A mediados de los ’60, quizás en 1964, El Gráfico agregó a sus síntesis de los partidos de Primera un cambio revolucionario, que se extendió en el tiempo y se generalizó en el periodismo deportivo, con ligeras variantes: un breve comentario, y puntaje, de 1 a 10 para los jugadores, además de una evaluación no numérica de la tarea del árbitro.
Por Raúl Ramírez, socio del CIHF
Eso de 1 a 10 fue tal cual, pero no sobreviviría con el tiempo. Supongo que salir calificado con un aplazo en la revista líder en deportes sería temible y generaría quejas y mala onda con los escribas, de modo tal que las cosas fueron cambiando.
Si en 1967 una vez los cuatro defensores de Unión fueron calificados con un punto cada uno en un partido contra Ferro, años después el 1, el 2 y hasta el 3 son rarísimos, aún ante actuaciones calamitosas.
Especialista en eso, la añorada Solo Fútbol, en los ’90 era capaz de comentar que un partido habías ido horrible, sin nada para rescatar, y ponerle entre 5 y 6 puntos a cada protagonista. A la vez era capaz de romper el techo y ponerle 11 a Francescoli.
Evocando ese tiempo fundacional, en el que abundaron bajos puntajes, sorprendió la edición del pasado 7 de mayo del Diario Popular, que en la tabla de puntajes de los protagonistas del cotejo entre Argentinos Juniors e Independiente ofrece en tres renglones un inesperado retorno a los tiempos fundacionales del puntaje a los jugadores. Dice en la calificación a los hombres de Independiente de la noche anterior: “Edgar Elizalde (2): entró y lo arruinó todo. Un penal estúpido y se le escapó Heredia en el 2 a 2.” Destrucción total…