La consigna de este trabajo es la de reseñar las apariciones más fugaces en el círculo superior del fútbol argentino. La de aquellos clubes cuyos equipos lograron el ascenso a Primera División, solo para perder la categoría en la siguiente temporada, que fue la única en la que compitieron a ese nivel.
Por Raúl Ramírez, socio del CIHF.
Seguimos con el repaso acerca de los clubes con una sola temporada en Primera División, fruto de haber logrado el ascenso, y descendido al año siguiente. Veremos hoy los casos de Deportivo Italiano, el último de los clubes directamente afiliados a A.F.A. en cumplir con nuestra premisa, y empezamos a ver los casos de clubes del interior del país.
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DEPORTIVO ITALIANO 1986/87
Debut en Primera División: 13/07/1986: Estudiantes de La Plata (V) 1-1 (ST 13′ Rivoira).
Último partido: 02/05/1987: Newell’s Old Boys (V) 1-4 (PT 7′ Rubén Rojas).
Características muy particulares tuvo el año 1986 para el mundo futbolero argentino. Y no solo por ser aquel cuando, de la mano (en más de un sentido) de Diego Armando Maradona nuestra Selección Nacional conquistó el segundo y por ahora último Campeonato Mundial de su historia. Ocurre que también fue el año de una profunda reestructuración en el esquema de campeonatos de ascenso, otorgándose la oportunidad a los clubes indirectamente afiliados a través del Consejo Federal, de incorporarse a la pirámide de ascensos y descensos, pudiendo entonces conseguir en teórico pie de igualdad con los clubes de A.F.A., un lugar en el círculo superior. ¿Y donde entra el Deportivo Italiano en todo esto? Pues en la complicada trama prevista para clasificar a los clubes que participarían a partir de mediados de 1986 del nuevo campeonato de ascenso, llamado inicialmente Nacional B, también se dejó una vacante para el club que no sólo ganara ese derecho sino que también conquistara la posibilidad de ascender a la Primera División, en un octogonal posterior. Y ese club fue el Azzurro, que en el camino de su página más gloriosa iba a terminar con 73 años de presencia ininterrumpida del Club Atlético Huracán en Primera División. Veamos cómo, y también que pasó después:
Durante la primera mitad de 1986 los 20 equipos de Primera División B enfrentaban un torneo breve pero decisivo para su futuro: divididos en dos grupos, sólo los primeros 4 de cada uno de ellos adquirirían el derecho a jugar a partir de 1986/87 (primer temporada con calendario a la europea) en el Nacional B, que con participación de clubes del interior se convertiría en la principal categoría del ascenso argentino, postergando a la vieja Primera B, la que pese a mantener su nombre sería la tercera categoría del fútbol de AFA. Un verdadero descenso encubierto para los que no clasificaran. Por si eso no resultara suficiente incentivo, también estaba la posibilidad de jugar para los mejor clasificados por un ascenso a Primera División.
Deportivo Italiano, que había iniciado su andadura en el fútbol oficial poco menos de tres décadas antes, tenía una ambiciosa conducción en la persona de su nuevo Presidente, Natalio Bauleo, que decidió en ese torneo breve ir por todo. Contrató a un joven Ramón Cabrero como Director Técnico, e incorporó jugadores importantes como los delanteros Víctor Lucero (Velez Sarsfield), Carlos Salas (Lanús) y el uruguayo Daniel Aparicio Godoy (Quilmes), junto al volante Marcos Capocetti (Unión de Santa Fe) que se sumaban a la afianzada base constituida por el arquero Alejandro Lanari, los defensores Víctor Hugo Álvarez, Miguel Bianculli, “Palito” Díaz y Ramón Albariño, los volantes Manuel Benjamín Pereyra y Alfredo “Nene” Gómez, y los delanteros Héctor “Chulo” Rivoira y Eduardo Sthelik, con el aporte de los ascendentes juveniles Kopriva, Robles y Gioffré, el lateral Ariel Murillo y el arquero suplente Gasparoni.
El inicio fue titubeante, y dos caídas consecutivas ante Defensa y Justicia y Defensores de Belgrano, pusieron a Cabrero en la cuerda floja. Pero serían las últimas; tras un empate en Isidro Casanovas ante Almirante Brown, Italiano goleó a Argentino de Rosario y se entreveró arriba, situación que no abandonó hasta el final, que lo encontró con 22 puntos a uno del ganador del grupo, Los Andes. Ambos, junto con Defensa y Justicia y Lanús habían asegurado su presencia en el inminente Nacional B. Pero aún existía la posibilidad del premio mayor: el ascenso a Primera División. Se definió esta chance en un octogonal en el que también participaron Banfield, Tigre y Deportivo Armenio, clasificados en el otro grupo de la B, y Huracán, que por haber quedado penúltimo en los promedios de 1985/86 debía jugarse la permanencia en este Reducido.
