Una sola temporada en Primera División (1893-2020) | Tercera parte

La consigna de este trabajo es la de reseñar las apariciones más fugaces en el círculo superior del fútbol argentino. La de aquellos clubes cuyos equipos lograron el ascenso a Primera División, solo para perder la categoría en la siguiente temporada, que fue la única en la que compitieron a ese nivel.
Por Raúl Ramírez, socio del CIHF.

En esta tercera entrega continuamos contando el camino de los equipos de la zona metropolitana. Como ya vimos los casos de Argentino de Quilmes y de Deportivo Morón, les llega el turno a dos equipos que tuvieron su etapa mas feliz en el fútbol argentino entre mediados  y finales de la década del ’70.

  1. SAN TELMO 1976.

Debut en Primera División: 15/02/1976: 1-0 (V) Colón de Santa Fe (ST 28′ Coronel de penal).

Último partido: 11/12/1976: 1-5 (V) Atlético Ledesma (PT 35′ Cloquell).

Pocos clubes tan humildes como el viejo “Candombero” han tenido ocasión de jugar en la máxima categoría del fútbol argentino. La ocasión gloriosa que desde entonces los fieles al equipo de la Isla Maciel se transmiten de generación en generación se  concretó en 1975. Hasta entonces San Telmo había registrado dos muy buenas campañas que le habían permitido discutir el ascenso: la de 1963 en la que empató el primer puesto con Sarmiento, Unión y F.C. Oeste ascendiendo este último, ganador del cuadrangular de desempate, y la de 1969, en la que llegó hasta el cuadrangular reclasificatorio, en la que resignó sus chances recién en el último partido, al caer ante Deportivo Morón. La memorable tercera oportunidad, en 1975, fue la vencida; a lo largo de todo el campeonato San Telmo se batió ate un grupo e rivales que lo aventajaban en apoyo popular, en recursos económicos y en antecedentes en Primera: Quilmes, que había armado un gran equipo, y los siempre candidatos Lanús y Platense, además de Sarmiento y Almirante Brown. Tras clasificarse subcampeón de Quilmes, de quién fue el único oponente que en algún momento le discutió el liderazgo, el segundo ascenso se definió en un hexagonal de todos contra todos a  una rueda, y en canchas neutrales. Una igualdad inicial en Rosario ante Sarmiento, fue seguida por sucesivos éxitos ante Central Córdoba (2-1), Almirante Brown (2-1), Lanús (1-0) y Platense (2-0, goles de Rilo y el Toro Lichene), para dar la vuelta olímpica el 20 de Diciembre ante el Calamar.

A la hora del festejo, Jorge Rilo, caudillo del equipo, destacó a la hinchada, corta comparativamente en número, pero seguidora y entusiasta. Ese tenaz equipo de San Telmo era dirigido por Eduardo Janín, y se armó con jugadores experimentados en la B, que se animaron a dar el gran salto. Rilo, volante central, había sido suplente de Rattín en Boca, más de 10 años antes, para luego pasar brevemente por Colombia y después por el ascenso profundo en Sacachispas y J.J. Urquiza. Seguramente ello despistó a Julio César Calvo, el comentarista de las tradicionales trasmisiones sabatinas de Radio Rivadavia, que inició la entrevista posterior al cotejo destacando a los jóvenes valores que surgían en el ascenso. “¿Cuantos años tiene, Rilo?”, le preguntó, quedando mudo cuando este le contestó “33”. Otro veterano del ascenso era Roberto Minutti, el zaguero central, que había jugado en Primera División sólo en Quilmes en 1962, antes de una larga carreta sabatina. Volvería ahora al círculo superior tras 14 años. El equipo, que los hinchas del ascenso aprendieron de memoria esa temporada, se integraba con Adolfo Wenner, Orlando Ruiz, Roberto Minutti, Raúl Saraví, Mario Sarmiento, Carlos Camejo, Jorge Rilo, el talentoso Pedro Coronel, Enrique Ramírez, Daniel Lichene y Eduardo Pisapia. Gregorio Genés ingresó tras la transferencia a San Lorenzo de Ruiz, y también alternaban Del Ducca, Carbognani, Duarte, Ibarra, Palacio, Suárez Alais, Montoya y los arqueros Bressán y Alpeggiani, entre otros.

De la modestia de los recursos económicos con los que San Telmo encaró la nueva temporada., da prueba que perdió dos delanteros, el goleador Enrique Ramírez, y Ovidio Duarte, que prefirieron seguir jugando en el ascenso. El primeo solicitó una prima para renovar que el club no podía pagar. Los refuerzos fueron en su mayoría de clubes del ascenso: Pintos llegó de Tigre, Sandoval de Argentino de Quilmes,  Cloquell de Dock Sur, Villar de Comunicaciones, Espósito de Los Andes, Regueira de Lanús. Las excepciones fueron los delanteros Angel Ferreyra y Pedro Patti, repatriados de Colombia y Venezuela, respectivamente y el joven zaguero de San Lorenzo, Leonardo Montone. Sin su cancha de la Isla Maciel habilitada para partidos de 1ra. División, debió rentar estadios, habitualmente el de Huracán, pero también y luego de un accidentado cotejo entre ambos, el de F.C. Oeste y otros.

El Campeonato Metropolitano tuvo una etapa inicial clasificatoria, en la que los 6 primeros de cada zona (eran 2) pasaban a disputar el campeonato y los 5 restantes a pujar por evitar el último puesto en un torneo Reclasificatorio, para no descender. Si bien el claro objetivo de San Telmo fue evitar el descenso, su campaña resultó decorosa, y la etapa de clasificación incluyó los dos partidos seguramente más recordados, que por otra parte, se jugaron en fechas sucesivas. Fueron anverso y reverso para el Candombero. En la 19º fecha San Telmo venció a Boca Juniors por 3-1 en el estadio de Huracán, donde hacía de local, por 3-1, con goles de Camejo, Coronel y Pisapia, que revirtieron la desventaja inicial sufrida con el gol de Veglio para el xeneize. Fue el éxito más notable, quizás de toda la historia santelmista, logrado ante el equipo que finalmente sería el vencedor del Campeonato. La fecha siguiente colectaría la mayor amargura, y  el partido más ingrato de la historia de San Telmo: en Huracán nuevamente, pero enfrentando al dueño de casa, que lideraba con comodidad las posiciones, San Telmo se puso en ventaja con gol de Camejo apenas iniciado el match y luego resistió el asedio del puntero. Antes del final del primer tiempo Leone desvió un resistido penal que ocasionó la expulsión del veterano Minutti por protestar. El segundo tiempo fue el desmadre: el árbitro, Claudio Busca, pareció perder el control del partido y con su polémico arbitraje inclinó la cancha. Expulsó sucesivamente a Coronel, Camejo y Sarmiento, reduciendo a 7 sobrevivientes la dotación de San Telmo. Pero el empate no llegaba. Hasta que a 7 minutos del final, cobró Busca un nuevo penal. Volvió a tirar Leone y esta vez Wenner se lo atajó. En seguida Cloquell aplaudió irónicamente al árbitro y este lo echó. Hoy el partido habría terminado ahí, ya que San Telmo quedó con 6 hombres. Poco después Augusto Sánchez de cabeza igualó la desigual puja. En los instantes finales fue expulsado el arquero Wenner por demorar, y sobre la hora,  los 5 jugadores que le quedaban, encerrados en el área propia (el puntero Pisapia era el improvisado arquero), no pudieron evitar el gol del triunfo de Huracán, que convirtió Rico. Con jugadores de la talla de Houseman, Larrosa y Ardiles, el Globo recién pudo ganar cuando sus rivales eran un puñado. Los controvertidos sucesos obligaron a la AFA a introducir la regla de los 7 jugadores como mínimo para que un cotejo se siga jugando y convirtieron a Claudio Busca en un villano mítico para la hinchada de San Telmo. Muchos años después, esperaban ilusionados la promoción de un hijo de Busca, también árbitro, a la divisional en la que jugaban, para seguir prodigándole los  insultos que antes dedicaron a su padre.

