Investigación especial del CIHF
Se podría afirmar que desde que un pedazo de cuero se convirtió en una pelota redonda para dar vida al mas maravilloso deporte practicado por los humanos, al mismo tiempo aparecieron los historiadores que se encargaron de recopilar información para el consumo de sus coetáneos, pero también para el disfrute de sucesivas generaciones que se interesaron en la temática.
Tal vez el primero fue Ernesto Escobar Bavio con su mítico Alumni, autor luego de El Futbol en el Río de la Plata. A él le siguieron y acompañaron otros notables historiadores como Humberto Bisi, que año a año deleitaba a sus lectores con sus Anuarios Futbolísticos. Pero también hubo muchos anónimos que desde medios gráficos aportaban, semana a semana, deliciosos trabajos que eran devorados por sus lectores.
Pero indudablemente cuando en 1977, Pablo Ramírez publicó su Historia del Profesionalismo, todo cambió. Es que, por primera vez una obra escrita contenía todas las síntesis de los partidos jugados desde la proclamación del profesionalismo el 31 de mayo de 1931.
La obra de Ramírez fue fuente ineludible para todos los que se interesaban en aspectos estadísticos vinculados al fútbol, especialmente para el periodismo deportivo de su época.
Sin embargo, como toda mega obra, la producción de Pablo Ramírez contenía algunos errores y también algunas omisiones, ya que el autor, ex profeso, no publicó partidos que desempataban posiciones o torneos que él consideraba irrelevantes como los Reclasificatorios y Promocionales. Esto, sin adentrarnos en la ausencia de los primeros 40 años de fútbol argentino.
Como la historia no tiene fin, nuevas generaciones de periodistas e investigadores se dieron la tarea, a veces en forma personal, otras de manera colectiva, de revisar y completar la gran historia del fútbol argentino.
Tal vez ese fue uno de los pilares más importantes que dieron origen al CIHF, como sus siglas lo delatan.
En ese sentido hay algunas situaciones que, pasado tanto tiempo, aún no han tenido una respuesta concreta. Uno de esos ítems tiene que ver con definir quien ha sido, hasta ahora, el goleador del fútbol argentino desde 1891 a la actualidad, considerando exclusivamente los goles anotados en competiciones de liga.
La definición de este tópico no es sencilla, no solo porque estamos hablando de épocas donde el único material disponible es el gráfico, sino porque los aspirantes son dos figuras del futbol argentino, identificados con dos clubes de los más populares, lo que despierta, naturalmente, sensaciones de pertenencia que, en ocasiones, interfieren con la sana crítica.
¿Erico o Labruna?
Como quedó dicho, la historia de Pablo Ramírez fue una bisagra en la historia estadística del futbol argentino. En su trabajo, Ramírez le asignó 293 goles al paraguayo Arsenio Erico y 290 a Ángel Labruna, figuras de Independiente y de River Plate, respectivamente.
Hasta entonces, habían sido pocos los que se habían abocado a la tarea de definir al goleador histórico del fútbol argentino. Revista El Gráfico llevaba su propia estadística, en la que otorgaba 298 goles a Erico y 294 a Labruna. Por su parte, la Revista River, finalizada la carrera de Ángel Labruna, afirmó que su ídolo había anotado 299 tantos y, por lo tanto, era el máximo goleador del fútbol argentino.
Volvamos a Ramírez. Los 3 goles de diferencia a favor de Erico se vieron reducidos a la mínima expresión, cuando algunos historiadores detectaron que Labruna había anotado 2 goles en los partidos desempate del 2° puesto de 1949, frente a Platense, partidos que fueron ignorados por Ramírez.
293-292 para Erico fue la verdad revelada durante años. Pero como nada es para siempre, en este siglo, el revisionismo ganó terreno y se empezaron a cuestionar supuestos establecidos.
Así, algunos historiadores, la mayoría vinculados al CIHF, detectaron inconsistencias en algunos goles que habían sido o no adjudicados a Erico y a Labruna.
Con estos antecedentes, el CIHF creo un grupo de trabajo que se abocó al análisis pormenorizado de los casi 600 goles anotados entre ambos, quedando 6 casos en observación, tres que involucraban a Erico y otros tantos a Labruna. (Ver casos en PDF al final de la nota).
Para poder aproximarnos a la verdad histórica y dilucidar la autoría de cada gol en cuestión, se armaron 6 dossiers con recortes de las crónicas de todos los medios gráficos disponibles, como fuente primaria, para que los asociados al CIHF se pudieran expresar con su opinión y su voto en cada caso.
Luego de 6 semanas de debate y de elección, se dio por concluido el trabajo, con el siguiente resultado: Erico 293 goles, Labruna 295 goles.
Desde ya que esta conclusión cuantitativa no va a cambiar la consideración popular respecto a la calidad y excelencia de los dos próceres del fútbol argentino involucrados en el debate. Un gol más, un gol menos, no va a apagar el sentimiento de los hinchas hacia figuras que, si bien casi nadie de los presentes vio en directo, siguen siendo idolatrados por la transmisión de generación en generación.
Es importante aclarar que esta investigación intentó dejar registro sobre la diferencia histórica que había entre los dos goleadores solo por la cantidad de goles que marcaron en torneos de Primera División, es decir, en Liga. Porque en aquella época también se jugaban copas nacionales e internacionales y sumando esas conquistas nunca hubo dudas que el máximo goleador de la historia del fútbol argentino es Ángel Labruna ya que tiene 23 goles más (11 en copas nacionales y 12 internacionales) por lo que el total acumulado es de 318 (295 más 23) mientras que Erico suma 302 (293 de Liga más 9 por copas locales e internacionales).
Los 6 casos evaluados: