El fallecimiento de Hugo Villaverde

por Ricardo Gorosito, socio del CIHF

Con la desaparición de Hugo Eduardo Villaverde, el 17 de noviembre pasado, Independiente y el fútbol argentino ha perdido a uno de los backs centrales más lujosos de la historia. Sobrio y elegante, pero expeditivo y haciendo sentir el rigor de la marca cuando las circunstancias lo ameritaban.

Nació un 27 de enero de 1954 en la ciudad de Santa Fe, justamente dos días después que el gran ídolo rojo y su compañero en las grandes hazañas: Ricardo Enrique Bochini. En 1973 se inició en Colón y en 1976 pasó a Independiente junto con otro grande de la defensa, Enzo Héctor Trossero, con quien formó una dupla fenomenal de asombrosa recuperación de pelotas y de notable eficiencia y seguridad. Principal pieza de aquel engranaje casi perfecto que fue el Independiente de la segunda mitad de la década de 1970, junto a Bochini, Alzamendi, Outes y el “Negro” Galván.

Siete fueron los títulos conseguidos. Cuatro de liga (Nacional ´77, Nacional ´78, Metropolitano ´83 y torneo 1988/89 y tres copas internacionales: Interamericana de 1975 -disputada en 1976-, Libertadores 1984 e Intercontinental 1984).

Había debutado el 4 de abril de 1976 en el empate ante All Boys sin goles y se despidió el 22 de diciembre de 1988 en el Monumental, cuando Independiente venció 2 a 1 a River. A pesar de la insistencia del presidente Pedro Iso para que continuara, mantuvo su decisión del retiro, a los 35 años.

Jugó un total de 423 partidos, 379 por campeonatos y 44 por copas. Nunca marcó un gol, excepto en una definición por penales. Sus problemas de vista lo obligaban a jugar con lentes de contacto y sus compañeros lo apodaron “Mr. Magoo”. Tuvo poca suerte en la Selección, donde jugó seis partidos en 1979, hasta que una seria lesión lo relegó.

Villaverde fue un jugador que se adaptó al estilo de Independiente. Su campaña se extendió por catorce años y quienes tuvimos la suerte de disfrutarlo, no dudamos en considerarlo como el mejor “dos” que vimos.

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