por Fernando Esteban, socio del CIHF
En diciembre de 1974, el Club Atlético Temperley lograba el ansiado ascenso a la Primera División del fútbol argentino. Este fue el segundo conseguido a la máxima categoría en la historia del club, ya que en 1922 había alcanzado ese logro en la antigua Asociación Argentina de Football.
Para afrontar el nuevo desafío en Primera División, la dirigencia reforzó el plantel de acuerdo a las posibilidades económicas del club.
Con mucho esfuerzo, Temperley encaró el campeonato Metropolitano de 1975. Sin embargo, la adaptación a la categoría superior resultó difícil. El equipo no consiguió buenos resultados y terminó ocupando el último lugar de la tabla, compartiendo la posición con Argentinos Juniors.
El 29 de julio de 1975, en una reunión del Comité Ejecutivo de la AFA, se decidió anular los descensos en todas las categorías oficiales, tras un pedido firmado por 19 clubes de Primera División. Esta resolución fue clave para Temperley, que logró conservar su lugar en la máxima división gracias a esa medida extraordinaria.
La AFA dispuso que el segundo torneo del año, el campeonato Nacional se jugara en dos etapas: una previa clasificatoria y un octogonal final. Los 32 equipos participantes fueron divididos en 4 zonas de 8 equipos cada una. Clasificaban los dos primeros al Octogonal Final.
El campeonato Nacional 1975 ofrecía una nueva oportunidad y para Temperley representó la chance de mostrar otra cara y continuar consolidando su presencia en la máxima categoría del fútbol argentino. Temperley integró la Zona D donde su definición fue vibrante. Los punteros cambiaban fecha tras fecha y la definición de los clasificados recién ocurrió en la última jornada.
Temperley arrancó victorioso el torneo al derrotar sucesivamente a Banfield (2 a 1), Colón de Santa Fe (2 a 0) y Bartolomé Mitre de Posadas (1 a 0). Luego cae derrotado con Atlanta (1 a 0) en la cuarta fecha. En la quinta, Temperley vivió una jornada inolvidable. Recibió a Racing Club en la cancha de Huracán, en un partido nocturno televisado por Canal 7. Aquella noche, el equipo celeste sorprendió no solo por su juego, sino también por su camiseta: salió a la cancha con un inusual color amarillo.
Con goles de Mariano Biondi (en dos ocasiones) y Juan Carlos Merlo, Temperley venció a la Academia por 3 a 2. Fue un triunfo resonante y simbólico. Al día siguiente, el diario La Unión de Lomas de Zamora, en su crónica del encuentro, comenzó a llamar al equipo con una frase que quedaría para siempre: “El Gasolero”, destacando su capacidad de avanzar mucho gastando poco. Este apodo fue rápidamente adoptado por otros medios periodísticos.
El torneo continuó con dos empates: Talleres en Córdoba y Juventud Antoniana de Salta. Ambos partidos finalizaron 1 a 1. En el último partido de la primera rueda visita a Newell´s Old Boys en Rosario, donde es derrotado por 4 a 1.
Al comenzar la segunda rueda le gana de local a Banfield por 3 a 1 bajo una lluvia torrencial y empata en Santa Fe 2 a 2 con Colón por la 10° fecha. Luego obtiene dos triunfos muy valiosos: frente a Bartolomé Mitre en Posadas (con 3 goles de Oscar Suárez) y Atlanta (3 a 1). En la 13° fecha cae derrotado en su visita a Racing Club por 4 a 2.
Hasta aquí, Talleres de Córdoba era el único puntero con 18 puntos, seguido por Newell´s Old Boys, Temperley y Colón con 17. Más atrás, Racing sumaba 15.
El 16 de noviembre por la fecha 14, el puntero Talleres visitó al Gasolero en el Beranger, donde cae derrotado por 3 a 1 en un vibrante partido.
A falta de dos fechas, la punta de la zona D era un hervidero: Newell´s Old Boys, Temperley y Colón encabezaban las posiciones con 19 puntos, seguidos por Talleres con 18 puntos y Racing con 17 puntos.
En la fecha siguiente Temperley logra empatar su partido con Juventud Antoniana de Salta. Este partido se jugó en cancha de Gimnasia y Esgrima de Jujuy. El resultado fue 1 a 1 con un gol de Mariano Biondi faltando pocos minutos para finalizar el encuentro. Este resultado complicó el panorama ya que Newell´s Old Boys había derrotado a Colón.
Las posiciones a falta de una fecha eran: Newell´s Old Boys con 21 puntos, seguido por Talleres de Córdoba y Temperley a un punto. El único resultado posible para Temperley era ganarle al puntero para lograr la clasificación al Octogonal final.
El 30 de noviembre el estadio Alfredo Beranger estaba repleto. En la platea estuvo presente el cantante itálico Nicola Di Bari. El partido fue todo Celeste. Con un gran planteo derrotó 3 a 1 a Newell´s Old Boys y logró la ansiada clasificación. Los goles Gasoleros fueron anotados por Carlos De Marta, Oscar Suárez y Carlos Raschia. El gol de Newell´s fue convertido por Arsenio Ribeca. Finalizado el partido, el público Celeste invadió el campo de juego para festejar junto a los jugadores la clasificación al Octogonal Final.
En esta etapa decisiva, consiguió una única victoria, por 3 a 1 ante Talleres de Córdoba, esta vez jugando en la cancha de Belgrano de Córdoba. También empató 1 a 1 con Atlético Tucumán en la cancha de Banfield. Las restantes fueron derrotas: Gimnasia de Jujuy (3-1), River Plate (3-2), Rosario Central (2-0), San Lorenzo (3-2) y Estudiantes de La Plata (2-0).
A pesar de los resultados, Temperley dejó una grata impresión. Mostró un juego ordenado y ofensivo en todos los partidos. El equipo cumplió con creces el objetivo de meterse entre los ocho mejores equipos del país. Con humildad, entrega y sacrificio, Temperley no solo se ganó el respeto de sus rivales, sino también el corazón de su gente.
Así nació y se consolidó el apodo que lo acompaña hasta hoy: “El Gasolero”; convirtiéndose en un símbolo de identidad para el club y su gente.