El 9 de enero de 1921, River Plate se consagró campeón del Torneo de Primera División de la Asociación Amateurs de Football. Recreamos a continuación una crónica del día consagratorio.
Por Osvaldo Gorgazzi, socio del CIHF.
Y llegó el día nomás. Después de un largo campeonato con un final palo y palo con el glorioso Racing heptacampeón ya estamos a 9 de enero de 1921. Como una vieja costumbre que se remonta a más de cien años, las hojas de un calendario no alcanzan para contener todo el torneo.
Las últimas dos fechas de 1920 se juegan al año siguiente. El 2 de enero la Academia vence a Barracas Central y River Plate a Ferro Carril Oeste en Aristóbulo del Valle y Caboto. Es el octavo triunfo al hilo. Queda un esfuerzo más. A pesar de semejante serie victoriosa solo son dos los puntos que separan a los viejos rivales de antaño: los albicelestes tienen 52 puntos, los tricolores 54.
Falta la última fecha, River parte para Avellaneda, para ser más exactos, hacia la Crucesita, donde está el estadio de Independiente, para enfrentar a Quilmes, que tiene su cancha suspendida. Racing visita a Sportivo de Almagro.
Las viejas crónicas dicen que pone en movimiento la pelota José Laiolo pero una vez perdida, Quilmes inicia una prolongada ofensiva. Después de los consabidos gritos de aliento, los nervios iniciales empiezan a desaparecer hasta que a los 37 minutos Aníbal Arroyuelo ejecuta un córner y Cándido García de cabeza señala el primer tanto.
Los gritos son ensordecedores. A los diez minutos del segundo tiempo tras una lujosa combinación entre Laiolo, Nicolás Rofrano y Tomás Galanzino, este último la termina con un violento tiro que da cifras definitivas.
Al finalizar el partido los partidarios darseneros llevan en anda a sus jugadores y en procesión caminan varias cuadras hasta La Boca donde continúan los festejos.
Muchos años después el gran pintor Benito Quinquela Martín refleja lo sucedido en un cuadro que puede verse en el estadio Monumental.
El equipo que pasó a la historia
Por Jorge Gallego, socio del CIHF.