por Javier Bravo Mayor, socio del CIHF
“No soy entusiasta del gol; me gusta más jugar al fútbol”
Alfredo Di Stéfano
Para poder jugar con la selección española, Di Stéfano necesitaba un primer trámite ineludible como era conseguir la nacionalidad española.
Esta le fue concedida por el ministro de justicia español, Antonio Iturmendi, el 13 de octubre de 1956, algo más de tres años después de su debut con el Real Madrid.
En el espacio de tres meses, entre la posibilidad de poder ser internacional español y definitivamente serlo, la expectación creció en torno a su figura, dentro y fuera del campo.
¿Qué opinaba el grandísimo 9 español anterior a la llegada de Alfredo? Así se expresaba Telmo Zarra en las páginas de Marca a la pregunta de Blasco, corresponsal del diario madrileño en La Línea de la Concepción, lugar de paso de Telmo en su luna de miel:
P: ¿Te agrada ver a Alfredo ocupando tu puesto en la selección española?
TZ: Hombre; Alfredo es un jugador fuera de serie y ha de hacerlo muy bien dirigiendo la selección española.
También la opinión de la afición va por ese camino. Contesta en Marca el joven hijo (13 años) de una vieja figura como el ex del Castellón Vicente Hernández:
P: “¿Te gustaría ser futbolista, como tu padre?”
VH junior: “Como mi padre, no; como Di Stéfano, si”
Mientras la figura futbolística de Alfredo no paraba de crecer, su popularidad aumentaba por igual. En el Cine Beatriz de Madrid se estrenaba la película “Saeta Rubia”, dónde Di Stéfano tenía la oportunidad de mostrar sus dotes artísticas que nada tenían que ver con las deportivas.
Y llega el momento del debut. La selección de Países Bajos, conocida como Holanda en aquellos años, fue el rival al que la selección española se enfrentó en esa fecha del 30 de enero de 1957. No sólo Di Stéfano debutó en la selección española, también es la primera ocasión en que ambas selecciones se enfrentaron. Para ese estreno acompañaron a “la Saeta Rubia”, Miguel y Kubala por el flanco derecho y Suárez y Gento por el izquierdo.
El Estadio Santiago Bernabéu, “La fábrica” como la apodó el pibe, fue el lugar indicado. El marcador final fue favorable a los españoles (5 a 1), con 3 goles de Di Stéfano, 1 de Kubala y otro, el primero, de Garay.
Los holandeses sabían bien con quién se la jugaban. El seleccionador, Frederik Donenfeld, hablaba español pues había entrenado en Colombia y había oído hablar de la calidad de Alfredo. “Si Di Stéfano juega será el enemigo que más temor me cause”. El encargado de su marcaje, el defensor Van der Hart, manifestó el día antes del partido: “Procuraré tener éxito del marcaje de Di Stéfano”.
Almazán, periodista de Marca, charló con Alfredo unos días antes del partido de marras, arrancándole algunas manifestaciones: “Estoy muy satisfecho de haber sido convocado por el seleccionador Meana”. “Nadie me ha dicho con certeza que vaya a saltar al campo a jugar, pero imagino que no he venido hasta aquí para hacerme un reconocimiento o pasearme por la banda”. “Hay gente con mucha clase entre los convocados, cualquiera de ellos tiene méritos para jugar”. “Kubala es muy amigo mío, un jugador genial, maravilloso, casi único. Desde luego, superior a Puskas y cualquier otro jugador del Honved”.
De la crónica de Marca, podemos extraer las siguientes líneas referentes a la actuación del atacante ya español: “Una primera parte totalmente equivocada en relación al sitio que ocupó y a la labor que desarrollaba. Si en su equipo es útil o necesaria su posición retrasada en la construcción de juego, en la selección es de suponer que esta tarea la deban realizar otros con preferencia. En la segunda parte jugó con mejor sentido atacante y con gran habilidad y dominio del remate.” “En la primera parte, el segundo defecto, tan grave como el anterior, era la ausencia de delantero centro. Di Stéfano era el encargado de este ´rol´ estelar. Di Stéfano bajaba, como en él es costumbre, a construir juego, a ayudar a la infinita falange, mucho mayor que la necesaria, de los que construían juego delante de la fachada holandesa, de granito a este efecto. Ni los extremos colaboraban al desplome de la muralla, ni, sobre todo, había un delantero centro”.
Sobre su marcador comentó: “Hizo un buen primer tiempo, facilitado por el poco incisivo ataque de los nuestros. Después perdió los papeles”.