Siete para reemplazar a uno

En 1942, Arsenio Erico se volvió a Paraguay a raíz de un conflicto con los directivos por cuestiones económicas luego de haber jugado los tres primeros partidos de esa temporada.

Por Ricardo Gorosito, socio del CIHF.

Desde el debut de Arsenio Erico, ocho años antes, Independiente no tuvo demasiada preocupación por su reemplazo. Además, el paraguayo había faltado muy pocos partidos, ya que por suerte tuvo escasas lesiones, pero a partir de la cuarta fecha, comenzó el drama.

El suplente desde 1934 era Andrés Coll, el mayor de los tres hermanos que pasaron por el fútbol argentino. Como no rindió lo esperado, luego de tres partidos fue reemplazado por Américo Di Leo. En las fechas 8a. y 9a. actuó Miguel Pezzolano, pero en la 10a. hubo que recurrir a Celestino Martínez, que era defensor, quien jugó un solo partido en ese puesto.

Al domingo siguiente y por dos fechas, pasó Coll a jugar de “8” y Vicente de la Mata ocupó el centro del ataque. La experiencia duró poco, ya que en la 14a volvió Coll y en la 15a. lo hizo Francisco Arbios. Decir que este fue el único partido de Arbios en primera hace inútil todo comentario.

Al iniciarse la segunda rueda ocupó el puesto otro defensor, Omar Crucci, que debutó ese año como delantero y lo hizo durante cinco partidos. De ahí hasta el final volvieron: De la Mata por un partido, Coll en cinco y Di Leo en las cuatro últimas.

En definitiva, fueron siete jugadores, que sin éxito, intentaron reemplazar a Arsenio Erico. Sin su presencia, Independiente obtuvo menos del 50% de los puntos en juego, en la peor campaña profesional hasta ese momento.

Por suerte, en 1943, tras arduas gestiones, lo convencieron para que volviera al club y aunque los años iban dejando sus huellas, todavía jugó cuatro temporadas más, siendo goleador del equipo en 1943 y 1945.

Este relato no hace más que agigantar la figura del gran paraguayo.

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