Allí la marcha de Deportivo Italiano, que por trayectoria sólo figuraba como eventual sorpresa, se hizo firme. Primero eliminó a Tigre con sendas victorias por 2-0 y 2-1 (los partidos se jugaban en canchas neutrales), y en la semifinal igualó sus dos partidos ante Banfield 1-1 en Ferro y 0-0 en Velez Sarsfield. En la definición por penales se lució el arquero Lanari, evitando dos, ejecutados por Horacio García y Abel Alves, para la victoria por 4-3. Lanari ya le había atajado otro a Molina en el partido de ida. En la final esperaba Huracán, que había superado a Lanús primero y a Banfield después, ganando sus 4 partidos. La primera final se jugó en Ferro. Italiano sorprendió a Huracán, lo dominó y finalmente lo batió con golazo del Nene Gómez. Por lesión, perdió a Pereyra para el siguiente cotejo. Este se jugó en Velez, y allí Huracán encontró, en dura lucha, la victoria por 2-1 que habilitó un tercer y decisivo choque.
El 24 de junio de 1986 los dos finalistas vuelven a jugar en Velez. Papa puso en ventaja al Globo, pero “Palito” Díaz igualó enseguida, de cabeza. Tras los 90 minutos empatados, el alargue y otra ventaja para Huracán, en pies de su jugador fundamental, Claudio “Turco” García. Parecía que el Globo zafaba, pero muy cerca del final, su defensa hizo mal la ley del offside, el lateral azzurro Albariño escapó habilitado para eludir a Gay y meter el centro atrás que Lucero empujó a la red. Otra vez penales en la definición, y otra vez Lanari figura, deteniendo el disparo de Bottari (antes Corrado había desviado el suyo). Los de Italiano no fallaron y al convertir Albariño el cuarto quedó consumada la hazaña de Deportivo Italiano, y el descenso, el primero de su historia, para Huracán.
El tiempo para festejar fue corto, pues la temporada 1986/87 empezó pocos días después. De pretemporada ni hablar. De urgencia llegaron los refuerzos: los volantes Cabrera, de Temperley y Ponce, de Unión. En la defensa Schamberger de San Lorenzo de Almagro y el uruguayo Richar Tavares. Lanari, la gran figura de la definición, se fue adquirido por Rosario Central; su ausencia se haría sentir. En su lugar llegó Héctor Giorgetti, quién alternaría con Gasparoni y el juvenil Koleff. La del arquero fue la única partida, ya que el plantel se mantuvo. Pero le costó adaptarse a las nuevas exigencias, y los resultados fueron inicialmente magros.
Ese arranque le costaría la chance de zafar, en un certamen en el que los promedios hacen imprescindible una buena campaña inicial a los recién llegados. Tras 3 empates consecutivos iniciales, Italiano cayó en la Bombonera ante Boca 0-1. Hubo que esperar hasta la décima fecha para ver ganar a Italiano, al vencer en La Plata 1-0 ante Gimnasia con gol de Daniel Díaz. Tras la derrota ante San Lorenzo en la fecha 14, se fue Ramón Cabrero, el técnico del ascenso. Lo sucedería Roberto Domingo Rogel, quién con un equipo reforzado en el receso veraniego con elementos como Claudio Crocco, Rubén Rojas, y el retorno del arquero Juan Carlos Benítez, lograría en la segunda rueda sus mejores momentos, con 3 victorias consecutivas, incluida una ante San Lorenzo de Almagro que peleaba arriba. Pero ya no había margen, y tras una derrota en el clásico ante Deportivo Español, la condena llegó con el 0-3 en Atlanta ante River Plate, a tres fechas del final. En los últimos cotejos el técnico promovió algunos juveniles, pensando ya en la temporada próxima, mientras llegaban más derrotas. Así de breve fue la historia de Deportivo Italiano en el círculo superior.
Su mejor momento histórico chocó con una etapa de nuestro fútbol con cambios estructurales y calendarios ilógicos o comprimidos, que terminaron perjudicándolo. Para la estadística quedó el joven lateral Gioffre con 38 partidos, asistencia perfecta. Los goleadores fueron los uruguayos del plantel, Tavares y Godoy, con 5 cada uno.
