por Víctor Kurhy, socio del CIHF
En las últimas décadas se ha intensificado el desarrollo investigativo en todas las áreas de actuación humana. El futbol no estuvo ausente.
Uno de los temas abordados se plantea determinar quién es el mayor goleador del fútbol argentino, considerándose únicamente competencia de liga (con exclusión de copas nacionales o internacionales) organizadas por AFA y sus predecesoras.
El interés está dado porque hay dos mega estrellas que han convertido una cantidad pareja de goles: Arsenio Erico y Ángel Labruna, de actuación en Independiente y River Plate en el ciclo 1930 – 1960.
Hasta hace algunos años había consenso de que era el paraguayo Erico el máximo goleador del fútbol argentino, aventajando por un gol (293 a 292) a Labruna.
Sin embargo, la investigación minuciosa de la autoría de goles ha modificado dicho aserto. Hace un tiempo, Carlos Yametti, Presidente del CIHF, aportó documentación que probaba la autoría de un gol más para Labruna, su gol N° 293.
En este trabajo intentaré demostrar que, en realidad, Labruna anotó 294 goles. También conozco que hay trabajos que modifican la cantidad de goles marcados por Arsenio Erico, pero eso será material de otra publicación.
En efecto, en el partido disputado entre River Plate y Platense por la 34ª fecha y última del campeonato de 1950, se produjo un gol sobre cuya autoría ha habido divergencias, pero que la investigación encarada nos permite afirmar que fue obra de Ángel Labruna y no del uruguayo Walter Gómez, como se ha venido afirmando.
Corrían 14 minutos del segundo tiempo cuando el árbitro inglés John Meade cobró un tiro libre indirecto a favor de River Plate, dentro del área grande de Platense. Poco tiempo antes, se había modificado el reglamento, permitiendo la sanción de un tiro libre indirecto dentro del área.
Los jugadores de Platense se vieron sorprendidos por el fallo y los de River sacaron provecho, anotando el gol, después de jugar dos veces la pelota.
Varios medios, entre ellos La Prensa, La Razón, El Mundo y Noticias Gráficas, le adjudicaron el gol a Walter Gómez, tras pase de Labruna. Todos, casualmente, sin abundar en detalles narrativos.
También hubo otros medios gráficos que le dieron el gol a Labruna:
Crítica 6ª: “A los 14 minutos se produjo dentro del área visitante una jugada peligrosa de Sandoval en perjuicio de O. Coll. El árbitro penó la misma con un tiro indirecto que W. Gómez ejecutó en pase a Labruna que remató violentamente, la pelota rozó en la cabeza de un defensor y se incrustó en la red”.
Democracia: “A los 14 minutos el juez cobró jugada peligrosa. W. Gómez ejecutó la pena dando a Labruna y éste tiró violentamente sobre la valla pegando la pelota en Menéndez para introducirse en la valla”
El Laborista, además de adjudicarle el gol a Labruna, tituló: “Labruna se reencontró con el gol, hizo 3 de 4”.
Pero el aporte más relevante fue dado por el propio Ángel Labruna, quien describió el gol en la Revista River.
En la página 11 del Nº 322, publicado el 30/11/1950, se reprodujo, tal como hacía habitualmente la revista, la narración de los goles por sus autores. Allí Labruna expresó:
“El tercero y último mío lo conseguí luego que el juez cobró una jugada peligrosa dentro del área. Por lo desacostumbrada, hubo cierta confusión por parte de la gente de Platense que no atinaba a colocarse como corresponde en estas situaciones. Al dar la señal Mr. Meade, se encargó del tiro indirecto Walter Gómez, quien tocó la pelota hacia mí; como venía le apliqué un puntazo de izquierda y en el camino desvió un hombre de Platense, pero sólo para ponerla más lejos de Villafañe, quien solo atinó a mirar como entraba a su izquierda“.
Tampoco tiene relevancia el desvío del remate en un jugador de Platense, por cuanto los relatos coinciden en que el disparo de Labruna tenía destino de arco, lo que quita trascendencia al desvío.
Revista River Nº 322 – 30/11/50 – Página 11
En el mismo número, la revista River trajo un comentario sobre los goleadores del año, reiterando que el gol en cuestión fue de Labruna