Obligado a jugar el Reclasificatorio, que empezó perdiendo ante Racing Club, San Telmo luchó con su modesto plantel hasta el final, pero no pudo evitar el descenso. En la última fecha debía vencer a Velez Sarsfield y esperar una derrota de All Boys ante Argentinos Juniors para forzar un desempate. El objetivo propio se cumplió, y el ajeno también se lograba, hasta que a minutos del final, una falla del arquero de Argentinos permitió la igualdad del Albo, consumándose la derrota. La amargura de esa tarde se agravó con la seria lesión de Genés, que no volvería a jugar. Aún hoy la completa página histórica en la web de San Telmo reserva una entrada al nombre de Héctor Quintabani, el arquero de Argentinos Juniors, en cuyo error ven mala fe, culpándolo de esa oportunidad perdida.

La temporada se cerró, con el equipo ya condenado, participando del Campeonato Nacional, en el que solo se cosecharon tristezas, terminado último en su zona.

El resumen final de la temporada muestra un total de 7 victorias, 9 empates y 29 derrotas, con 54 goles a favor y 100 en contra. Pedro Coronel, transferido a Gimnasia y Esgrima La Plata tras el Metropolitano, fue el goleador del equipo con 14 goles. Carlos Camejo con 40 presencias y el arquero Wenner con 39, los que más jugaron. El Director Técnico, el mismo del ascenso: Eduardo Janín.

Dos años después San Telmo descendería a Primera C, no volviendo hasta hoy a jugar en el segundo nivel del fútbol argentino.

 

  1. C.A. ESTUDIANTES (CASEROS) 1978

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Debut en 1ra. División: Nacional ’77: 20/11/1977 0-0 (V) Banfield

Primer gol: 27/11/1977 2-2 (V) Círculo Deportivo N. Otamendi (PT 43′ Toloza)

Último partido: 29/11/1978: 2-1 (V) Atlanta (PT 36′ Gerez de penal, ST 11′ Bravo).

Una de las entidades históricas del fútbol argentino, cuyo debut en la Primera División se remonta a 1904, en el ciclo Profesional tuvo un papel claramente secundario. Tras una larga decadencia deportiva y sin campo de juego propio a comienzos de los años ’60 había descendió a Primera de Aficionados, entonces el cuarto y último nivel de A.F.A., en lo que parecía preanunciar el final. Pero el proceso se revirtió. Fortalecido por la obtención de un campo de juego propio en Caseros, y con el apoyo de una importante fábrica de motocicletas, inició una recuperación que le permitió en 1967 volver a jugar profesionalmente en 1ra. B. Aunque las campañas fueron habitualmente sólo discretas, en 1974 sorprendió peleando el ascenso, que resignó en un desempate ante Unión de Santa Fe. Tres años después, una gran campaña en un certamen que no lo tenía entre los favoritos inicialmente, lo catapultó a Primera División. Con la experimentada conducción de Ricardo Trigilli, Estudiantes ganó dramáticamente un campeonato que lideró con comodidad en la mayor parte de su desarrollo, pero con un bajón final que comprometió sus chances. Faltando 8 fechas le llevaba 8 puntos a Los Andes, pero cumplida la penúltima jornada la ventaja se había reducido a apenas 2 puntos. En la fecha final un duro cotejo visitando a Villa Dálmine en Campana le dio a los de Caseros el punto que les faltaba para asegurar la conquista. Fue empate 2-2 y la imagen de Juan Carlos Bravo, zaguero, capitán y símbolo del equipo, dando la vuelta olímpica de rodillas y embarrado en un campo de juego castigado por la lluvia, quedó grabada como postal de un logro largamente festejado.