Pese a haber inaugurado en Ezeiza años después el estadio propio que no tuvo en su paso por la Primera División, el club de la colectividad italiana no ha tenido otra oportunidad de ascender, perdiendo paulatinamente protagonismo en el ascenso. Bien por el contrario, hoy se debate, intentando reverdecer laureles, en el cuarto nivel del fútbol de AFA.
(Gracias Mauro Salvatore).
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HURACAN CORRIENTES 1996/97
Debut en Primera División: 25/08/96: Unión de4 Santa Fe (L) 3-6 (PT’ 18′ Lujambio ST 20′ y 27′ Lujambio).
Último partido: 12/08/97: Gimnasia y Esgrima La Plata (L) 1-0 (ST 12′ Lujambio penal).
Nuestro repaso nos lleva ahora al primer exponente del fútbol del interior del listado. Cabe entonces una aclaración: como nos referimos aquí a equipos que ascendieron en una temporada, y descendieron en la siguiente, para nunca más volver, no tomamos en cuenta los antecedentes en campeonatos excluidos del régimen de ascensos y descensos, como era el viejo Nacional (1967 a 1984) y también el Promocional, disputado en 1967 y 1968. Aquí se obtenía la clasificación año tras año y no daban permanencia. Precisamente el Huracán correntino registró una presencia en el Promocional 1968, con un desteñido desempeño (5 puntos en 14 partidos), que sirvieron para lanzar la carrera de Francisco “Pancho” Sa, más tarde gran figura de Independiente y Boca Juniors. En ese entonces presidía el club con solo 27 años un hombre ligado hasta hoy a la historia del club: José Antonio Romero Feris, que más tarde gobernaría la provincia, y que todavía el año pasado fue candidato a la Presidencia de la Nación en las PASO. Hoy el estadio de Huracán Corrientes lleva su nombre.
Casi 30 años después de esa aventura inicial el club que curiosamente tomó su nombre homenajeando al “Globo” porteño, pero viste los colores azulgranas de su archirrival, logró llegar a la máxima categoría del fútbol argentino. En el camino había pasado a denominarse “Huracán Corrientes”, tras fusionarse con el Club Atlético Corrientes en 1986. Y en 1995/96 había tomado el lugar en la segunda categoría de Deportivo Mandiyú, el primer equipo correntino en ascender al círculo superior, pero que en plena crisis económica no pudo afrontar el retorno al Nacional B que le correspondía por descender desde Primera División, y renunció a su plaza.
Apoyado por el gobierno provincial y por capitales privados en esta casi inesperado posibilidad, el equipo azulgrana cumplió una gran labor en el Apertura del Nacional B, que se adjudicó con autoridad (42 puntos, 5 más que su escolta Atlético de Tucumán). No mantuvo el ritmo en el Clausura, que se llevó Talleres de Córdoba, mientras los correntinos ocupaban el sexto puesto a 9 del campeón. De tal modo ambos equipos dirimieron el título en una final en la que Talleres jugaba el último partido como local por mejor puntaje acumulado. Eso, sumado a la historia del elenco tallarín y a su gran final, lo constituyeron en claro favorito. El partido de ida pareció confirmar la presunción: Huracán no supo aguantar, tras la expulsión del uruguayo Oscar Milton Alsina, la ventaja de 2-0 obtenida, y Talleres se lo empató en el segundo tiempo. Todo parecía listo para que en el Chateau Carreras la fiesta fuera cordobesa. Pero dejando mudos a los hinchas mediterráneos que colmaban las tribunas del estadio, Huracán vapuleó a su rival: Luis Sosa abrió el marcador y luego Josemir Lujambio, implacable goleador oriental, convirtió por partida doble para el 3-0 del primer tiempo. El propio Lujambio liquidó cualquier esperanza de reacción cordobesa apenas iniciado el complemento. Luego descontó Dertycia de penal, pero todo estaba dicho: Huracán Corrientes era el campeón y ascendía a Primera División.
