El centro medio, de larga y destacada actuación en Independiente, tuvo un triste final de su carrera.
por Ricardo Gorosito, socio del CIHF
En 1928, frente a Quilmes, intentó agredir al árbitro Lorenzo Muzzio, pero no fue expulsado. Dos semanas después contra Boca, trompeó al árbitro Lorenzo Martínez a raíz de la sanción de un penal y allí sí debió retirarse de la cancha, siendo inmediatamente detenido por la policía. La sanción no se hizo esperar. Fue expulsado de los registros de la Asociación Argentina Amateur y nunca más volvió a jugar.
Es la pena más dura recibida por un jugador de Independiente. Tanto que el 5 de junio de 1929 hubo una amnistía general, pero a él no lo alcanzó. Le fue levantada la sanción el 3 de enero de 1930 cuando su carrera ya estaba terminada.
Ya en el profesionalismo ejerció la dirección técnica de Independiente y en 1941, fiel a su carácter, fue protagonista de otro incidente en un encuentro ante Platense y la AFA lo sancionó por dos meses. Entre 1917 y 1928 jugó 250 partidos con 39 goles y obtuvo seis títulos: dos campeonatos (1922 y 1926) y cuatro Copas.
Falleció el 1º de julio de 1974. La noticia pasó desapercibida en los diarios, porque ese día murió el general Perón.