Ocurrió hace 32 años en el debut de Paraguay en las Eliminatorias para el Mundial 1990. Ese día además, el arquero goleador tuvo su estreno absoluto en el arco de su Selección.
Por Antonio Statis, socio del CIHF
Definición de ídolo. Dícese de toda aquélla persona vestida con una capa superficial impregnada a su piel, con capacidad para convertirse en Héroe siempre que se lo llame y volar para salvar de una situación extrema.
El domingo 27 de agosto de 1989, estadio de los Defensores del Chaco, en Asunción, Paraguay. Juegan Paraguay y Colombia por las eliminatorias sudamericanas camino al Mundial de Italia 1990. Para los locales era el estreno; para los colombianos su segundo encuentro (habían ganado en el debut a Ecuador 2-0, en Barranquilla).
La selección guaraní, dirigida por Cayetano Ré alineó a: José Luis Chilavert; Virginio Cáceres, César Zabala, Rogelio Delgado, Juan Torales; Jorge Nunes, Jorge Guasch, Gustavo Neffa, Julio César Romero (50’ Javier Ferreira); Ramón Hicks (73’ Buenaventura Ferreira), Alfredo Mendoza.
Por su parte el elenco colombiano entrenado técnica y tácticamente por Francisco Maturana formó con: René Higuita; Wilson Pérez, Luis Carlos Perea, Andrés Escobar, Mario Hoyos; Leonel Alvarez, Ricardo Pérez, Bernardo Redín, Carlos Valderrama; Juan Galeano (58’ Albeiro Usuriaga) y Arnoldo Iguarán.
En la selección local debutaba en el arco José Luis Chilavert, quien dejaba en el banco de suplentes al experimentado Roberto “Gato” Fernández, y contaba con jugadores de experiencia como Rogelio Delgado, Jorge Nunes, Julio César Romero o Alfredo Mendoza. En el elenco visitante la mayoría de sus jugadores eran la base del Atlético Nacional de Medellín que tres meses antes habían ganado por primera vez la Copa Libertadores de América para Colombia (René Higuita, Andrés Escobar, Luis Carlos Perea, Leonel Alvarez y Albeiro Usuriaga).
A los 14 minutos del segundo tiempo, Javier Ferreira adelantó a Paraguay al batir a René Higuita con un potente zurdazo que pasó entre las piernas del arquero colombiano. Pero a falta de diez minutos para el final del partido, Colombia llegó al empate mediante Arnoldo Iguarán que ganó la marca y definió de zurda al segundo palo de Chilavert.
El empate le servía más a Colombia que a Paraguay ya que los visitantes sumaban 3 puntos contra solo uno de los locales.
Hasta que en el último minuto de partido, el juez chileno Hernán Silva cobró penal para Paraguay por una falta desmedida de René Higuita sobre un futbolista paraguayo.
A partir de allí se armó un caos dentro del campo de juego donde la policía tuvo que intervenir para que se pudiera reanudar el juego. Las protestas de los jugadores colombianos no hicieron cambiar de opinión al juez chileno, que incluso provocó incidentes con los policías, y ahora quedaba saber quien ejecutaría la pena máxima. Podía ser Rogelio Delgado, Jorge Nunes… salvo que desde el arco guaraní salga corriendo el aquero que hacía su debut en su selección con 24 años y un mes… José Luis Félix Chilavert corrió todo el largo del Defensores del Chaco, voló porque quería ser el héroe de la jornada, hacia el área de Colombia. Estaba dispuesto a patear ese penal, a acomodar la pelota que pesaba toneladas, que quemaba como la lava de un volcán.
Mano a mano quedaban René Higuita (que ese día cumplía 23 años) y José Luis Félix Chilavert (24 años y un mes). Dos arqueros que harían historia en el fútbol mundial.
El arquero paraguayo, lejos de ponerse nervioso, dio cada paso lentamente. Primero se posaron sus ojos sobre el balón. Luego un par de jugadores colombianos se acercaron para ponerlo nervioso… terminó increpando a ambos rivales. El juez separó el mini tumulto, Chila se concentraba solo en la pelota y en volver a colocarla en el punto penal. Parecía que nuevamente otra interrupción extensa se imponía en el partido y así fue pero esta vez entre futbolistas de ambas selecciones. Chilavert solo se concentraba en la pelota, que no largó en ningún momento. El juez calmó los nervios, Chilavert tomó siete pasos de carrera y luego no se detuvo hasta impactar el balón con un disparo fuerte y cruzado que terminó en el arco, con una red rota, y en donde Higuita se jugó al otro palo.
José Luis Félix Chilavert salió corriendo hacia la popular a buscar a su público, al tiempo que un par de compañeros corrieron para abrazarlo y cada reportero gráfico siguió la misma corrida para registrar ese momento único.
En el día de su debut en el arco guaraní, le daba la victoria a su selección por 2-1 en el primer paso hacia el Mundial de Italia 1990, que finalmente Paraguay no accedería y en el cual Chilavert jugaría otro partido más (ante Ecuador 2-1, el 10 de Septiembre de 1989).
Pero ese domingo 27 de agosto de 1989, José Luis Félix Chilavert González, con 24 años y un mes, empezó a hacerse conocido en el mundo entero. Ese día nació, el Ídolo, el Héroe, la Leyenda.