Ese equipo era conducido por Humberto Zuccarelli, y tenía en sus filas, además de a los mencionados, a Claudio Mele, Cosme Zaccanti, Diego Capria, Julio César Marinilli, Sergio Umpiérrez, Carlos González, Fernando D’Amico, Gonzalo Gaitán, Adrián Álvarez, Marcelino Galoppo, Roberto Oste, Cristian Rodríguez, Gastón Sessa, Caballero y Suárez. Un grupo de jugadores en el que no faltaron ni la capacidad, ni la experiencia, y que supieron conformar un equipo. Zuccarelli destacó después el esfuerzo que significó armar todo desde la nada. El plantel sólo tuvo 3 jugadores que ya estaban antes de ese campeonato, y hubo que adaptar todo, incluyendo el campo de juego, la utilería y el departamento médico a la exigencia del fútbol profesional.
Si esa conquista exigió esfuerzo, el siguiente desafío requeriría redoblarlo. El plantel se reforzó con la incorporación de Mauro Amato, Fabián Fernández, el “Indio” Darío Ortiz, Andrés Gaitán, Gabriel Casas y Daniel Dobrik. A los uruguayos que ya estaban (Alsina, Lujambio y Umpiérrez), se sumaron Juan Landaida, Rafael Bianchi y Cristian Alfaro. El esfuerzo económico y la toma de préstamos comprometían el futuro institucional, pero como suele ocurrir en estos casos, en eso se pensó después. El círculo superior evidenció la dificultad de la empresa desde el vamos; en el debut sufrieron, en su estadio, un doloroso 3-6 ante Unión. Siguieron dos empates y dos derrotas, hasta el primer triunfo, logrado visitando a Platense por 1-0 con gol de Marinilli. El primer éxito en casa llegó recién en la fecha 16º, un rotundo 4-1 ante Newell’s, tras el cual enhebró otras dos victorias: 3-0 en Liniers ante Velez y 3-2 sobre Independiente en Corrientes. Concluyó, sin embargo, como empezó: recibiendo 6 goles, esta vez de Gimnasia en La Plata. El Apertura se saldó con 19 puntos en la 17º ubicación. Demasiado poco ante la exigencia de engrosar el promedio para mantenerse. Un nuevo esfuerzo para reforzar el equipo en el receso veraniego, trajo tres caras nuevas: el lateral Jorge Reinoso de Independiente, el volante Andrés Gaitán de San Lorenzo de Almagro y el juvenil delantero de River Plate Hernán Raciti. Pero la reacción no llegó: en la primera mitad del Clausura Huracán era hueso duro de roer, pero no ganaba: nueve empates y una derrota en las 10 fechas iniciales. Tras el empate en la séptima jornada ante Rosario Central se alejó Zuccarelli. Para intentar el milagro no llegó un hombre de la provincia: el recordado zaguero de Boca Juniors José María Silvero, que 29 años antes había iniciado su carrera como técnico justamente en Huracán, conduciéndolo en el Promocional 1968. Con Silvero llegó la primera victoria, 2-1 visitando a Lanús en el sur, con dos goles de Lujambio. Pero a continuación siguieron derrotas ante San Lorenzo de Almagro, Racing Club y River Plate. El milagro no llegaría. Ya en tren de despedida hubo victorias ante F.C. Oeste y ante Independiente, en Avellaneda (el rojo cayó en sus dos cotejos ante los litoraleños). En la misma jornada Deportivo Español, rival directo en los promedios, batió al Gimnasia jujeño y condenó al crédito correntino. Que se despidió en la última jornada con otra victoria, 1-0 ante el Lobo platense con gol de, cuando no, Josemir Lujambio. El uruguayo, con 16 goles fue el máximo anotador del club en la temporada, seguido con 11 por su compatriota Bianchi. Mientras que Luis Sosa y Darío Ortiz, con 36 presencias, fueron los que más jugaron.
De vuelta en el ascenso, Huracán Corrientes aguantó solo dos años en la B Nacional antes de descender y sumergirse en el camino que lo llevó de vuelta a la Liga Correntina. Pero ahora endeudado con créditos a tasas impagables, y abrumado por juicios civiles y laborales (entre ellos el que les entabló Zuccarelli). El club estuvo intervenido, cercano a la extinción, y si bien esa amenaza se superó, parece hoy muy lejana la ocasión de volver a entreverarse con los grandes del fútbol argentino.
Bibliografía consultada:
ABC Diccionario Enciclopédico del Fútbol Olé, Agea S.A., 1998.
ABC del Ascenso Olé, Agea S.A., 2001.
www.larefundaciondotcom.wordpress.com
El autor agradece a los socios del CIHF por su predisposición permanente para evacuar consultas y aportar datos.
Foto de portada: El equipo de Huracán Corrientes que militó en Primera División en la temporada 96/97.
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