El pasado jueves 24 de septiembre, Oscar Antonio Huss entró en la inmortalidad.
Por Mariano Rao, socio del CIHF.
De los pocos jugadores hinchas, que jugó solamente en un solo club… el de sus amores.
El negro ya era leyenda, ahora se convirtió en un prócer para todos los Velezanos donde dejó su marca en 250 partidos y 17 goles convertidos.
Algunos hitos biográficos del primer nro. 2 de Vélez.
Nació el 22/06/1925 en Capital. Su casa estaba en la esquina de Araujo y Zelada, a la otra cuadra de la cancha de Basualdo. Cuando cumplió 3 años, su papá lo llevó a la puerta del estadio para ver lo que fue el primer partido nocturno jugado en la Argentina. Fue amor a primera vista.
Empezó a jugar en los potreros del barrio y se destacaba como un notable goleador. De tanto ir a ver las prácticas a sus ídolos un delegado lo llamó y lo probó, quedó en las inferiores.
A los 15 años vivió la amargura del descenso.
En un partido en la cuarta división al estar lesionado un compañero lo ubicaron como marcador central. Quedó para siempre en esa posición. El negro debutó en la primera a la edad de 20 años, el 14/10/1945 ante Chacarita, ocupando el lugar de Angrisano. Esa tarde hizo dupla central con Víctor Curutchet. Tenía la misión de tratar de controlar a Francisco Campana. Vélez perdió 4-1. Fue el único partido que jugó ese año. En 1946 jugó más partidos y empezaba a ganarse un lugar en el equipo. Ese año empezó a jugar con Ángel ‘chupete’ Allegri al lado y en el arco ya estaba Miguel Armando Rugilo.
Fueron una marca de esos años: Rugilo, Huss y Allegri, y en la evocación de los jugadores e hinchas una amenaza latente.
Allegri era el jugador tiempista y elegante y Huss era el jugador rudo que en las pelotas dividas se llegaban a escuchar los huesos del delantero rival
Se complementaban a la perfección y con solo mirarse el uno al otro sabían lo que tenían que hacer. Tenían tan buena pegada que cuando había un tiro libre o un penal le podía pegar cualquiera. Cuando la pelota estaba más lejos del área, él negro ‘la agarraba y no se la sacaba nadie. Tomaba carrera y bajaba el grito de guerra de la tribuna ‘huuuuuuuuus”. La leyenda dice que nadie en toda la historia en Vélez le pegó tan fuerte como él, incluso varios han dicho que ‘agujereo’ varias redes. Convirtió muchos goles de tiro libre y de penal.
Pese a su rudeza en la marca y las ‘caricias’ que les dejó a los delanteros rivales solo fue expulsado en cuatro ocasiones.
En 1948 en la primera huelga profesional, había sido declarado como ‘carnero’ por haber estado en la formación del equipo. En realidad era su hermano Raúl de gran parecido, que llegó a jugar en la primera de Vélez, pero no pudieron hacerlo juntos. Fue el primer jugador de Vélez que utilizó el número 2, cuando en 1949 se estableció la numeración en las camisetas a pedido de los árbitros ingleses.
Sufrió la injusticia en cancha de River en el campeonato de 1953, aunque festejó en el último partido el subcampeonato. Cuando parecía que iba a jugar en el equipo de los solteros conoció a su novia Beatriz Irma Mozzi en el club Leopardi
Se casó el 25/01/1955 en la Parroquia Santa María. Ese año convirtió su último gol en primera.
Fue un baluarte en la muy buena campaña de 1956, donde Vélez quedó 5o, pero peleó hasta lo último el torneo.
Una lesión severa en 1957 no le permitió jugar en casi todo el campeonato.
En la última fecha el DT Osvaldo Bottini (que había sido compañero suyo en los ’40) le dio la noticia. -Oscar la última fecha frente a Racing la jugas vos, mereces retirarte dentro de la cancha–. Tan nervioso como en su primer partido salió a jugar con el temple de un veterano y la frescura de un juvenil. Era su último partido. Jugó como siempre y Vélez ganó 2-1. Cuando el árbitro pitó el final fue abrazado por todos sus compañeros y por sus rivales. Recibió una ovación de los cuatro costados.
Una vez retirado participó de distintos amistosos con los veteranos de Vélez y formó parte de la mutual de Ex futbolistas del club.
Tuvo seis hijos: Graciela, Cristina, Hugo, Mabel, Estela y Adriana. Entre los seis hijos le dieron 13 nietos y además tuvo la dicha de ver a dos bisnietos. A todos les trasmitió la pasión por los colores
No había reunión familiar que no se hablara de los duelos con los delanteros o de su admiración por Don José Amalfitani como lo reflejó en la Película de Vélez que se hizo por el centenario.
En 2015, cuando cumplió 90 años el club le hizo un homenaje. Volvió a pisar el césped. Como en esas tardes de glorias, en esas ‘batallas’ históricas que salió mayormente triunfador.
Oscar Huss es un pedazo grande de la historia de Vélez. Cumplió el sueño de todo hincha jugar en la primera del club y defender solo esa camiseta.