Como no querer a Gustavo Costas

por Sergio Pittis, socio del CIHF

Como no querer a este tipo si ÉL es todos nosotros.

Como no sentir algo por él, si estuvo siempre, en las buenas y en las malas (fueron más), si estuvo cuando pocos estuvieron, si ayudó cuando íbamos a desaparecer, si junto a Teté fueron las caras visibles de un plantel y un club quebrado, pero ahí estaba él poniendo la cara en el Cilindro cuando no jugamos y armando los cimientos del predio junto a otros.

Como no quererlo si sufrió la decepción más grande de Racing en el ´83 y volvió con la cinta de capitán en el ´85 colocando a Racing en su lugar.

Como no estar con él cuando nos enterábamos que sus equipos salían campeones en ligas menores, según los “sabios”, como si salir campeón en esos países fuera un trámite.

Muchos recordaban sus dos pasos malos por el club, pero se olvidan que en esa época nefasta fracasaron todos, exclusivamente todos y con mucho más experiencia que él.

Como no amarlo si cuando llegó al club dijo lo que todo hincha de Racing quería escuchar, como no decirlo si él es uno más de nosotros.

¿Que técnico conoce más que él al hincha de Racing?

Ninguno.

Y ÉL de a poco le dio identidad al equipo y lo que es más difícil: le inyectó el ADN de Racing a cada uno del plantel.

Éste Racing no podrá gustarte, quizás tenga simpleza en su juego y no sea tan vistoso, pero lo que no se puede negar es que cada jugador, del primero al último, sabe lo que significa la historia de esa gloriosa casaca.

Todo mérito de ÉL claramente, si hasta los jugadores lo dicen y no uno sino todos.

Gustavo Costas demostró que con pocas palabras, y sin vender humo como los técnicos de moda, se puede ganar lo más preciado para Racing que es una copa internacional.

En 36 años pasaron, creo yo, los mejores técnicos del país y nadie pudo, ¿saben porqué? Porqué ninguno supo inculcarle a cada jugador lo que es Racing.

Lo que significa vestir esta camiseta.

Solo el Coco pudo hacerlo. Y después ÉL.

Ninguno más y es lógico porque él vive por y para Racing, así como cada uno de nosotros.

Como no querer a Gustavo si descubrió jugadores que nadie conocía y que están eternamente agradecidos por vestir la Gloriosa.

Como no sentir algo por él, si ante los poderosos clubes brasileros, S.A. mediante, demostró que los clubes de los socios pueden jugar de igual a igual y hasta vencerlos.

Como no amar a este tipo, si este tipo es RACING.

Gracias Gustavo querido de todo corazón.

Gracias por hacernos vivir unos de los momentos más emocionantes de nuestras vidas y por colocar al club donde siempre debió estar en el plano internacional.

Vamos por más.

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