Los 100 años de El Gráfico: pasión de periodistas, historiadores y coleccionistas.

Hace más de un año que los últimos dueños (la empresa Torneos y Competencias) decidieron el cierre definitivo de la revista, que durante décadas fue semanal y desde 2002, mensual. El sitio web aún subsiste y comparte algunas noticias actuales y muchas históricas ante la celebración del centenario de un medio que marcó a los argentinos, especialmente a los amantes del deporte en general y el fútbol en particular. Este jueves 30 de mayo se cumplen 100 años de la aparición de El Gráfico, esa revista emblemática.

Por Oscar Barnade, socio del CIHF.

El Gráfico dejó de salir, de publicarse, pero no murió. Vive en las hemerotecas, en los rincones de las casas de los coleccionistas que atesoran una parte o toda la colección desde 1919. En la memoria de miles y miles de lectores que varias generaciones y de distintos rincones de Latinoamérica. En las redes sociales que recopilan fotos increíbles o creativas producciones con los mejores deportistas de cada época. En el Parque Rivadavia, en el Centenario, en las ferias populares, y en las librerías de culto y de compra y venta. En la biblioteca que tiene el Centro para la Investigación de la HIstoira del Fútbol (CIHF) en su sede de Boedo.

“Era hincha de El Gráfico –cuenta Horacio Pagani- porque era una Biblia, en los tiempos de Dante Panzeri y después de Osvaldo Ardizzone. Escribía Ernesto Lazzatti. Yo lo leía con fricción. Tuve el honor, al poco tiempo de haber entrado en Clarín y por gestión de Beto Devoto, que me llamaran para trabajar ahí como colaborador. Estuve cinco años. Era un orgullo trabajar ahí, era la mejor revista de Sudamérica. Lamentablemente a un año de los 100, la cerraron”.

Diego Borinsky trabajó durante 25 años en El Gráfico, los últimos 25 años de la revista. Fue redactor, secretario de redacción y manejaba la publicación junto con Elías Perugino –director- y Martín Mazur. “El cierre nos agarró de improviso” reconoce Borinsky, y agrega: “No lo esperábamos para nada. Me estaba yendo de vacaciones al exterior, el martes 16 de enero de 2018, y me llama Elías y me dice que nos habían convocado de recursos humanos para las tres de la tarde. ‘Me temo lo peor’, me dijo con su estilo pesimista. Y lo fue, a las 15.15 nos dijeron que cerraba y que no echaban a todos. No me preocupó la idea de quedarme sin trabajo, ya que tenía otro, pero sí como lector, lo que significaba. Estuve cinco días afuera y sin atender el teléfono. Luego, empecé a leer mensajes y las redes sociales. Ahí tomé una mayor dimensión de lo que significaba para la gente y cómo impactó en todo el mundo”.

Borinsky cuenta los últimos años de El Gráfico: “Fueron difíciles pero nunca imaginamos que iba a terminar así. Cuando pasó a ser mensual, en 2002, hubo mucha incertidumbre, en especial porque el país estaba en crisis. Pero la llevábamos bien con dificultades, teniendo en cuenta que estábamos en una empresa de televisión que no era su fuerte el tema editorial. Para mí estar en El Gráfico fue algo impresionante, como le pasó a muchos. Pasé de esperar la revista en los kioscos de Capital los lunes a la noche como muchos futboleros a compartir almuerzos con Juvenal, a escuchar toda la bajada de línea de Orcasitas y su cartelito en la oficina que decía ‘la memoria no existe’. Es muy triste que ya no esté”.

Ernesto Cherquis Bialo, ex director, está desde hace seis meses organizando una cena que reunirá a 65 periodistas que trabajaron en distintas épocas en la redacción de la mítica revista. “Será un tribuno a un título que ya existe pero que vive en todos nosotros”, dice, y enfazita: “En algún lugar de la Ciudad de Buenos Aires sucederá el último acto de romanticismo del periodismo de otra época”.

Cherquis no tiene dudas de los que significó El Gráfico en la vida de los argentinos y de los deportivos. “No hubiera existido –afirma- ninguna posibilidad de tener héroes, de disfrutarlos, de idolatrarlos. Sin El Gráfico no hubieran existido nunca. Nunca sabremos si lo fueron, un Firpo, un Zabalita, un Cabrera, los Galvez o un Fangio. Era el paleozoico del deporte argentino. Existieron, sí, pero los contó El Gráfico. Ese fue el misterio filosófico de la revista. Hoy sería imposible dudar de que hubo un Maradona, un Messi. Pero hubo un Lazzatti, un Bernabé Ferreyra, un Labruna, un equipo como La Máquina, y El Gráfico los eternizó”.

Porque El Gráfico no dejó de existir y es eterno, en todos los lados se los recuerda. Los integrantes del Museo Estudiantes, de La Plata, realizarán una exposición desde el 31 de mayo. Se llama Expo 100 años El Gráfico y estará en la sede social, en Pedro J. Osacar 53 N° 620 E/ 7 y 8.

En el Círculo de Periodistas Deportivos, además de Cherquis Bialo, estuvieron Daniel Galoto y Jorge Barraza, quienes conformaron la redacción en los años 70 y 80, y hablaron con los chicos que quieren ser periodistas. También sucedió en las charlas que tienen todos los lunes los alumnos de primer año de Deportea, primero estuvieron Néstor Straimel, Juan José Panno, Diego Borinsky y Pablo Vignone; y el último lunes, charlaron Mariano Gruschetsky (una mirada desde la sociología) y Marcelo Massarino (el valor histórico de la colección).

Tener una colección de El Gráfico, aunque sea incompleta, es poseer un tesoro deportivo y periodístico. Una herramienta de trabajo para la profesión. Y los familiares lo entienden. Sucede a menudo los miércoles en un algún lugar de Ciudadela Norte. “Otra vez vas a subir a tu archivo”, protesta una madre, y enseguida recuerda: “Ahh, cierto, vas a buscar algo en El Gráfico”. Y entonces, una vieja historia cobra vida y se vuelve una nota periodística. Y la mítica revista sigue

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