Antonio Balbiano, Manuel Pérez, Juan Carlos Bravo, Jorge Paz, Rubén Martinuccio, Manuel Gerez, Eduardo Ciccarello, Alberto Pafundi, los hermanos Carlos y Juan Guillermo, Carlos Toloza, Luis Ugarte, José Baldovino, Eduardo Filipetti, Pablo Centrone, Hugo Carozza, Salvador Daniele, Héctor Do Río, entre los principales artífices de una hazaña que logró superar el escepticismo de muchos.

En la campaña en Primera División, que tuvo un aperitivo al quedar habilitado el equipo a disputar el Campeonato Nacional de la propia temporada 1977, con discreto desempeño, Estudiantes no pudo usar su campo de juego, sin el aforo exigido por  A.F.A. y trató de reforzarse dentro de sus modestos medios para pelear en 1978 su permanencia en el círculo superior. Varios jugadores colectados en ligas del interior (el catamarqueño Jalil y el tucumano Luis Sánchez serían los más empleados) se sumaron al futuro médico deportólogo Roberto Avanzi y al experimentado arquero Norberto Peratta, el polifuncional Ricardo March, de Rosario Central, el delantero a préstamo de Boca Juniors Doroni, en busca de rodaje, mientras que de F.C. Oeste arribaron el volante Papandrea y otro arquero, Arcamone. En total 15 incorporaciones, sumados a Vassolo de San Lorenzo, que había llegado para el Nacional previo. Como se mantuvo a la mayoría de los que lograron el ascenso (sólo se fue el arquero Balbiano, que volvió a Huracán), resultó un plantel grande al que los sucesivos técnicos le buscaron la vuelta con cambios permanentes.

Tras un comienzo aceptable, con un triunfo y tres empates, el invicto se perdió ante el homónimo platense en 57 y 1, y el equipo se fue inclinando inexorablemente  hacia la parte angustiosa de la tabla de posiciones. El técnico inicial era Alberto González, el recordado “Gonzalito” de Boca y la Selección Nacional, que se fue tras una caía ante Chacarita Juniors en la fecha 12. El siguiente designado fue Juan Manuel Guerra, y tras una racha nefasta que liquidó su ciclo, reapareció brevemente el técnico del ascenso, Ricardo Trigilli, quién se había ido a devolver a 1ra. División a Ferro Carril Oeste. En las fechas finales fue la Subcomisión de Fútbol (con el aporte fantasma de Trigilli) la responsable de formar el equipo. Hubo en esta etapa resultados meritorios como el empate en el Monumental ante River (al que había vencido en la 1ra. rueda) y sobre todo otra igualdad, en la penúltima fecha ante Boca Juniors en la Bombonera, que hubiera podido ser victoria si el Pantera Rodríguez no le atajaba un penal a Bravo. Perdieron los dos porque el punto perdido fue el que le faltó al xeneize para alcanzar a Quilmes en la punta del certamen y a Estudiantes para forzar un desempate con Platense por el descenso. Eso quedó evidenciado en la última fecha, cuando el triunfo en Villa Crespo ante Atlanta dejó a los de Caseros compartiendo el último lugar con Banfield, que lo acompañó en la caída, a una unidad del Calamar.

Vista la campaña a la distancia, da la impresión que hubo más inexperiencia dirigencial que de los jugadores. Cambios de ´técnicos, muchas incorporaciones para que al final terminaran jugando y rindiendo mejor los que ya estaban. Finalmente faltó sólo un punto, muy poco, para prolongar la ilusión e seguir siendo de Primera.

Cuarenta y dos años después Estudiantes sigue luchando por volver al círculo superior, tras muchos años en la B Metropolitana y algunos en la B Nacional. 2020, hasta la interrupción de la actividad por la pandemia, lo encontró encaramado entre los que luchan por el ascenso, dejando vigente  la persistente esperanza de volver.


Fotos: De Portada: el equipo de San Telmo que jugó en Primera División en 1976.

Foto: De Estudiantes de Buenos Aires, que jugó  en Primera División.

Primera entrega

Segunda entrega

 

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