por Fernando Ferreira, socio del CIHF
Humberto Dionisio Maschio nació el 10 de febrero de 1933, en Avellaneda, provincia de Buenos Aires. El “Bocha” dio sus primeros pasos en el fútbol en Arsenal de Llavallol en 1952, de ahí se marchó a Quilmes junto a Vladislao Cap y Natalio Sivo, y con ellos también llegó a la Academia en 1954. Hizo su debut el 30 de mayo en la octava fecha, Racing derrotó a Chacarita por 4 a 0 y Maschio metió el segundo gol y le cometieron el penal que derivó en el cuarto. En la temporada de 1955 se ganó la titularidad y anotó dieciocho goles.
Su gran rendimiento lo llevó a la Selección Argentina, con la cual ganó la medalla de oro en los Juegos Panamericanos de 1955 (juvenil), subcampeón del Campeonato Panamericano de 1956 en México y luego campeón del Campeonato Sudamericano de Lima en 1957, con el famoso equipo de “Los Carasucias”. El “Bocha” fue el goleador de la copa con 9 tantos, 4 de ellos a Colombia en un solo partido. En total fueron 12 juegos y 12 goles para Maschio con la camiseta Argentina.
A mediados de 1957 dejó Racing y se marchó al fútbol italiano, primero jugó dos temporadas en Bologna y luego brilló tres en Atalanta. Las buenas actuaciones del mediocampista lo llevaron a la Selección de Italia, con la cual disputó un partido en la Copa del Mundo de 1962. Fue en la famosa “Batalla de Santiago”, encuentro en el que el local, Chile, derrotó a Italia por 2 a 0 y se lo recuerda por la gran violencia que hubo dentro de la cancha, de la cual Maschio fue víctima ya que un chileno le rompió la nariz de un golpe.
Tras el mundial dejó Atalanta y fue a un grande como el Inter. En el equipo de Milán se coronó campeón de la liga italiana pero por problemas con el entrenador Helenio Herrera se marchó a la Fiorentina, donde jugó sus tres últimas temporadas en el fútbol italiano. En octubre de 1966 volvió a defender la camiseta de Racing, su regreso fue ante Chacarita.
En su primer torneo gritó campeón, y al año siguiente fue campeón de la Copa Libertadores y la Intercontinental, siendo una pieza clave en la elaboración de juego del equipo de José. Era un jugador cerebral, con precisión, buen pase y llegada al gol. Tras jugar el Torneo Nacional de 1968 decidió retirarse. En total acumuló 164 partidos y marcó 52 goles con la celeste y blanca.
Hizo una larga carrera como entrenador, la cual inició en 1969 con cuatro partidos al frente de la Selección Argentina. Lo más recordado de su etapa como director técnico fue en Avellaneda. A Racing lo dirigió durante 20 partidos en 1971. Y en 1999 y 2000 volvió a hacerlo pero en dupla con Gustavo Costas; también estuvo al frente de Independiente, con quien ganó la Interamericana y la Libertadores en 1973.
Ayer Humberto Maschio se nos fue, pero quedará para siempre su recuerdo como una de las glorias del fútbol argentino. Hasta siempre, Bocha.