que en su tercer ciclo en el club y con la carga de inconvenientes personales sobre sus espaldas, lograba coronar el halago, tras muchos frustrados intentos previos, incluyendo algunos subcampeonatos. Sería justo también remarcar que apenas quince meses antes, la institución de Boedo inauguraba su estadio en el Bajo Flores.

El inicio del torneo arrojó un empate ante Gimnasia y Esgrima La Plata, quien a la larga, sería el rival en todo el campeonato, pero en la segunda fecha se produjo la primera derrota, frente a Argentinos Juniors, que alarmó a todo el mundo “Azulgrana”.

El equipo se recuperó rápidamente venciendo a Ferro Carril Oeste e hilvanó cuatro triunfos consecutivos, entre ellos sobre los dos elencos de Avellaneda y en condición de visitante. La derrota ante River Plate en la 7ª jornada no afectó la calidad del candidato al título ya que luego se afianzó con una racha de 9 partidos sin conocer la derrota, con 8 triunfos y un empate, que incluyeron las victorias en el Nuevo Gasómetro ante Huracán y Boca Juniors de forma muy contundente.

La noche del domingo 11 de Junio se llegó al encuentro con Vélez Sarsfield en Liniers, ostentando el privilegio de la punta del torneo. San Lorenzo cayó derrotado por 1 a 0 en un partido lleno de polémicas, al tiempo que Gimnasia vencía en La Plata a Argentinos Juniors mediante la conversión de tres penales y se adueñaba así de la punta.

A falta de dos compromisos, ya se dependía de terceros para salir campeón. Luego de vencer a Lanús por la mínima diferencia se viajó a Rosario para disputar la última fecha, estando un punto abajo del “Lobo”, pero, a raíz de la inesperada derrota de este de local ante Independiente, y de la propia victoria en Arroyito con un gol del “Gallego” Esteban González, el Ciclón se coronó campeón luego de muchos años de postergaciones. Casualmente, esto se produjo un domingo 25 de junio, coincidiendo con un nuevo aniversario del Campeonato del Mundo disputado en nuestro país y ganado por Argentina en 1978.

Otros condimentos que tuvo la campaña fueron la presencia de jugadores ya con algunas temporadas en el club, tales los casos de Biaggio, Passet, Monserrat, Ortega Sánchez, Netto y Galetto por citar algunos casos, pero la intervención de Oscar Ruggeri, con merecido prestigio internacional, le permitió adquirir la condición de nuevo ídolo. Al igual que en 1933, cuando el brasileño Petronilho fue fundamental en la obtención de aquel título, esta vez el paulista Silas también fue protagonista principal del certamen.

Es necesario recordar sin lugar a dudas a Esteban González, autor del gol decisivo en Rosario, que en la 6ª fecha convirtió el tanto de la victoria ante Belgrano de Córdoba, a pocas horas del fallecimiento de su papá.

San Lorenzo cosechó 30 puntos a lo largo de 19 fechas, con 14 victorias, apenas dos empates y solo 3 derrotas.

Claudio Biaggio fue el goleador del equipo con 9 conquistas, seguido por el propio “Gallego” González con ocho. Entre ambos marcaron casi la mitad de los 31 goles, y el “Flaco” Passet solo sufrió 12 tantos en contra.

A treinta años de esta conquista, y con Fernando Miele en la presidencia del club, “el Ciclón” enhebró algunos títulos locales más, que curiosamente se dieron con seis años de diferencia.

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