Ídolos de antaño: Enrique el Chueco García

Hay apodos que borran el nombre. Si decimos Enrique García, más de uno pensará de quién estamos hablando. Pero si decimos el “Chueco” García no habrá dudas. Lo llamaron “el poeta de la zurda”. Impredecible y asombroso, como los magos. Porque en su habilidad había algo de magia.

Por Ricardo Gorosito, socio del CIHF.

Había nacido en Santa Fe un 30 de noviembre de 1912. Tras dibujar sus primeras gambetas en un club barrial, pasó a Brown y luego al Gimnasia santafecino donde en 1931 fue campeón junto a otros grandes, como Gabriel Magán y José Belarmino Canteli, que luego también brillaron en el fútbol capitalino, para llegar a Rosario en 1932.

Cómo no recordar aquella célebre delantera auriazul con Juan Cagnotti, Julio Gómez, Sebastián Guzmán, Cayetano Potro y él. Su fama llegó pronto a Buenos Aires y en 1935 fue llamado a la selección argentina, donde jugó su primer partido ante Uruguay en el Centenario formando ala con Carlos Peucelle. 

La transferencia a Racing en 1936 por 39.000 pesos de entonces fue la más importante del año. Debutó ante Tigre en la 5ª. fecha y jugó sin faltar un solo partido hasta la primera de 1943, cuando frente a Boca se lesionó y debió estar ausente el domingo siguiente. Fue el comienzo del fin. No se pudo recuperar y luego de jugar esporádicamente, en 1944 le dijo adiós al fútbol. A partir de ahí la raya de cal lo empezó a extrañar. Ver a Racing sin el “Chueco” ya no fue lo mismo. Sin sus desbordes, su remate potente, sus goles, su picardía.

Contaba Fioravanti que en un partido con los brasileños en el que Argentina se imponía 4 a 1, estaba transmitiendo a la vera del campo de juego (por entonces no había cabinas), acercándose al “Chueco” le pidió que le hiciera hacer un gol a Fabio Cassan, un joven centro delantero de Chacarita que hacía sus primeras armas en la selección. Al rato un centro suyo, preciso como siempre, encontró el certero cabezazo de Cassan que se convirtió en el quinto gol. Con toda la suficiencia que le daba su calidad futbolística le dijo a Fioravanti: ..”Servido señor.. ¿desea algo más? 

Y otra vez ante los uruguayos, luego de una genial jugada, comenzó a raspar el césped con su botín y ante la pregunta del capitán celeste José Nasazzi para qué lo hacía le contestó ..”la estoy borrando para que ustedes no la copien…”

En Racing jugó 232 partidos con 78 goles y en la selección actuó 35 veces con 9 conquistas. Fue campeón Sudamericano en 1937 y 1941. Falleció hace 50 años, el 23 de agosto de 1969. 

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