por Ricardo Gorosito, socio del CIHF
No debe ser fácil para un futbolista jugar llevando sobre sus espaldas el apellido de su padre, genio y figura del Independiente glorioso de los 30’ y 40’. Seguramente eso le ocurrió a Vicente de la Mata (hijo), fallecido el 21 de noviembre pasado. Tuvo destellos, pero nunca pudo afirmarse totalmente como titular. A los 14 años llegó al club incorporándose a las inferiores y con apenas 17 años le tocó debutar en el campeonato de 1961, reemplazando a último momento al paraguayo Cabral en un partido ante Estudiantes de La Plata que el Rojo ganó 1 a 0. Luego volvió a la Reserva hasta 1963 en que apenas disputó dos partidos, debiéndosele contabilizar su presencia en el plantel campeón de ese año.
En 1964 comenzó a ser titular, pero una lesión lo alejó de las canchas un tiempo bastante largo y no pudo participar de la victoria Roja en la Libertadores de ese año, pero sí en la de 1965. Fue su segundo título y lo único destacable del Rojo, de deslucida campaña ese año en el campeonato.
No obstante, fue requerido para la Selección Argentina en los encuentros eliminatorios para la Copa del Mundo Inglaterra de 1966, a la que no pudo concurrir por otra seria lesión en un amistoso ante Italia, que lo marginó a pocos días del inicio del mundial. Fue campeón del Nacional de 1967 y el Metro de 1970. Justamente su último partido fue aquel que le dio a Independiente esa conquista ante Racing por 3 a 2. “Vicentito” o “Capotito”, jugó un total de 112 partidos entre campeonato y copas y señaló un total de 10 goles. En la Selección lo hizo en seis oportunidades sin anotar. Luego continuó su campaña en México y Chile, para finalizar en 1979 en Argentino de Quilmes.